~TERMINADA~
Libro #2 (Saga Nosotros)
TERCERA TEMPORADA DISPONIBLE
EN MI PERFIL
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- Mamá... - susurró enmedio del llanto - ¿Un hombre se puede enamorar de dos per...
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Rayos se me está haciendo tarde. Genial, la primera "cita" que tendremos y tú llegando tarde.
Una vez duchado y arreglado me coloque un poco de loción y salí de mi habitación.
Al bajar las escaleras ví a mis padres sentados en el sofá con su miradas puestas en las escaleras o mejor dicho en mí.
Mis manos comenzaron a sudar.
- ¿Y tío Ben? - pregunté para liberar la tensión que aún habitaba en la casa.
Carraspeé un poco.
Mi madre quien estaba distraída en el televisor, giró su vista hacía mí y me sonrió.
- Tuvo que irse, tenía que ir a recoger a Camila de casa de sus suegros - contestó mi madre, quien apagó el televisor y se levantó del sofá - Por cierto, conejito, te ves muy apuesto con esa chaqueta negra.
Yo me sonrojé un poco por el cumplido de mi madre. Ella se acercó a mí y me tomó de las mejillas aprentándolas un poco.
- Oye, duele.
Mis padres carraspearon al notar que no los incluiamos en la conversación.
- ¿Quieres que te lleve, hijo? - habló mi padre Leo de manera dulce.
¿Mi padre Leo siendo dulce?
¡Alto, Lisandro, es una trampa!
- Ehh...no gracias - rápidamente besé la mejilla de mi madre y salí lo más pronto posible - ¡Nos vemos!
Todo el recorrido de aquí a la cafetería que fue donde quedarnos de ver, fue en pensar en como acabaría está noche. Tengo miedo de que todo esto sea un sueño del cual voy a despertar en algún momento.
Pasó a lo mucho una hora y la gente se me quedaba viendo raro. Y no los culpo, he estado nada más sentado sin pedir nada en absoluto.
- Hola, buenas noches - se me acercó una chica con gafas bastante linda - ¿Todavía no va a pedir nada?
- Emm...hola, lo siento, todavía no - ella me miró confundida - Es que estoy esperando a alguien más.
Ella me sonrió y asintió para después retirarse.
Revisó cada 15 min. Mi celular en busca de una llamada o un mensaje, algo que me diga que no tardan en llegar.
Y así pasaron otras dos horas, hasta que caí en cuenta de que ellos no iban a llegar. Me levanté de la silla y salí furioso de la cafetería.
Caminé sin rumbo hasta llegar a un parque, me senté en una banca y comencé a llorar.
- No puede estar pasando...no puede estar pasando - susurraba en voz baja - ¿Porqué se burlaron de mí?
En ese instante mi móvil sonó. Con desgané lo cogí y vi que era un mensaje de Jace.
