NUESTRO CHICO © (Nosotros #2)

Capítulo 25: Buscándolo✔

Después de semanas en las que Jace me ha estado convenciendo de regresar a Los Ángeles, decidí por fin el ir. La verdad, estaba entre si y no. Había tres grandes razones una buena y dos malas, la buena era que tenía muchas ganas de buscar y ver nuevamente al chico que ha estado en mi mente desde que nos fuimos, una de las malas era que todavía no terminaba mis estudios, me faltaba menos de un año para poder graduarme de la universidad y la última razón que era aún peor es que no quiero ver a la persona que más aborrezco en esta vida.

Después de lo ocurrido esa noche ya no fui, ni seré la misma de antes. Han pasado cinco años de lo ocurrido y aún lo tengo presente, aunque gracias a las terapias que he estado recibiendo de la psicóloga de la Universidad me han ayudado bastante. Y también teniendo en cuenta que Jace jamás me dejó sola, siempre estuvo para mí en esos tiempos tan difíciles. Me comprendía, me escuchaba, me cuidaba y sobre todo me daba mucho amor, definitivamente le debo mi vida entera a él.

Esa noche que mi novio me sacó de ahí, hicimos camino sin rumbo alguno. Yo estaba en shock aún, pero teniendo en cuenta lo que él me ha contado fue que tomamos varios buses hasta que fuimos a parar en Arizona, Phoenix. Como no tenía mi pasaporte conmigo no pudimos tomar un avión. Al llegar al lugar me dijo que era muy concurrido, pero que lo bueno es que para nosotros fue fácil pasar desapercibidos.

Tampoco se nos complicó mucho el conseguir trabajo y como aún estaba algo sensible tanto física como mentalmente, Jace sugirió que consiguieramos un trabajo en el que pudiéramos estar los dos juntos, yo claramente no me iba a negar a eso pues estábamos en un lugar totalmente desconocido.

- ¿Ya estás lista, amor? - unas manos rodeando mi cintura se hicieron presentes.

- Sí, cariño - Jace tomó mis maletas y las subió al taxi.

Todo el camino en el avión me la pasaba viendo por la ventana, las nubes blancas, el cielo azul y los rayos del sol. Mis emociones estaban totalmente revueltas, estaba muy feliz y a la vez un poco temerosa.

Cuando llegamos a Los Ángeles, lo primero que hicimos fue instalarnos en un departamento de manera temporal. Fuimos a comer y nos encontramos con varios amigos, duramos varios días hasta que por fin fuimos a la casa de la familia Anderson. Al llegar ahí, tocamos y la madre de Lisandro nos recibió. Nada más dijimos que veníamos a ver a Lisandro y prácticamente nos metió de un jalón a su casa.

- ¿Así que ustedes fueron amigos de Lisandro en la preparatoria? - decía en lo que nos acercaba una taza de café a ambos.

- Así es, Señora Anderson - aseguré con una sonrisa - Solamente que antes de graduarnos tuvimos que irnos por unas propuestas de trabajo muy buenas que obtuvimos mi novia y yo.

La Señora Anderson nos dió una cara de fascinada que no le cabía en el rostro.

- Me alegra tanto que sean unos chicos tan responsables - le tomó a su café - Hacen tan bonita pareja.