Capítulo 7: El Baño✔

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Maratón 1/3

Una vez los dos estuvimos dentro Jace, cerró la puerta e inmediatamente me estampó en ella quedando una de sus piernas en mi entrepierna rozando justamente en mi polla y sus dos manos apoyadas en los costados de mi rostro

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Una vez los dos estuvimos dentro Jace, cerró la puerta e inmediatamente me estampó en ella quedando una de sus piernas en mi entrepierna rozando justamente en mi polla y sus dos manos apoyadas en los costados de mi rostro.

- Me encanta verte a lo lejos, siempre distraído pensado en quien sabe que - susurró, yo lo miré con sorpresa - Pero si embargo, de cerca me pareces aún más ardiente.

Esa mirada penetrante que sentía todo los días...

- ¿Eras...? - me calló colocando sus dedos índice y mayor en mis labios.

- Sí... - susurró - Soy yo.

En su mirada se podía notar el destello de lujuria y deseo. Sus pupilas, esas pupilas que me encanta mirar estaban completamente oscuras y su respiración era demasiado agitada.

Este faceta de Jace no la conocía.

- Me sorprende que hayas aceptado experimentar junto a nosotros - acercó tanto sus labios a los míos que podía sentir el calor de su aliento, que por cierto olía a menta - Siempre pensé que te daba vergüenza aceptar que eres bisexual, y también que tanto yo como Coral te atraíamos de la misma manera.

No sabía que palabras utilizar exactamente para que no malinterpretara mis palabras.

Tienes que ser sincero, Lisandro.

- En su momento...lo...hice - las palabras salieron de mi boca sin siquiera pensarlas un poco. Al escuchar mis palabras él me miró triste y se retiró un poco de mí.

- ¿Cómo? - su ceño se frunció de manera molesta.

Aclaré mi garganta de los nervios y volví a hablar. Si lo dejaba así se pondría peor.

- Al...principio...si me negaba a aceptarlo...pero... - un golpe fuerte en la puerta interrumpió mis palabras a la vez que ocasionó que cerrará los ojos.

Ahí me di cuenta que Jace estaba enojado ya que ese golpe había provenido de él o más bien dicho de su puño.

- ¡¿Enserio?! - gritó sin quitarme la mirada y sin prestarle atención a su muñeca que de seguro le dolerá más tarde - ¡¿Eres de ese tipo de persona, Lisandro?!

¿Ese tipo de persona? ¿A qué se refiere?

- No entiendo a que te refieres - susurré lo más rápido posible. De lo contrario me pondría más nervioso.

Se giró quedando de espaldas a mí. Su cuerpo estaba muy contraído, pero eso no quitaba lo caliente que ponía a mi polla.

Por Dios, Lisandro, no es momento para esto.

- ¿Eres de las personas que tienen la mente cerrada? - su voz era grave. Yo no sabía que contestarle. Mis nervios no me lo permitían y su tono de voz mucho menos - ¿Sabes qué? Mejor déjalo así, no quiero escucharte más. Ahora veo lo equivocado que estaba contigo.

Cuando se giró, lo miré detenidamente y me di cuenta que sus ojos se empezaban a poner rojos y llorosos. Aunque eso no quitaba el brillo de rabia con el que me miraba.

- Me voy - finalizó.

Antes de que él siquiera pudiera abrir la puerta. Mi mano ya se había levantado para después tomarlo de la nuca y sin más que decir estampar nuestros labios en un gran, fogoso y ardiente beso.

No sabía con exactitud lo que estaba haciendo. Solamente sentí la necesidad de calmarlo, no quería verlo molesto y mucho menos si era conmigo.

Él al principio no me correspondió ese beso, pero conforme yo movía mis labios sobre los suyos se fue relajando más y más. Sus fuerte manos me sujetaron nuevamente de la cadera y me presionaron hacía su cuerpo.

Cuando se separó un poco se llevó consigo mi labio inferior con los dientes, después lo lamió metiéndolo a su boca para después soltarlo. Todo eso me ocasionó un gemido.

- No te vayas...por favor.

- Lo sabía... - murmuró al separarse del beso por completo dejando nuestras frentes unidas y sus ojos se mantenían cerrados - Sabía que eres un gran chico, nuestro chico.

Yo no podía hablar, aún estaba recuperándome de ese beso que me dejó muy mal de mi parte baja.

Sin despegar nuestras frentes, abrió sus ojos y me miró.

- ¿Aún lo seguirás siendo para nosotros, guapo? - volvió a hablar.

Esta es la oportunidad que necesitaba.

Es ahora o nunca.

- Sí - contesté decidido y le sonreí discretamente - Siempre lo seré.

Me devolvió la sonrisa y su mano se acerco a mi mejilla y con sus nudillos acarició con suavidad.

Involuntariamente yo cerré mis ojos al instante. Su tacto era cálido y gentil.

Un quejido de su parte llamó mi atención. Abrí lo ojos y noté que su mirada estaba puesta en su mano.

- ¿Te duele mucho? - negó, tomé su mano entre las mías y acaricié suavemente sus nudillos lastimados - Todo esto es mi culpa.

Él de inmediato con su otra mano tomó mi mentón y alzó mi mirada para conectarla con la suya.

- No es tu culpa - habló seriamente - Reaccioné así porque tenía miedo de perderte.

- Nunca pasará.

- No lo resisto más - antes de que pudiera reaccionar a sus palabras, sus labios estaban de nuevo sobre los míos - Necesito probarte...

Sus manos bajaron a mis jeans y sin pensarlo mucho desabrochó el cinturón junto con el botón y también bajaron la cremallera.

Estos cayeron al suelo dejándome sólo en mi boxer gris. Mi erección era tan notoria que dolía como la mierda.

- Todavía no se baja. Se nota que necesita mucha atención - su mano fue bajando por mi cuello, después por mi pecho y mi abdomen hasta llegar al resorte de mi ropa interior - Te ayudaré con eso.

Me dió una risa ladina. Comenzó a dar pasos hacía atrás, sin quitarme su la vista de encima hasta que tomó asiento en el sanitario, quedando así su rostro frente a mi polla.

Me tomó de la mano y me tiró hacia él. Su nariz rozaba por encima de mi erección e inhaló y exhaló. Yo solamente podía mirar, no podía controlar mi respiración totalmente desenfrenada.

- Jace...nos pueden...escuchar - hablé entre jadeos - Para...

Hizo caso omiso a mis palabras y sus dedos se dirigieron nuevamente al resorte de boxer.

- ¿De verdad, quieres qué pare? - murmuró, mientras comenzaba a bajarlo - Dime, cariño, ¿Lo quieres?

NUESTRO CHICO © (Nosotros #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora