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Tony Stark, Omega, heredero de la multimillonaria herencia Stark por parte de sus padres quienes se dedicaban a la fabricación de armamento militar, desafortunado prometido de Victor Von Doom y gracias a él, también era de las personalidades más frívolas que podían presentarse a eventos públicos, pero no era ni de cerca la imagen que quería representar, odiaba que las personas les evitaban cuando estaban juntos y aún por separado, odiaba que pensaran que era de la misma calaña que Von Doom en pocas palabras, y sabrá Dios qué planes tendría ese sujeto al igual que su familia al estar tan insistentes con el tema de un matrimonio, y para su desgracia, tanto María como Howard le habían creído, pues se les había hecho sencillo aceptarlo como si nada después de casi inventar un embarazo que nunca en su vida había planeado y menos al lado de tal prospecto de alfa como lo era Victor, recordaba los estúpidos comentarios que salían a flote cada que estaba cerca de él, o en el lugar y sitio equivocado diría Tony, tanto había mentido la familia Con Von Doom que hasta sus padres creyeron que salían, y jamás supo de tal compromiso hasta que fue esa estúpida rueda de prensa, y su madre lo sabía, sabía que no fue él quien había orquestado todo aquello, que no podía ni estar cerca de Von Doom, pero el ver el enorme orgullo en los ojos de su padre era demasiado como para aclarar el asunto, jamás lo había visto tan orgulloso por tomar las riendas de su vida y conseguir un compañero de vida, y vaya que destacaba en otras áreas, era un genio, heredero, el Omega más bonito y atractivo según casi las quince revistas para adolescentes que se vendían con más popularidad, salía igualmente en artículos relacionados a la ciencia, daba conferencias, vamos ¡Tenía su propio artículo en la revista Vogue y poco faltaba que le ofrecieran uno en Play Boy! pero la preocupación de Howard Stark era que encontrara un alfa que pudiera cuidarlo y qué mejor prospecto que Von Doom... Por favor, ese idiota no podría cuidar a alguien que no sea su apariencia, y estaba seguro que ni eso hacía bien, pues el periódico de esa mañana marcaba que durante la fiesta a la que se negó a ir estuvo coqueteando con cuánto Omega se le cruzara, esperando que aquellas comprometedoras fotografías de los patéticos intentos de Victor por llevarse a alguien a la cama (sin éxito alguno) llegasen a los ojos de Stark, y vaya que lo hacían, pero lejos de darle la supuesta molestia que todos aseguraban que podría darle, era su risa la que se escuchaba, y podrían jurar que se trataba de alguna historia cómica la que leía, hasta que leyó la parte en dónde él no era más que un necesitado omega que perdonaría todas las infidelidades de Von Doom por un poco de afecto y un buen contrato con sus padres ¡Patrañas! Si lo que la prensa quería era un espectáculo, sin duda se los daría.

Y tenía al prospecto perfecto...

Por eso volvió a esa cafetería, por eso decidió probar algo extra del menú, y por eso Steve Rogers y sólo él era el candidato perfecto para orquestar toda la venganza marca Tony Stark, una que no solo iba a hacer quedar a todos con los ojos pegados a la televisión, sino que incluso al mismo Von Doom le haría tragarse su mismo coraje al dejarlo como el patético alfa que no puede ni siquiera complacer a un Omega. Solo debía batir sus pestañas y mover la cadera, sonreír y estaba seguro de que ese tal Steve Rogers haría el resto.

Igual que la noche anterior, y siempre a las 8:30 de la noche, sabía que debía estar en casa para poder responder al teléfono, y no iba a negarlo, no solo ese hombre estaba de buen ver, su voz, solo su voz le hacía sentir ansioso por contarle todo lo acontecido, aún recordaba haber escuchado la advertencia que su amigo le había hecho a éste cuando supo quién era él, cuando solamente para verlo un minuto más había decidido regresar, aunque, no es que aquello no le hubiese herido y alegrado en partes iguales, pues mientras ese castaño lo amenazaba, Steve parecía no comprender nada de lo que decía sobre su vida privada y aquello le daba ese calor en el pecho, aquel hombre era un diamante y le daba méritos extra al defender su imagen no sin antes haber experimentado por cuenta propia.

- ¡Hey, Steve!

- Hola ¿Pasa algo?

- No, solo estaba esperando tu llamada, es mi hora favorita del día.

Tal vez no podía verlo, pero esas palabras sin duda que ensancharon algo en el pecho del rubio al otro lado de la línea.

- Pero si apenas llevamos hablando dos días.

- Lo sé, pero es lindo tener con quién hablar.

- Me alegra ser de ayuda, Tony.

Su nombre, alguien debería decirle que decir su nombre con esa voz era ilegal.

- ¿Qué tal el trabajo?

-No me quejo, demasiados comensales hoy, tuve que hacer tiempo extra.

- Debió ser duro...

- Si, pero estoy seguro de que tú día fue más emocionante que el mío.

- Para nada, solo miles de papeles para firmar, asistir a diferentes reuniones, almuerzo con mis padres y regresar a casa para ser el omega obediente que mi padre desea que sea.

Al último aquello había sonado más como una queja que cómo otra cosa, algo que no se había dado el lujo de confesar a alguien que no creyera que era afortunado por tener lo que tenía y era un malagradecido por ello.

- Suena difícil, pero no deberías tomarlo así, tu padre refleja su cariño al no querer que te pase nada.

- Tal vez, dios Steve, haces que no suene tan mal todo lo que mi padre hace.

- Bueno, siempre puedes visitar el restaurante o puedo llevarte a algún lado que quieras.

- ¿Me está invitando a salir?

- Puede ser...

- Dios, Steve Rogers, ¿Qué día y a qué hora?

Continuará...

Good Old-Fashioned Lover boy - Stony AU omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora