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Steve se encontraba en el trabajo, los días habían pasado entre nervios y algunos que otros preparativos para el gran suceso, sin duda la parte más difícil y vergonzosa vino después de que su omega comprara los preservativos, y es que jamás en sus veintiocho años habría esperado que esa charla sobre sexualidad llegara de parte de sus suegros quienes le animaron a que todo aquello era normal y que la sociedad se había encargado de condenarlo, pero el alfa no lo comprendía del todo ya que en su familia tradicionalista no debía haber sexo hasta que te hubieras casado y decidieran consumar su unión, si su madre se enterara de lo que estaba planeando hacer ya estaría encerrado en casa como castigo por aquello, pero tampoco podía defraudar a su omega quien fervientemente le esperaba y anhelaba.

Esa tarde estuvo perdido en el trabajo (algo que realmente no era novedad si se trataba de Tony Stark el dueño de sus pensamientos) pero al escuchar su teléfono sabía que era la señal para salir de su trabajo e ir al encuentro de su pareja.

Y es así como ambos estaban ahí, completamente solos en la habitación del omega que era más espaciosa de lo que imagino, ambos sentados sobre la cama contemplando un punto vacío en la habitación sin realmente saber cómo continuar.

- Bueno... Mi celo aún no es fuerte pero... He comenzado a sentir algunos espasmos... ¿Trajiste los condones y el lubricante?

- ¿Para qué el lubricante?

- No sé, supongo que un imprevisto... Stiff... ¿No vas a besarme?

- Claro, estoy aquí para poder atenderte y complacerte.

El resto de la tarde estuvieron encerrados compartiendo algunos besos que subían de tono como estaban acostumbrados, besos profundos y algo demandantes por parte de ambos, Tony tenía por fin los labios rojizos y algo hinchados por las mordidas del alfa en estos y debido a la temperatura la ropa comenzaba a estorbarle.

- Stiff...

Le llamó de manera necesitada, una que jamás había escuchado venir del omega, torpemente y sin dejarlo bajar de su regazo fue abriendo los botones de esa fina pijama que portaba a medida que sentía esas traviesas manos sobre su pecho, compartían besos torpes causados por el celo de su pareja, pronto esa velocidad no era suficiente, como si su instinto supura qué hacer, fueron retirando sus prendas una a una perdiendo el pudor en transcurso, el aroma de Tony era embriagante, en cambio el del alfa era concentrado y fuerte, como si ambos se reconocieran en ese íntimo momento.

- Aguarda Tony, no quiero lastimarte...

Jadeó el rubio cuando la última prenda estaba por ser retirada de su cuerpo y lista para liberar a ese enorme miembro que desde que lo sintió erguirse contra su trasero, Tony ya deseaba con una necesidad insana...

- Parece que alguien vio demasiado porno.

- Fue con fines educativos, lo juro...

- ¿Cuántas veces te tocaste pensando en mi?

- Tony... Al menos dos...

- ¿Y qué tal lo hice?

- ... Rico...

El omega rio y volvió a besarlo de la misma forma hambrienta e invirtieron posiciones, quedando el castaño bajo el fornido cuerpo de su novio. Este por su parte comenzó a descender a su cuello dejando algunas marcas en la piel de su omega, porque quería creer que ya se pertenecían, Tony por su parte le acariciaba la espalda desnuda adorando el aroma del alfa quien comenzaba a dejarse llevar, el calor en su cuerpo aumentaba haciendo su mente nublarse por el celo que estaba comenzando.

- Steve... No olvides los preservativos...

Pidió antes de volverse por fin un manojo de suspiros y jadeos por el tacto del rubio, por su parte, Steve había bajado hasta esos pequeños y rosados pezones del omega y comenzó a atenderlos con cariño y paciencia, como si sus instintos supieran qué hacer, bajó sus manos para amasar esas nalgas que en varias ocasiones había imaginado, y sus imágenes mentales no eran ni de cerca lo que realmente eran, eran firmes y suaves, las apretó y movió a su antojo, aunque cuando sintió su miembro erecto tocarse junto al del menor juraba que pudo ver estrellas, Tony no perdió la oportunidad para tomar ambos miembros y comenzar a acariciarlos juntos, utilizando sus dos manos tratando de replicar ese primer toque entre ambos, el rubio decidió comenzar explorar entre las nalgas de su pareja, encontrando la apretada, pequeña y virgen entrada del omega, la delineó con uno de sus dedos causando que el castaño se erizara placenteramente y buscara adentrarlos en él, ahora entendía a lo que se refería con húmedo, pues jamás en toda su vida imaginó que un omega pudiera lubricar tanto, no demoró en atender lo que con acciones pedía el contrario, por lo que con cuidado introdujo uno de sus dedos, aquello les hizo detenerse un poco y luego, cuando Tony comenzaba a moverse sabía que debía introducir un segundo dedo, y posterior un tercero que después de un momento de mutismo Tony comenzó a buscar introducirlos hasta el fondo de su ser, y Steve descubrió algo que le gustaba tanto como escuchar al omega llamarle de maneras cariñosas, y eso eran los ronroneos y gemidos del menor.

- Stiff... Por favor... Quiero otra cosa aquí dentro... Y solo tu puedes dármela.

Sintió un fuerte tirón en la entrepierna de solo escuchar lo inocentemente sucio que sonaba ese comentario, sintió su moral desvanecerse al ver que se acomodaba para darle espacio entre sus piernas listo para recibirlo.

- Stiff... Por favor... Duele...

- Solo un segundo cielo, el preservativo.

Un poco alterado buscó entre la cama y luego en la mesita de noche donde recordó había dejado la cajita, la abrió sin importarle romperla y tomó un pequeño empaque el que abrió torpemente, lo colocó como recordaba le habían enseñado en la preparatoria y pronto se encontraba contra la pelvis de su omega quien pacientemente le había esperado.

- ¿Estás listo Tony?

El castaño asintió con los ojos llorosos y acercándose más al mayor.

- Por favor Stiff...

- Volvió a pedir y está vez con todo el cuidado del mundo comenzó a abrirse espacio en la entrada de su pareja, ambos jadearon porla impresión de estar uniéndose, aunque la presión en su entrepierna le encantaba a Steve quien siguió abriéndose paso, por su parte, Tony se aferró a la almohada bajo su cabeza y esperó pacientemente a que su celo y su lubricación ayudara en el resto.

- Lo siento Tony... Lo siento...

El omega negó y le sonrió.

- Me gusta... Muévete despacio.

Pidió y fue entonces que aquel nuevo mundo se abrió para ambos, las embestidas comenzaron a ser cuidadosas y lentas pero a medida de que la necesidad crecía en ambos fueron comenzando a moverse cada vez más rápido, Tony se deshacía en gemidos y Steve besaba el cuello ajeno, gruñía y jadeaba el nombre de su omega, quería guardar igualmente para siempre esa imagen de su pareja bajo su cuerpo, pidiéndole que no se detuviera y fuera más profundo, los rasguños en su espalda y la manera en la que lo llamaba.

Los minutos siguieron en medio de embestidas, besos y gemidos, pronto las paredes internas del menor se contrajeron en un violento orgasmo que se vió más alargado debido al movimiento de su alfa a quien le bastaron unas cuantas embestidas más en esa avasalladora estrechez antes de correrse en el interior del preservativo.

- Stiff... Te amo...

- También te amo Tony... Demasiado.

- ¿Te casarás conmigo?

Steve rió y se acercó a abrazarlo.

- Por supuesto que sí.

Y tras aquella primera vez le siguieron varias rondas más, dejando espacios para descansar un poco y reponer energías, pues aún les quedaba trabajo que hacer y preservativos por usar.

Continuará...

Good Old-Fashioned Lover boy - Stony AU omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora