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Las llamadas siguieron a pesar de que habían pactado hablar sobre esa cita después de que Tony terminara unos asuntos en la empresa de su padre, al rubio cada mañana se le podía observar llegar con una sonrisa y Bucky en algún punto lo había escuchado incluso cantar.

- Hoy estás de buen humor.

- Si...

- ¿Algo interesante?

- Si te contara...

Aquello dió por zanjado el tema y se dedicó a hacer sus labores de limpieza mientras esperaban la llegada de los primeros comensales, y no es que Bucky no fuera un buen amigo porque vaya que lo era, pero esto era algo más personal, no podía decirle acerca de sus interacciones con ese Omega dorado del que todos los medios hablaban, esto era algo íntimo y secreto, incluso el tema del prometido del castaño había quedado en segundo plano, nunca en todas sus conversaciones habían tocado el tema de Victor y el compromiso, pues las charlas eran más para hablar de cómo había Sido su día, si Tony hacía algo nuevo o si Steve había por fin entrado a esa escuela de arte de la que tanto hablaba por teléfono, para su infortunio, Steve aún no conseguía el dinero, pero en ningún momento se le vió interesado en pedirle un préstamo a su conquista, hablaba de lo pesado pero entretenido del trabajo y de su madre, una dulce Omega que parecía que le había brindado los más increíbles recuerdos de su infancia, Tony por otro lado hablaba de su amorosa madre y su severo pero comprensivo padre quien estaba sumamente preocupado por la continuación de su linaje y porque alguien cuidara de su hijo, cosas de padres cuando tienes un Omega como hijo único.

Esa mañana y con el característico sonido de la campanilla de la entrada dió la bienvenida a Antony Stark, con su traje pulcro y maletín formal, esos anteojos que parecían demasiado grande a comparación de su joven y pequeño rostro.

- Buen día, Steve...

- Buenos días Tony. ¿Lo mismo de siempre?

El Omega asintió y Steve se apresuró a servir su café, la sonrisa en ambos era demasiado tangible para James pero no haría comentario alguno mientras ese Omega estuviera presente.

- Toma, la casa invita.

- Gracias.

Sonrió satisfecho Tony al ver frente a él esa torre de hotcakes recién hechos con montones de miel y frutas, sin duda cualquier comensal estaría celoso de las atenciones por parte del rubio hacia el heredero. Bucky por otro lado miró a su amigo quien contemplaba al castaño de vez en vez para cerciorarse de que disfrutaba cada bocado.

Y es que era así, Tony había comenzado a ir al menos cada tercer día para poder desayunar en el restaurante donde laboraba Steve solamente para poder saludarse y después volver a sus rutinas habituales, además de poder ver esa enorme sonrisa que le dedicaba exclusivamente a él. Siempre tenían su desayuno listo y caliente, así como el rubio siempre le indicaba que no debía pagar por ello, aún así se aseguraba de dejar buenas propinas antes de marcharse.

- Entonces... ¿Hoy a las ocho treinta?

Preguntó Tony recibiendo un asentimiento del ojiazul.

- Si, te veré en el parque de enfrente.

- Está bien, recuerda llegar puntual, yo siempre lo soy.

El rubio volvió a asentir en respuesta, después de ello Stark se puso de pie y terminó de limpiar sus comisuras, procedió a sacar algunos dólares de su bolsillo y los depósito en el frasco de la propina.

- Bueno, entonces nos veremos.

Steve sintió su corazón detenerse por un momento cuando le vió sonreír al momento en que le guiñaba, saliendo del establecimiento, y se habría quedado viendo el lugar por dónde Tony desapareció de su campo visual si no fuera que su amigo le había sacado de su ensoñación.

-¡Mierda! ¡¿Qué carajo acabo de escuchar?!

- Lenguaje...

Le reprimió volviendo a ser ignorado por su amigo.

- ¿Tienes una cita con Stark y te preocupas más de mi lenguaje?

- No es una cita... Solo lo llevaré a cenar.

- Demonios, jamás pensé que mi mejor amigo y defensor de la justicia social aceptaría ser el tercero en discordia.

- ¿Tercero?

- Recuerda Steve, ese Omega está comprometido.

Steve volvió a mirar en la dirección en la que Stark se fue y luego miró a su amigo.

- Si, bueno... Las cosas se dieron, y cada vez que hablamos por teléfono jamás es un tema de conversación.

- ¡Maldito!

Dijo Bucky esbozando una sonrisa mientras pasaba su brazo sobre los hombros de su amigo.

- ¡Tienes una cita con el maldito Tony Stark!

Volvió a repetir sin creerlo del todo, le agradaba que ese castaño no le fuera indiferente pero le preocupaba que por una equivocacion pudiera ser contraproducente para su amigo, quien por lo visto estaba experimentando un enamoramiento muy fuerte y estaba igual viviendo la fantasía adolescente al haber tenido la valentía de invitar a su crush a salir y que para su fortuna éste hubiera aceptado.

- ¿Has pensado en llevarle algún regalo?

- ¿Regalo?

- Por dios Steve, sé creativo hombre, si quieres ganarle a Von Doom y sus miles de millones de dólares debes ser romántico y detallista...

Iba a continuar si no fuera porque su jefe les había reprendido por el ruido que ocasionaba su charla, pero aquello estuvo rondando en la mente del rubio toda la tarde hasta que era hora de ir a su cita. Hizo una parada en casa para avisar a su madre quien había sido dada de alta hacia dos días y para arreglarse, argumentando que tenía algo parecido a una cita y aquello había emocionado a la mujer, y agradecía haber hablado con ella, puesto que recibió la mejor sugerencia de la vida.

Y ahí estaba, con media hora de antelación, con un sencillo pero significativo ramo de rosas que no pasó desapercibido cuando el dueño de sus suspiros apareció elegante como siempre, por un momento se sintió estúpido, pero al ver la sonrisa del Omega todo rastro de inferioridad desapareció.

- Buenas noches Tony.

- Buenas noches, Steve.

Se sonrieron y en ese momento le extendió el ramo.

- ¿Para mí?

El rubio asintió.

- Son muy bonitas.

- ¿Listo para esta noche?

Continuará...

Good Old-Fashioned Lover boy - Stony AU omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora