I KNOW PLACES | Derek Hale

epilogue

" They said the end is coming
Everyone's up to something
I find myself running home to your
Sweet nothings "

Taylor Swift.

Isaac, Stiles, y Derek volvieron a la vida cuando se les fue informado que Celine Locke se encontraba estable.

Stiles no podía creerse a sí mismo que estuviera abrazando a Isaac, Lydia y Scott se abrazaron entre ellos, el Sheriff abrazó a Derek en plena emoción y la culpa de Aiden e Ethan se esfumó por unos minutos al saber que estaba bien.

— Disculpe — llamó Noah entre toda la conmoción — ¿Y el embarazo?

Stiles y todos los que no estaban enterados de aquello miraron hacia Noah como si hubiera descubierto un extraterrestre.

— ¿Embarazo?

Todos los ojos estaban puestos en Derek pero el solamente estaba esperando la palabra del doctor, casi gruñendo porque se estaba tardando demasiado y él necesitaba saber cómo era el estado de su chica.

— Hubo complicaciones… — empezó el médico, sacándole el aire a todos, Lydia casi lloraba y Stiles sentía que la culpa comía su cabeza — Va a ser un embarazo riesgoso este primer trimestre.

— ¿Entonces el bebe está bien? — Derek preguntó dando un paso adelante.

Había sonado más amenazador de lo que pretendía, por lo que el médico dio un paso hacia atrás y carraspeó para asentir.

— Está descansando ahora, y queremos que se queden unos días en observación pero todo indica que progresara perfectamente.

El mundo volvió a tener paz una vez que todos ellos se cercioraron a mano propia de que la castaña y su bebé estaban bien.

Noah y Stiles fueron los últimos, Derek se negaba a irse del establecimiento.

— Stiles… — llamó el hombre lobo al muchacho, que se acercó rápidamente a él, con su padre esperándolo en la puerta — Celine te ama mucho y aunque yo odie eso… Debo decirte por ella que no tienes la culpa de nada.

Stiles tenía la boca abierta. Derek Hale dándole palabras de aliento. No lo podía creer.

— Derek, pero…

El lobo negó, suspirando y dejando una mano en su hombro en señal de apoyo.

— Se lo que te digo, Stiles… — frenó el lobo — Nadie aquí cree que lo que pasó es tu culpa, Celine menos que menos… Sé que sanar esa herida va a llevarte un tiempo pero quizá escuchar estas palabras puede hacerte bien.

El castaño asintió, poco le faltaba para llorar porque su psiquis estaba dañada, muy dañada. Solo se despidieron y él se fue con su padre.

Mañana sería otro día. Y Celine estaría con ellos.

(...)

— No me romperé por levantarme de la cama, Derek.

El lobo rodó los ojos al escucharla. No iba a hacerle caso de todas formas.

— No me importa — negó, dejando la bandeja con un gran desayuno a un lado de la cama matrimonial — Ya oíste a los médicos, es un embarazo riesgoso y debemos tener cuidado, Celine.

La castaña bufó, pero amaba a su lobo sobreprotector. Derek se había encargado de cuidarla como si fuera de cristal y aunque era irritante, verlo tan preocupado, comprando cosas de bebes, y leyendo libros sobre paternidad le sacaba demasiados suspiros.