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"01. Memories are burning"



Celine despertó temprano esa mañana, algo desorientada pero calmandose al recordar que ahora estaba en la casa Hale con Derek y no en San Francisco. 

Con cuidado se despegó del pelinegro, que la tenía sostenida por la cintura, y bajó rápidamente hasta la planta baja, recorriendo todo el lugar. 

—Buenos días— escuchó a Derek saludar. 

Se giró con una sonrisa, el lobo estaba en pijamas, una camisa holgada y unos joggings, y también le sonreía. 

—¿Cómo dormiste?— cuestiona. 

Derek se acercó hasta dejar un beso en su frente. 

—Muy bien, gracias a cierta chica que sabe cuándo estoy mal— respondió sonriendo. 

—Para eso están los amigos, Der, nos ayudamos en los malos momentos, aunque esto fue un ganar ganar porque yo no podía dormir tampoco— sonrió Celine. 

Para cualquiera qué haya visto a Derek Hale antes, podría notar que el hombre solo dejaba de estar serio y tenso todo el tiempo cuando estaba cerca de Celine. 

Laura vivía molestandolos, diciendo que la única mujer que podía calmar a la bestia de Derek, era la castaña; no estaba tan lejos de la verdad, pero él jamás lo admitiría en voz alta. 

(...)

—¿Seguro quieres hacer esto?— cuestiona Celine. 

Ella y Derek estaban caminando por la reserva de Beacon, más bien el lobo la llevó con ella después de desayunar. 

—Si, pero si tú no quieres, puedes irte— contestó el azabache en tono serio.

—Derek, la policía va a encontrar la otra parte del cuerpo, la identificarán y hablarán contigo... Seguro firmas unos papeles y podemos hacer un funeral como Laura se merece— trató de convencer la castaña. 

—No es eso lo que estoy buscando... Quiero encontrar al asesino— habló Derek. 

Celine lo miró, cruzada de brazos, pero sabía que tan terco era y que lo mejor que podía hacer, era seguirlo para evitar que cometa alguna locura. 

—Bien, te ayudo— cedió al fin. 

Siguieron caminando en silencio, demasiado concentrados en sus instintos para entablar una conversación. 

Lo único que lograron encontrar fue un inhalador a unos cuantos metros de la carretera. 

—Dudo mucho que el asesino de Laura tuviera asma— negó la castaña

Los dos se detuvieron al poder sentir la presencia de alguien más cerca de ellos. 

Derek con rapidez se adelantó un poco, quedando delante de la chica, solamente por si la intromisión no era agradable.

—Son dos adolescentes, perdieron el inhalador anoche buscando algo, a uno lo mordieron ayer por la noche— explicó Derek. 

Celine asintió y ambos se quedaron en el lugar esperando a que los muchachos llegarán. 

Uno era un poco más moreno, con bastante cabello, y la mandíbula algo torcida, el otro era muy blanco, pelo rapado y varios lunares. 

—¿Que hacen aquí? Esto es propiedad privada— habló Derek. 

Los dos adolescentes se veían nerviosos. El de pelo corto pasó su vista varias veces por ambos adultos, mientras que el otro apenas y los miraba. 

—Lo siento, no sabíamos— habló el de pelo largo. 

I KNOW PLACES | Derek Hale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora