... y no es gripe primos.

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No sabía si eran las vinchas, los complementos extraños, la bijouterie, las piedras en su cara o el rimel... pero hoy se sentía un divo.

Se miraba en el espejo y se gustaba.

De hecho, podía decir genuinamente que estaba partible, sexy.

Dios, que alguien me agarre y me haga algo. YA.

Si era Marcos, mejor.

Si él se sentía sexy, Marcos directamente gritaba sexo.

Julieta directamente orbitaba a su alrededor como si fuera un satélite o algo, aunque Marcos permaneció cerca de él.

Tiempo libre de juego para no saturarse.

Cierto. Ya le pidieron que tire los prohibidos y él lo haría por su gente.

Y después Marcos podía meterlo en el baño y...

¡Malo, Agustín, malo!

Cuando miro hacia adelante, Marcos bailaba al lado de Julieta, e hizo un movimiento pelvico que, si Coti no le hubiera distraído pidiendo que subieran el volumen, ya tendría una molestia en su pantalón.

Ay, esta en jeans ajustados, sin remera y con anteojos de sol. No podes Marcos, te están grabando, para un poco primo.

Y ahora le sonreía. Hijo de puta, mal amigo.

Solo le quedaba bailar. Bailar, bailar y bailar.

Él también empezó a irradiar sexo cuando vio a Marcos bailando despechá: él debia tener el mejor culo de toda la casa.

Y por eso lo dio todo cuando lo retaron a hacerlo.

Esperaba que Marcos entendiera lo que quería decirle

Primo...

Quiero... que... me... cojas. YA.

Obviamente no ahora, después de bailar. 

Se concentró mucho en divertirse, no solo para no pensar en Marcos, sino porque realmente quería divertirse: pero era increible que no pudieran tener una fiesta en paz.

Si no era la cara de culo de Juan, era la de Lucila.

Si Maxi solo iba a la fiesta para que abrieran el SUM, era Alexis yendo y viniendo porque Coti estaba enojada con él.

Que gente más hincha.

Él se divirtió solo y aunque seguía literalmente en celo, no era nada que un plato de comida y un poco más de chocolate, no pudieran solucionar.

Excepto el aire tenso del lugar. Lucila y Juliana no se miraban. Coti no las miraba a ninguna de las dos y andaba atrás de Marcos junto con Daniela y Julieta.

Thiago era otro que le andaba atrás, seguido por Alexis.

Era hora de ir a su escondite ultrasecreto: el confesionario.

Así que fue a buscar una remera para ponerse y esperó a que no hubiera nadie cerca para poder ir con tranquilidad.

- Primouuuuu - Marcos entró a la habitación cuando él estaba saliendo - ¿Vamo' un toque afuera? -

- Estaba por ir al confesionario - se excusó y el salteño lo miró preocupado.

- ¿Pasa algo? - le preguntó preocupado, su expresión pasó rapidamente de la alegría a la angustia.

- Necesito estar un tiempo lejos de la locura - le explicó, encogiendose de hombros.

- Bueno, vamo' - Marcos se puso su remera rosa y lo agarró de la mano, llevandolo con rapidez al confesionario.

Cuando entraron, Agustín se sentó con rapidez en el sillon, suspirando con alivio. Marcos se sentó al lado de él y agarró sus piernas, acomodandolas en su regazo, dejandolo acostado.

- ¿Todo bien primo? - le preguntó mientras acariciaba sus tobillos y sus pies.

- Bien pero hace calor - contestó Agustín, abanicandose la cara debilmente con una mano, mirandolo fijamente.

- Te entiendo - asintío el más alto - Hay que hacer algo al respecto -

Intentó mantenerse tranquilo. ¿Estaban hablando de lo que él creía que estaban hablando?

- Sí pero acá no hay ningún lugar tranquilo y fresco - comentó.

- Pero hay momentos tranquilos, cuando todos están durmiendo - le recordó y su mano fue subiendo por su pierna.

- Tenes razón. Pero no tenemos ciertas... cosas -

- Las conseguimos y listo - la mano de Marcos estaba llegando a un lugar peligroso - Yo quiero si vos queres -

- Si - asíntio con rapidez, tomando su mano entre las de él y las apretó.

- Entonces esta decidido - 

Los dos se estiraron y se dieron un beso suave, acariciandose el pelo y la cara. Agustín sintio que el celo que lo invadia se calmaba levemente.

- Esta noche usted me molesto mucho primo - le dijo Marcos en voz baja.

- Vos también Marquitos - le reclamó a la vez.

- Usted empezó - 

Los dos volvieron a reír y se dieron otro beso. Marcos se sentó derecho, apartó las piernas de Agustín de su regazo y se acercó al microfono. Curioso, Agustín lo imitó.

- Hola Big - saludó Marcos.

- Buenas noches, Marcos, Agustín. ¿Qué necesitan? - les preguntó Gran Hermano.

- ¿Sería mucha molestía pedir un poco de lubricante? -
..................

Primos, si no hay momentos Margus, no me queda más opción que entregarme al delirio.

Ya veremos que pasa...

Los amo ❤️❤️❤️

Porque él es mi amigo [Marcos/Agustín] GH 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora