Confesionario

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El confesionario empezaba a ser su lugar de relajación. Gran Hermano a menudo lo llamaba para que hable con el psicólogo, temiendo que estuviera bajo mucha presión.

Eso lo hizo adivinar que el público debía considerar bullying el trato de sus compañeros hacia él.

Y nadie podía entrar con él al confesionario.

- ¿Cómo están las cosas con Marcos? - le preguntó Gran Hermano. Agustín sonrió y decidió ser completamente sincero.

- No sé cómo los demás no se dan cuenta de lo que pasa, aunque solo fueron unos besos. Lo sospechan pero creen que soy un boludo que lo mira y mira como un loquito -

Se tiro hacia atrás, mirando hacia el techo.

- Pero me pone mal que lo hayan tratado para el traste por mi culpa, porque él es bueno. Realmente bueno. Y solo le deseo lo mejor -

Sus palabras eran mitad juego, mitad verdad. Esos sentimientos que tanto lo estaban enloqueciendo tenían que servirle para algo.

- ¿Entonces te gusta? - rió ante el intento de Gran Hermano para que fuera más especifico con sus sentimientos.

- Y si, puedo decir que me gusta. Marcos me gusta mucho pero todo quedó raro ahora que se fue Mora -

- ¿Pensás que él queria que te fueras? -

- Esta esa posibilidad, todos me daban por perdido y no lo culpo si él también lo hizo -

Parece que Gran Hermano solo quería escuchar sobre él y Marcos. No le importaba mucho pero él quería hablar de juego, apesar de que el psicólogo le aconsejó disfrutar y de llamarlo inmediatamente si lo molestaban demasiado.

Pero él no entendía. A él no le importaba esa gente que les gustaba meterse con pibes y pibas mucho más chicos que ellos.

Alexis, que tenía casi treinta años, metiéndose con Coti, que con sus veinte años, todavía era prácticamente una adolescente como Thiago y Nacho; estos dos siendo unos nenes influenciables, que iban a donde los demás lo guiaran.

O Alfa y Romina, ambos con hijos propios, aprovechando su 'poder' en la cocina para mandar sobre las dietas de los demás.

Él estaba comiendo menos y notó que Marcos y Julieta, quien ya se notaba que se hace la tonta pero no lo es, también.

María Laura y Lucila eran sencillamente asquerosas, como lo eran Holder y Martina.

Juliana y Daniela, dos chismosas, que aman hablar mal de la gente, siempre llevando y trayendo "información".

Maxi no le importaba mucho, a veces lo trataba bien, a veces mal, ya ni se fijó en él.

Pero el peor seguía siendo Juan, quien se creía con poder de mandar sobre los demás aunque venía zafando de irse por pura suerte.

Eso es lo que necesitaba descargar pero Gran Hermano no quería escuchar.

Salió maquinando del confesionario, estar centrado lo ayudó a relajarse bastante e ignorar los chistes crueles de Thiago y Nacho acerca de como fue a pedir hacer la espontanea, que ya estaba disponible.

Al no ver a Marcos en ningún lado, fue al dormitorio, decidido a echarse una siesta, cosa que estaban haciendo Alfa, Maxi y Juliana. No había dormido casi nada, lo necesitaba.

Se sacó las zapatillas y el micrófono, se acostó sin hacer ningún ruido. Respiró profundo, dejando fluir sus pensamientos para empezar a adormecerse hasta que el ruido de la puerta lo puso en alerta.

Si llegaba a ser Thiago para hacerle otra joda, esta vez no iba a seguirle el juego. Iba a ser lo más cruel posible.

- ¿Primo? - escuchó un susurro al lado de su oreja. Se volteo, distinguiendo la silueta grande de Marcos arriba suyo - ¿Vas a dormir? -

Agarró su micrófono y lo estiró por el cable para poder responderle.

- Sí, ¿vos también? -

- Sí, sí, haceme espacio -

Volvió a dejar el micrófono y se movió para hacerle espacio a Marcos, que era alto y muy corpulento, por lo que ocupaba mucho espacio. Sonrió cuando sintió que se encogía para no mandarlo al borde de la cama.

Cerró los ojos, el olor del desodorante y perfume de Marcos le recordó lo que pasó después de la fiesta de blanco, aunque se sintió tentado a tirar alguna frase o palabra random para romper la burbuja de intimidad que se formó entre ambos.

Sintió que Marcos se movía de nuevo, quedándose muy quieto cuando su brazo pasó suavemente por su torso hasta cubrirlo completamente. Abrió los ojos cuando sintió que se acomodaba de costado, notando la respiración de Marcos golpeando su cara.

- ¿Y mi beso de buenas noches? - le preguntó. No se había sacado el micrófono.

- No es de noche - le recordó Agustín - Y están Alfa y… -

Agustín sabia que no podían: Maxi y Juliana no eran de fiar y Alfa fue uno de los tres que estuvo más ensañado con ellos la última semana.

Pero los tres estaban profundamente dormidos, no iban a ver ni escuchar nada.

Solo fueron unos besos. Eso es lo que le había dicho a Gran Hermano y al público.

Podían darse más besos, le gustaban los besos.

Agarró la cara de Marcos con sus manos y tiró de él hacia abajo, subiendo levemente su cabeza para poder juntar sus bocas.

Esta vez ninguno de los dos se quedó quieto: movieron sus labios, lento, intentando aprender y seguir los movimientos del otro. Agustín se inquietó cuando se escucharon sonidos de succión debido al micrófono de Marcos pero a él no pareció importarle porque movió su otro brazo para acariciarle el pelo.

No supo cuanto tiempo se quedaron así pero de nuevo fue Marcos quien lo termino, alejándose de golpe y acomodándose en su lado de la cama.

Agustín se quedó con los ojos cerrados y, sin darse cuenta, se quedó dormido.

Porque él es mi amigo [Marcos/Agustín] GH 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora