Amigo

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Agustín suspiró de alivio cuando salió de la ducha. Casi todos dormían, así que aprovechó el momento para darse una larga ducha, sin que nadie le reclame por tomarse mucho tiempo, gastar jabón, shampoo o la queja sobre él que tuvieran ese día.

Se estremeció cuando un vientito frío entró por la puerta. Nunca pensaba admitirlo en voz alta, pero la casa de Gran Hermano donde estaba era medio berreta. O al menos lo era la parte del baño.

Empezó a secarse el torso, antes de cubrirse con la toalla al mismo tiempo que intentaba sacarse el short sin mostrar nada. No quería escuchar quejas sobre cómo usaba dos toallas, aunque él vio a Daniela usar dos toallas y la bata al mismo tiempo.

Suspiró cuando escuchó risas y pasos que iban hacia los dormitorios,sonriendo al reconocer la risa de Julieta, por lo que era obvio que debía ser Marcos quien iba con ella.

- Che, pero nunca me respondiste - escuchó decir a Marcos con voz calma, aunque creyó reconocer un tono de reproche -

- ¿Qué cosa? - preguntó Julieta.

Agustín se tapó la cara con la toalla para rodar los ojos, al notar el tono falso de inocencia de la chica.

- ¿Lo votaste al primo o no? -

Se sacó la toalla de la cara y miró hacia la puerta, escuchando con atención.

- Bueno, es que las chicas me hablaron y Dani... -

Esta vez sí rodó los ojos abiertamente y continuó secándose, ignorando la lluvia de palabras de la rubia. Era un juego, no necesitaba excusar su votación. Aunque parecía que ella quería excusarse con el salteño.

- ¿Y por qué te fijas tanto en lo que dicen las chicas? Vos sabes que él no es así - siempre educado, Marcos no habló hasta que ella se calló. Pará ese momento, Agustín ya estaba completamente vestido.

- ¿Y a vos por qué te importa tanto? - le preguntó Julieta, sin ocultar su fastidio.

- Porque él es mi amigo -

Ninguno habló después de esas palabras pero Agustín sabía que debían estarse tirando esas miradas que se dedicaban el uno al otro todos los días. Se quedó quieto hasta que unos pasos se alejaron hacia los dormitorios y otros hacia el patio.

Cuando escuchó la puerta cerrándose, salió del baño, en el pasillo no había nadie. Fue hacia el patio para llevar su ropa a secar, viendo en el ventanal a Marcos, sentado solo en una de las reposeras enfrente de la pileta.

Salió al patio y Marcos se volteó al escucharlo.

- ¡Primo! - saludo, sonriéndole - ¿Se bañó? ¿Hoy no va a hacer ejercicio? -

- La prueba ya fue suficiente ejercicio - le respondió Agustín, devolviéndole la sonrisa. Dejó secando sus cosas y se sentó en la reposera junto a él.

- Mañana no va a zafar, primo. Vamos a hacer ejercicio los dos juntos - Marcos se inclinó y palmeo la rodilla de Agustín, que apoyó su mano sobre la de él.

- ¿Está todo bien? -

- Si, está todo bien -

Los dos se miraron fijamente. Agustín le señaló la casa con un movimiento de la cabeza y Marcos agachó la cabeza.

- No quiero que tengas problemas con Juli por culpa mía - le aseguró Agustín.

- No hay ningún problema con Juli, culiado - se quejó Marcos y movió su mano para entrelazar su mano con la de Agustín.

- No me importa lo que digan las chicas... -

- Pero yo pensé que Juli estaba con nosotros -

Agustín se sorprendió por la interrupción, ya que no era normal que su "primo" interrumpiera a la gente cuando hablaba. Marcos tomó aire y se dejó caer en la reposera. Sin querer soltar su mano, Agustín se movió para quedar sentado en el pasto, al lado de su cabeza.

- Al final esto es un juego, todos jugamos solos - le recordó Agustín, mirándolo fijamente a la cara, aunque Marcos miraba al cielo, con expresión adolorida.

- Ella y yo nos llevábamos bien, primo - volteó a verlo - ¿Vos también jugas solo? -

- Te lo vengo diciendo desde el primer día, primo - contestó riendose y Marcos río con él - Pero vos no me crees, no me tenes en cuenta -

- Siempre te tengo en cuenta, primo -

Marcos acarició la mano de Agustín con su pulgar y este apoyo su mentón en la reposera. Ninguno estaba incómodo por la cercanía y se miraron fijamente hasta que escucharon voces.

Se voltearon y cuando vieron que era Juan, ocupando su lugar en el banco al lado de la puerta, con Nacho, Mora y Lucila, la Tora; volvieron a mirarse, ignorandolos hasta que Thiago les aviso que ya estaba lista la comida.

- Ay - se quejó Marcos cuando se levantó, acariciando sus hombros quemados, que ahora estaban rojos.

Agustín rio y se levantó de un salto, aferrándose a Marcos todo el camino hasta la mesa.

Si alguien notó cómo se sentaban más pegados que de costumbre y comían del plato del otro, nadie dijo nada.

Agustín devolvió la gentileza al no mencionar como Julieta no dejaba de mirar a Marcos, sin disimular en ningún momento. No dejó de mirar ni siquiera cuando se levantó junto a él para lavar y secar los platos.

- ¿Vamos a dormir? - Marcos lo sacó de su análisis mental y puso una mano en su hombro.

- Vamos -

Los dos fueron hacia el dormitorio, tomados de la mano. Lo último que escuchó antes de cerrar la puerta, fue a Mora decir "¡por fin está dejando de decir primo!".






Porque él es mi amigo [Marcos/Agustín] GH 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora