¿𝐒𝐎𝐘 𝐒𝐔 𝐑𝐄𝐌𝐏𝐋𝐀𝐙𝐎? /𝐇𝐘𝐔𝐍𝐒𝐀𝐄𝐍𝐆/𝐘𝐀𝐎𝐈/𝐒𝐒𝟓𝟎𝟏

CAPITULO UNO

Hyun Joong no podía apartar los ojos de la cara pálida de Yakim y todas esas vendas. Había estado congelado al lado de esta cama de hospital durante tres días. Desde el accidente de su mejor amigo. Accidente de tráfico en la calle Main. Tres días y ningún cambio en su condición. Le habían dicho a Hyun Joong que dejara de esperar buenas noticias. Como si hubiera alguna forma de que simplemente se diera por vencido. Hyun Joong no sabía cómo darse por vencido. Pero Yakim sólo había recuperado la conciencia una vez desde el accidente, y sólo por unos pocos segundos. Había preguntado por –Saengie- entonces. Hyun Joong no tenía idea quién diablos era Saengie, pero lo encontró excavando a través de la libreta de direcciones de Yakim. Ahora Saengie estaba aquí, y Hyun Joong lo miraba fijamente. Grosero, sí, pero el hombre parecía una copia de su inactivo amigo. Saengie, como resultó, era el hermano gemelo de Yakim. Oficialmente llamado –Young Saeng. Bien, Yakim había mencionado una vez que sus padres tenían una cosa por los nombres exóticos. Nunca había mencionado un hermano, sin embargo, mucho menos un gemelo. Young Saeng no parecía darse cuenta de que lo miraba fijamente. Sus ojos estaban fijos en su hermano. La mirada de Hyun Joong revoloteó entre los dos cuando Young Saeng se sentó en el otro lado de la cama. Ellos tenían el mismo cabello oscuro, marrón tan rico que casi parecía negro, pero donde Yakim nunca se preocupó por su peinado, Young Saeng llevaba el suyo largo tipo hongo y bien peinado. Lo hacía parecer más juvenil, aunque la mirada sombría en sus ojos cafés sugería que no quería ser tomado a la ligera.

―No va a despertar de nuevo, ¿verdad? ― Young Saeng preguntó, aún sin mirar a Hyun Joong. Hyun Joong tomó una respiración profunda.

―No es probable. ― No llegaría a tener a Yakim en casa otra vez. No esta vez.

Incluso su único momento de consciencia había sido inesperado. Y entonces todo lo que Yakim había hecho fue preguntar por su gemelo. Habían estado viviendo juntos durante años, pero Hyun Joong no había figurado en sus pensamientos entonces. No, Yakim había querido que Hyun Joong encontrara a Young Saeng.

Young Saeng frunció los labios, levantó una mano y la llevó a la cara de su hermano, luego acarició la parte posterior de su dedo sobre el puente de la nariz de Yakim, una vez, dos veces.

Hyun Joong levantó una ceja ante Young Saeng, quien se encontró con sus ojos brevemente antes de mirar lejos.

―Algo que hacíamos de niños, ― explicó.

―Ya veo.

A Yakim nunca le había gustado hablar de ese tiempo, por lo que Hyun Joong casi no sabía nada de ello. Los padres de Yakim habían sido drogadictos. Una noche su padre le había disparado a su madre en la cabeza. Eso era todo lo que había compartido.

―Te quedarás con él, ¿verdad? ― Young Saeng preguntó, sacando a Hyun Joong de sus pensamientos.

―Sí, lo haré. ― Hyun Joong miró a la cara pálida de su mejor amigo. No había manera de que iba a dejar esta habitación antes de que se terminara. Young Saeng se puso de pie.

―Me iré, ― dijo. ―Gracias por...― Agitó su mano hacia Yakim, apagándose. ―Es bueno que te tuvo. ― Un calor entró en la voz del hombre que no había estado allí antes, pero había una grieta en ella también. La voz de Young Saeng revelaba la emoción que se escondía de su rostro.

―Young Saeng

Young Saeng se detuvo en seco, con la mano en el picaporte.

―Es Saeng. Dime Saeng.

Con eso, se fue.

Hyun Joong miró detrás de él por un momento, luego resopló. No había querido compartir sus últimos momentos con su mejor amigo de cualquier manera. Tomó la mano de Yakim y la acunó en la suya, frotando un pulgar sobre la palma de Yakim. Yakim todavía estaba caliente, pero parecía que ya estuviera muerto. Sí Hyun Joong alguna vez veía al bastardo que había hecho esto, le dispararía. No importa que no poseía un arma de fuego o que nunca había hecho daño a nadie -o que no ayudaría a Yakim. El conductor que había golpeado a Yakim había estado borracho, y Hyun Joong nunca lo perdonaría.

Entretenido con fantasías de venganza, Hyun Joong miró a la cara de Yakim y se detuvo. Los ojos del otro hombre estaban abiertos.

― ¿Yakim?

Yakim miró directamente hacia él; esta vez, él no iba a preguntar por nadie más. Hyun Joong apretó su mano. Los labios de Yakim se curvaron como si estuviera a punto de sonreír. Sus ojos se cerraron de nuevo, pero la expresión pacífica se mantuvo. Todavía la llevaba al final del día, cuando su amigo en común, Dr. Leonard Morris, lo declaró muerto.