CAPITULO VEINTIOCHO

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Hyun Joong esperó pacientemente en la oficina de Morris mientras su amigo manejaba sus costosos instrumentos para tomar mediciones de Saeng, tratando de averiguar lo que estaba mal con él. Quizás -pacientemente fue una exageración. Era peor que esperar mientras a las autoridades que decidían qué hacer con él después de la muerte de su abuela. La última vez que se había sentido tan nervioso fue cuando recibió la noticia del accidente de Yakim.

No podía perder a Saeng también. Pero estaba impotente. Y no había casi nada que odiara más que sentirse impotente. Observó el reloj en la pared, por lo que sabía que el tiempo estaba progresando normalmente, pero todavía parecía que cada minuto tomaba al menos una hora para pasar.

¿Qué haría si hubiera lastimado a Saeng irremediablemente?

Yakim probablemente vendría a perseguirlo desde el más allá. Pero incluso Yakim había querido que continuara con el proyecto, ¿no? Tal vez había creído que Hyun Joong haría un mejor trabajo en mantener limpio a su hermano. A la mierda. Nadie lo había preparado para algo como esto. Cerrando sus manos en puños, Hyun Joong lentamente levantó la vista hacia el doctor cuando regresó. No le gustó la mirada sombría que vio allí.

―Tú-―Hyun Joong empezó.

―Sus lecturas son normales ahora. Realmente no sé lo que está mal con él. ― Morris frotó la parte posterior de su cuello con una mano.

―Definitivamente hubo un mal funcionamiento, y eso causó la convulsión, pero no sé lo que provocó que el chip actuara de esa manera o si es seguro ahora.

― ¿Piensas que fueron las drogas?

―Bueno nada había pasado hasta ahora, ¿no? Sabes que esto es exactamente por lo que te advertí acerca de seguir adelante con esto. ― La voz de su amigo sonaba tensa.

Hyun Joong tragó saliva.

―Realmente no creí que esto pasaría. ― Había estado convencido que el problema de Saeng con las drogas no sería un inconveniente mientras él estuviera alrededor. Estúpido. Arrogante. ―Sólo dime que él va a estar bien.

―Debería despertar en cualquier momento, ― Morris dijo. No era exactamente lo que Hyun Joong había esperado escuchar, pero las palabras aún le hicieron más fácil respirar. ―Lo mantendré aquí, por supuesto.

―Sí, claro. ― Hyun Joong no pudo evitar alejar la mirada de Morris y ver hacia la puerta que dirigía a la sala de observación.

―Sí, puedes ir a verlo, ― Morris dijo. ―Tengo mi localizador; déjame saber cuándo despierte.

―Gracias. ― Hyun Joong se levantó de la silla tan rápido que casi la volcó.



*****



Cuando Saeng abrió los ojos, lo primero que notó fue el dolor de cabeza. Lo siguiente fue la luz que le lastimaba los ojos. Gruñó. Y luego notó la mano que estaba sujetando a la suya.

¿Qué...? Sintiéndose todavía aturdido, Saeng dejó que sus ojos vagaran hacia abajo a su mano y luego hacia arriba del brazo del otro hombre para ver a Hyun Joong sentado en una silla junto a su cama.

―Hey,― Saeng dijo. ¿Por qué su garganta se sentía tan reseca? ¿Acaso no se acababa de ir a dormir en la cama de Hyun Joong? Por cierto, ¿Dónde demonios estaban?

―Oye, ― Hyun Joong dijo con una sonrisa lenta. Parecía aliviado, ¿Pero por qué? ¿Qué estaba pasando? La mirada de Saeng vagó por la habitación. Había estado aquí antes. Esta era la clínica donde su hermano había muerto.

― ¿Qué sucedió? ― preguntó, llevando una mano a su cabeza. Algo pegado a su piel, algún tipo de monitor tal vez.

―Parece que el chip no reaccionó bien a las drogas que tomaste, ― Hyun Joong dijo. ―Tuviste una convulsión y luego estuviste fuera durante un par de horas.

Saeng parpadeó.

―De ninguna manera.

Hyun Joong golpeó ligeramente en su localizador.

―Tengo que avisarle a Morris que despertaste.

Una pequeña sonrisa tiró de los labios de Saeng.

―Has estado esperando eso, ¿eh?

―Lo he hecho, ― Hyun Joong dijo, aparentemente no estaba avergonzado de admitirlo. ― ¿Cómo te sientes? ― preguntó, mirando hacia arriba desde el localizador.

―Rígido, ― Saeng dijo. ―Y me duele la cabeza. ― Realmente lo hacía. El dolor le recordó al despertar de esa mañana.

―No estamos cien por ciento seguros de lo que está pasando aún, ― Hyun Joong dijo.

―Sólo dame una aspirina o algo. ― Saeng cerró los ojos mientras el golpeteo en su cabeza crecía más feroz. La puerta se abrió de golpe y oyó que alguien se acercaba a su cama. ―Hola, Doc,― Saeng murmuró, abriendo un ojo para ver a Morris. ― ¿Quieres echar un vistazo a mi cabeza? Creo que dejaste un tambor allí la última vez que tu-―Saeng cerró su ojo de nuevo para sobrellevar la avalancha que se avecinaba. ―-la abriste. ― Nunca había tenido migrañas, pero tenían que sentirse parecido a esto.

―No estoy seguro de que los analgésicos servirán con esta clase de cosas, ― el doctor dijo.

Con algo de esfuerzo, Saeng se las arregló para abrir ambos ojos y mirar al hombre.

―No me importa, ― bufó. ―Sólo haz algo. ― Cerró sus ojos otra vez. ―Mierda.

Levantó sus manos para acunar su cabeza como si eso pudiera aliviar el dolor.

―Haz algo, ― Hyun Joong hizo eco, y Saeng podría haber besado al hombre bajo diferentes circunstancias. Como cuando no estuviera sintiendo como si su cabeza estuviera siendo desgarrada desde dentro.

―Dame un segundo, ―el doctor dijo.

―Date prisa, hombre, ― dijo antes de juntar los dientes con fuerza. Alguna clase de máquina estaba sonando a su lado, y el sonido parecía cortar a través del tejido de su cerebro. Un cegador blanco brilló ante sus ojos, y ya no estaba seguro de lo que estaba pasando. ¿El último episodio había sido tan aterrador? ¿Había dormido realmente a través de ello o todo esto estaba jodiendo con su cabeza tan mal que simplemente no podía recordar nada de eso?

Jadeó cuando el dolor de cabeza se intensificó. Al borde de su conciencia, sintió que alguien lo sostenía hacia abajo, presionándolo contra las sábanas. Algo le picó el brazo, una sensación apenas perceptible a través de la pared de dolor que lo separaba del resto del mundo. Voces vinieron de algún lugar fuera de su burbuja personal, pero las palabras que estaban diciendo no tenían sentido.

Intentó abrir la boca, pero no recordó cómo hacer que su lengua se moviera o como usarla para formar palabras.

Y luego, dejó de importar. Todo lo hizo. Una cálida calma alivió el dolor, y una espesa, borrosa manta se extendió sobre sus sentidos.



****



― ¿Qué le hiciste? ― Hyun Joong preguntó, todavía sujetando la mano de Saeng en un apretón de muerte. Había sido apretado en un puño hace unos segundos, todo su cuerpo tenso, pero ahora toda la lucha lo había dejado.

― ¿Está fuera?

Morris asintió, la preocupación clara en la forma en que miró la forma dormida de Saeng.

―Lo noqueé.

Hyun Joong le echó un vistazo a la jeringa que Morris sostenía.

―No sabía de qué otra forma ayudarlo rápidamente. Mierda.

La última palabra lo resumía bien.

―Vamos, ― Morris dijo entonces. ―Dejémoslo descansar. No va a despertar por un tiempo. Y necesito revisar sus archivos.

― ¿De vuelta a tu oficina? ― Hyun Joong preguntó. Realmente no quería dejar a Saeng así, pero parecía que no había nada que pudiera hacer aquí por el momento.

Morris sólo asintió.



*****



Tomó un par de horas antes de que el doctor tuviera noticias para Hyun Joong

―Tenemos otro mal funcionamiento en el chip, ― dijo. ―Ha vuelto a la normalidad, pero aun así... no estoy cien por ciento seguro de lo que lo causó.

Hyun Joong respiró profundamente.

―Sabíamos que algo así podría suceder. ¿Por qué no podemos resolverlo ahora?

―Bueno, para ser honesto, probar el chip en un drogadicto nunca había sido el plan hasta que Saeng entró en la imagen. 

Hyun Joong miró al piso. Morris tenía razón. Él tomaría toda la culpa por esto. Pero eso no importaba ahora; lo que importaba era cómo diablos iban a sacar a del desastre en que lo habían metido.

―Estoy preocupado por sus lecturas, ― Morris dijo, con las cejas juntas. ―No sé está recuperando tan rápido como la última vez.

Hyun Joong apretó los puños.

―No voy a dejar que esto le haga daño. ― Cómo exactamente iba a ser de ayuda, no estaba seguro, pero se sentía mejor al menos tener una resolución.

―No queremos otro episodio como ese, ― Morris dijo. ―Le he puesto tapones en los oídos.

― ¿Tapones?

―El chip se activa con el sonido.

Hyun Joong le dirigió una larga mirada. El chip se activaba con el sonido, correcto. Más específicamente, se operaba con la voz. Respondía a la voz de Hyun Joong, y sólo la suya. Bien, mierda. Ahora él era peligroso para Saeng.

―Mierda, ― dijo en voz alta. En su cabeza, fue a través de las opciones que se presentaban frente a él.

―Podemos hacer otra cirugía o-―el doctor comenzó.

―No, ― Hyun Joong lo interrumpió. ―No si puede evitarse. ― Todo esto había sucedido porque había metido a Saeng en una estúpida cirugía riesgosa. No iba a repetirlo si no era estrictamente necesario.

―Bien, la única otra opción que puedo ver es que te alejes de él.

Hyun Joong sintió que sus manos quedaban flácidas. Había llegado a esa conclusión también. 

― ¿Cómo podemos estar seguros de que eso no sucederá si...? ¿Qué si tiene otro episodio al azar, incluso cuando el chip no esté activado?

—Es poco probable, ― dijo el doctor. ―Pero lo mantendré en observación por un tiempo. No voy a tomar riesgos; lo sabes. De todos modos, no lo programaría para cirugía ahora. Quiero que se recupere primero.

Hyun Joong se echó el pelo hacia atrás. Aquí estaba, sentado frente a las ruinas de su proyecto. Con Saeng así, y ellos sin saber la causa, no podía arriesgarse a poner este chip en otra persona como otro experimento. Tenían suerte de que Saeng no había sido permanentemente dañado todavía. Hyun Joong se estremeció ante el pensamiento. Esa era la peor parte de esto. No que su proyecto había fallado. Había puesto mucho dinero y esperanzas en esto, pero eso no era lo que le hacía difícil respirar.

Tenía que decirle adiós a Saeng. No, no exactamente. Ni siquiera podía decir un maldito adiós porque otra palabra de la boca de Hyun Joong podría jodidamente matarlo.

―Mierda, ― dijo, empuñando sus manos, porque eso era más masculino que el sollozo que quería salir. No lo dejaría, no aún, y no ahora. Primero, tenía que... no sabía qué. Pero no podía dejar las cosas así. Cerró sus ojos por un momento, inhalando. ―Voy a entrar, ― dijo, señalando a la puerta de la sala de observación. Los ojos de Morris se endurecieron. ―Juro que no diré una palabra, ― Hyun Joong añadió. ―Vamos, sabes que no soy estúpido, pero necesito esto.

―Muy bien entonces, ― Morris dijo. ―Puedes quedarte por un momento, pero es mejor que ni siquiera respires en su oreja.

¿𝐒𝐎𝐘 𝐒𝐔 𝐑𝐄𝐌𝐏𝐋𝐀𝐙𝐎? /𝐇𝐘𝐔𝐍𝐒𝐀𝐄𝐍𝐆/𝐘𝐀𝐎𝐈/𝐒𝐒𝟓𝟎𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora