CAPITULO SIETE

36 8 0
                                    

―Yakim tenía toda clase de intereses de corta duración, ― Hyun joong dijo. ―Tal vez sólo quería garabatear. Se ponía extraño cuando estaba exaltado.

Saeng dio una risa seca.

―Esto es demasiado caro para hacer garabatos.

―No cuando puedes pagarlo.

No parecía que Hyun joong fuera a ser de ayuda. Algo azul capturó la atención de Saeng por la esquina de su ojo.

― ¿Es esa su computadora? ― Señaló a una elegante máquina en el borde del escritorio antes de abrirla. ― ¿Te importa? ― Mirando a Hyun joong, presionó el botón de encendido.

―Por favor, continúa, ― Hyun Joong dijo cuando Saeng no esperó el permiso.

―Pero está protegida con una contraseña. ― Tono presuntuoso.

―Tú sabes la contraseña, ― Saeng dijo.

―No la diré.

Saeng puso los ojos en blanco sin mirarlo. La pantalla de inicio del sistema operativo parpadeó en la computadora portátil, y allí estaba, la solicitud de una contraseña. Yakim no usaría nada obvio, así que Saeng ni siquiera iba a intentar fechas de nacimiento o nombres.

―Puedes decirme la maldita contraseña, ― Saeng dijo. ―Prometo que no voy a ver el porno de mi hermano muerto ni nada. ― Sólo quería echarles un vistazo a los datos. Imágenes, documentos... No estaba seguro de lo que estaba buscando. Cualquier cosa que le dijera más sobre su hermano y esta situación imposible en la que se encontraba.

―Es victoria83, todo en minúscula.

―Gracias. ― Saeng tecleó la contraseña. La pantalla mostró un mensaje de error.

―Debes haber cometido un error tipográfico.

Saeng intentó de nuevo con los mismos resultados.

―Él la cambió. O la tienes mal.

―No lo hago; siempre ha sido...

Saeng miró a Hyun Joong, y el otro hombre se encogió de hombros.

―Creo que la cambió, ― Hyun Joong dijo. Saeng miró de nuevo la pantalla. Había una indirecta a la respuesta correcta allí, pero no tenía ningún sentido.

―302032.― Sólo números.

―No parece que Yakim quisiera dejar una pista útil detrás, ― Saeng dijo.

―Creo que simplemente no quería que la gente fisgoneara entre sus cosas.

―Está bien, bien, ― Saeng dijo, cerrando el portátil. Sin embargo, no pudo evitar sentirse un poco desanimado. Esa computadora podría haberle dado toda clase de información sobre su hermano. Pero también, del hombre detrás de él. Cuando se giró de frente al hombre, sin embargo, Hyun Joong estaba mirándolo como si tuviera una pregunta quemando en su lengua también.

― ¿Qué? ― Saeng preguntó.

―Tus calcetines no combinan. 

Saeng parpadeó hacia él, luego miró hacia abajo a sí mismo. Por supuesto que sus calcetines no combinaban.

―Nunca lo hacen. ― Hoy, uno era azul y uno era naranja. Cada par que tenía estaba dividido. Saeng no podía evitarlo; tuvo que reírse ante la mirada desconcertada de Hyun joong.

― ¿Por qué... Olvídalo?

―Algunas personas dicen que la vida es demasiado corta para combinar los calcetines. Estoy de acuerdo. ― Porque él no podía estar celoso de calcetines idénticos estando juntos todo el tiempo y sintiéndose presuntuosos sobre ello en sus pies. Eso sería ridículo. ― ¿Ya desayunaste? ― Trató de cambiar el tema de conversación. ―Yo podría ir a comer.

― ¿Has conocido a Melinda? Le dije que guardara algo para ti.

―Oh, sí, lo hice, pero no tenía hambre entonces. ― Pero ahora, sobre una comida compartida, quizás él y Hyun Joong podrían tener una verdadera charla por una vez. Saeng se dio cuenta de que estaba curioso. Sobre muchas cosas. Su hermano, este experimento, los últimos años. Tenía curiosidad sobre Hyun joong también.

―Estoy seguro de que podemos encontrar algo para ti en la cocina. ― ¿Entonces quieres comer conmigo?

―Supongo que podría hacerlo. ― Hyun Joong no sonaba demasiado emocionado al respecto, pero Saeng podía dejarlo pasar por esta vez. No estaba aquí para coquetear con el tipo de todos modos. Hyun joong ya iba a follarlo de nuevo, y Saeng no tenía que fingir estar interesado en más que eso. Su curiosidad era puramente eso, curiosidad.


******



Resultó que Melinda había dejado unas tiras de tocino para Saeng. Hyun joong se las arrojó al hombre y se puso a hacer unos waffles para alimentarlo.

―Huele bien, ― Saeng comentó cuando Hyun Joong llevó el plato al comedor, junto con mantequilla y jarabe de maple.

―Por supuesto, ― Hyun Joong dijo. ―Yo los hice.

Saeng tomó uno de los waffles, derramó una generosa, por no decir asquerosa, cantidad de jarabe sobre él, y lo mordió.

―Así que, ― dijo, reclinándose en su silla, ― ¿Por cuánto tiempo has conocido a mi hermano?

―Desde que tenía 14 años, ― Hyun Joong dijo. Eso le ganó una ceja levantada de Saeng. ―Eso fue hace 14 años.

Saeng tomó otra mordida antes de continuar hablando. Hyun Joong recordó tomar un waffle para sí mismo.

―Entonces por qué nunca he oído...― Saeng hizo una pausa. ―No, espera, él sí te mencionó, creo... sólo no por tu nombre. 

―Tú lo dijiste. Tenía sus secretos. ― Hyun Joong dio una mordida a su waffle. Yakim nunca se había molestado en mencionarle a Saeng. Algo debía haber pasado entre los hermanos de lo que ninguno de los dos se había molestado en hablar.

―Estabas en el mismo hogar de crianza, ― Saeng continuó. ―Me desconcierta que estuvieran ambos en el mismo hogar por tanto tiempo.

―Yakim se aseguró de eso.

La declaración le dio una mirada interrogante de Saeng. Hyun Joong se encogió de hombros.

―Me impidió actuar y molestar a la gente. ― A veces eso implicaba a Yakim golpeándolo. La mayoría del tiempo, se lo merecía. ―Era un buen hogar. Muy religioso, sin embargo. Estoy seguro que quemaron todos los muebles y desinfectaron el resto de nuestra habitación cuando se enteraron acerca de nuestra empresa.

Saeng se rio alrededor de su waffle.

―Deberían estar orgullosos de que hicieras algo por ti mismo.

―Ellos no lo ven así, pero no dejo que eso me moleste. ― A Hyun joong le gustaba la expresión despreocupada en el rostro de Saeng mientras el otro hombre llevaba el resto del wafle entre sus labios. Parecía que la comida lo volvía agradable. O el jarabe lo hacía. Hyun Joong no estaba seguro de cuál.

―He intentado darles algo de dinero por sus esfuerzos, pero no lo quisieron.

―Yo lo tomaré.

― ¿Por tus esfuerzos de la noche pasada?

―Mhm...― Saeng agarró otro wafle y lo endulzó. ―Nah. Puedes pagarme por el chip cuando lo tenga. No tengo sexo por dinero. Ni siquiera cuando es sexo realmente bueno. ― Tomó una mordida de su wafle, viéndose pensativo por un momento, mientras un pico de calor se precipitó a través del cuerpo de Hyun joong ante el tono complacido de Saeng.

―Así que, ¿Quién es mejor? ― Preguntó entonces. ― ¿Yakim o yo?

―Y aquí estaba yo pensando que no querías ser comparado con él. ―Estaba bromeando.

Hyun Joong decidió responder a la pregunta de todos modos.

―Era diferente con Yakim. Te lo dije, él no era un sumiso. ― Sin embargo, el sexo entre ellos había sido fácil por el hecho de que Yakim era exactamente el tipo de Hyun Joong. Y también lo era Saeng. Esos brillantes ojos oscuros, ese rico cabello castaño, su cuerpo delgado que insinuaba apenas los músculos debajo de su ropa. Y lo peor de todo, lo que Yakim nunca le había dado, esos dulces, dulces sonidos que hacía cuando entregaba el control.

―Yakim siempre tuvo problemas sabiendo lo que es bueno, ― Saeng dijo. ―Ha sido así desde que éramos niños. ¿Te imaginas que no le gusta el jugo de manzana?

¿Saeng realmente había relacionado el increíble sexo que habían tenido con jugo de manzana?

―Lo sé, ― Hyun Joong dijo, un poco atontado. Afortunadamente en ese momento el otro habitante de la casa decidió entrar a través de la puerta medio abierta.

―Lexy,― Hyun Joong murmuró, mirando al gato azul real que entró en el comedor como si fuera la reina del lugar, indudablemente atraída por el olor de la comida.

― ¿Lexy?― Saeng repitió, mirando detrás de sí mismo para ubicar al animal. ― ¿Tienes un gato?

Lexy ignoró a Saeng y caminó debajo de la mesa.

―Es de Yakim, de hecho, ― Hyun joong dijo. ―Lexy. Es diminutivo de Alexandra. Pensó que debía conservar los nombres griegos.

Saeng sacudió la cabeza con incredulidad.

―Pobre gato, ― dijo, tomando una tira de tocino. Lo sostuvo bajo la mesa, y el gato se lo arrebató, olfateando la comida antes de juzgarla digna para su consumo. Entonces Lexy se acercó a Hyun Joong y saltó sobre su regazo. Por alguna razón, el gato siempre lo había preferido sobre su dueño.

―Yakim solía decir que Lexy y yo nos llevamos bien porque ambos somos igual de arrogantes.

Saeng se rio mientras Hyun Joong acariciada al gato.

―No tengo idea de lo que estaba hablando.

―En cualquier caso, ― Hyun Joong dijo, rascando a Lexy bajo la barbilla, ―Te voy a llevar a una cita médica más tarde.

― ¿Un doctor?

―Si. Un buen amigo mío y de Yakim. Él está ayudando con el experimento, y queremos conseguir tus datos. También tengo que hacerte firmar un contrato oficial.

Saeng parpadeó hacia él, se quedó en silencio por un momento.

― ¿Qué pasa si digo que no? ― preguntó.

―Entonces tendré que arrojarte al gato.



*****

El doctor que Hyun joong le presentó a Saeng era un hombre quizás un par de años más viejo que ambos, alguien que se las arreglaba para verse bien con lentes. Uno de esos tipos intelectuales. Ya que era un doctor, probablemente era bastante inteligente.

―Leonard Morris, encantado de conocerte. ― El doctor le ofreció un apretón de manos.

―Saeng.― Saeng le apretó la mano. Una sonrisa tiró de los labios del médico.

―He oído hablar acerca de ti, ― dijo. ― ¿Si la leyenda es cierta, entonces Hyun Joong te convenció de hacer este experimento con él? Debo decir que estoy impresionado.

― ¿Esperabas menos de mí? ― Hyun joong dijo. Estaban sentados en la oficina de una clínica.

Presumiblemente la clínica de Morris. Saeng había estado aquí solo una vez antes y no en la oficina. Yakim había muerto en esta clínica. Las coloridas pinturas que colgaban de las paredes de la oficina parecían burlarse de los dolorosos recuerdos que conectaban a Saeng con este lugar.

―Puedes irte, sabes, ― Morris dijo, mirando a Hyun joong. ―Tu presencia no es requerida aquí. Sé cómo hacer mi trabajo.

―Bien, ― Hyun joong dijo. ―No es como si no tuviera nada mejor que hacer. ― Miró a Saeng. ―Te recogeré después. Debo trabajar un poco yo mismo.

―Bien, te veo después.

El médico hizo un gesto a Saeng para que los siguiera a la sala de exámenes una vez que Hyun Joong se había ido.

―Vamos a hacer todas las mediciones básicas y ver si tus datos son realmente compatibles con lo que hemos programado hasta ahora, ― dijo el doctor. ―No podemos continuar sin estar absolutamente seguros.

―Entonces aún hay una posibilidad de que esto no funcione, ― Saeng dijo, pisando la balanza que el doctor le señaló.

―No es una posibilidad alta, pero está allí. ¿Quieres salir? ― Morris revisó las escalas del peso de Saeng y anotó algo. ―Conozco a Hyun Joong; puede ser un poco agresivo a veces.

―No lo sé, ―Saeng dijo. ―Prometió pagar mis deudas. ― Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera pensar en lo que estaba diciendo. ¿Lo acababa de hacer sonar como si estuviera teniendo sexo con el hombre por dinero? Él totalmente habría follado a Hyun joong sin el pago, sin embargo. ―Quiero decir, no me importa el sexo y todo eso, ― Saeng se apresuró a corregir, pero se encontró haciéndolo peor. ―No estoy seguro de estar tan bien con la cosa de la cirugía de cerebro.

―Comprensible. ― Afortunadamente Morris no optó por seguir la línea del sexo por dinero. En su lugar, midió la altura de Saeng. ―Sólo habrá cirujanos expertos, ― dijo el doctor. ―Tu hermano eligió al personal él mismo.

Por supuesto que Yakim lo había hecho. Él no habría simplemente dejado a cualquiera abrir su cerebro.

― ¿Conocías bien a mi hermano? ― Saeng preguntó mientras el doctor lo guiaba a una mesa de examinación. Saeng se recostó en ella.

―Fuimos a la escuela juntos, ― Morris dijo. Saeng lo miró, tratando de recoger algún signo de como Morris se sentía remplazando a Yakim así. El doctor se veía triste más que nada. Saeng centró su mirada en el techo.

―Así que eras amigo de Yakim y Hyun Joong.― Saeng tomó una respiración profunda. ―Sabes que están tratando de convencerme de que no había sentimientos entre ellos...― se interrumpió, esperando que el doctor arrojara alguna luz en el tema. Saeng no quería pensar románticamente en Hyun Joong, pero necesitaba saber sobre que iba todo esto.

―Ellos no eran una pareja y no eran exclusivos, ― Morris dijo después de un momento. ―Pero nunca salieron con nadie más, tampoco. ― Hubo algo en el modo que Morris dijo eso que hizo que los oídos de Saeng se animarán.

Morris tenía un enamoramiento por uno de ellos. No por Yakim. Miraría a Saeng diferente si fuera el caso.

―Sientes algo por Hyun joong,― Saeng concluyó.

―Lo hacía, ― Morris corrigió con una risa. ―Eres observador.

―Eso me han dicho. ― Y Saeng todavía se sentía como si se estuviera perdiendo algo grande.

¿𝐒𝐎𝐘 𝐒𝐔 𝐑𝐄𝐌𝐏𝐋𝐀𝐙𝐎? /𝐇𝐘𝐔𝐍𝐒𝐀𝐄𝐍𝐆/𝐘𝐀𝐎𝐈/𝐒𝐒𝟓𝟎𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora