Hyun Joong se detuvo en el camino de su mansión y aparcó el coche. Saeng sentado durmiendo en el asiento del pasajero, la cabeza apoyada contra la ventana. No parecía como si fuera a levantarse pronto. Al menos no estaba roncando.
Suspirando para sí mismo, Hyun Joong bajó del coche. Caminó hacia el lado del pasajero, abrió la puerta, y liberó a Saeng de su cinturón de seguridad. No era particularmente cuidadoso de no despertarlo, pero Saeng permaneció muerto para el mundo de todos modos.
Hyun Joong levantó a Saeng de su asiento y lo arrojó sobre su hombro. El adicto no se merecía el tratamiento estilo nupcial ahora mismo.
Decir que estaba enojado con Saeng era un eufemismo. La cólera se había estrellado contra él al mismo tiempo que el alivio que había sentido al ver al hombre más joven seguro y en su mayoría a salvo.
Y luego estaban las palabras de Kyu. Le llevaron de nuevo mientras llevaba a Saeng por las escaleras dentro de la casa.
―Si la jodes con él, voy a lastimarte.
¿Quién creía que era ese pequeño cabrón para hablarle así? Él no le había hecho nada a Saeng. Aparte de una pequeña cirugía cerebral de todos modos. Si algo lo había molestado, seguramente sería la carta de Yakim, la que se suponía que Saeng nunca leyera. Ahora que lo había hecho, sin embargo, tendrían que hablar de eso.
Hablar acerca de sentimientos y esa mierda. No era el tipo de cosas que a Hyun Joong le gustaba hacer. Había un millón de cosas, fácilmente, que le gustaría hacer en lugar de discutir esa carta. Por ejemplo, mostrarle a Saeng exactamente que le pasaba a un sub que se escapaba y violaba sus órdenes como si quisiera molestarlo. Lamentablemente eso tenía que esperar.
En el segundo piso, Hyun Joong bajó al hombre a la cama en la habitación de Yakim. Por la mañana haría que Morris le hiciera un chequeo a Saeng. Paranoico, quizás, pero a Hyun Joong no le gustaba tomar riesgos. Saeng se movió cuando su cabeza golpeó la almohada, pero no despertó. Apagando la luz, Hyun Joong dejó la habitación. Tendrían una charla en la mañana. Tal vez entonces su temperamento también se enfriaría.
*****
Saeng despertó con dolor de cabeza, parpadeando contra la luz que brillaba en la habitación. Nadie había pensado en cerrar las cortinas anoche. Agarrando la almohada debajo de sí mismo, la presionó contra su rostro.
―Mierda, ― murmuró en voz alta. Aparentemente había despertado justo a tiempo, sin embargo. Pasos se aproximaron a su habitación desde el vestíbulo. Alguien tocó a su puerta. ―Entre, ― gritó. El olor del desayuno entró a la habitación. Saeng bajó la almohada un poco para ver a Melinda llevando una bandeja de desayuno. Oh por favor, no alegría esta mañana. Pero comida sonaba bien. El aroma de tocino y huevos casi lo hizo babear. Maldición, tenía hambre. Alejó la almohada en favor de la comida mientras memorias de la noche anterior llegaron en ráfaga a él. La Xylophine, eso era por lo que estaba tan hambriento.
―Te ves como si pudieras dormir un poco más, ― Melinda dijo mientras colocaba la bandeja de comida en una silla cerca de la cama.
―Podría, ― Saeng estuvo de acuerdo. ―Y un montón de analgésicos si tiene algunos.
―Te conseguiré algunos, ― Melinda dijo. ―Espera un segundo, cariño.
―Eso sería genial.
Saeng se pasó el brazo por los ojos, bloqueando la luz cuando la puerta se cerró. Lentamente se levantó de la cama para llegar a la comida. Era una buena porción, pero parecía un poco pequeña el día de hoy. La puerta se abrió otra vez, y Saeng miró hacia arriba, esperando ver a Melinda con los analgésicos.
Fuera de la puerta, sin embargo, estaba Hyun Joong, y él no se veía feliz esta mañana. Bueno, no debería estarlo, considerando que Saeng había hecho lo posible para molestarlo la noche anterior.
―Así que finalmente estás levantado, ― Hyun Joong dijo a modo de saludo.
―Sip,― Saeng dijo, bajando su mirada al plato de huevos y tocino. De repente su apetito desapareció. Ahora se quedó con un dolor de cabeza y un mal sentimiento en el área de su pecho.
― ¿Quieres decirme de qué se trató lo de ayer?
Saeng podía oír que Hyun joong estaba tratando de mantener la compostura en lugar de explotar sobre él. Podría haber sido más fácil si Hyun Joong solo acababa de gritarle en lugar de esperar una explicación.
― ¿Podemos hacer esto luego? Ni siquiera estoy realmente despierto aún. ― Y él tenía la madre de todos los dolores de cabeza post drogas, pero no esperaba simpatía por ello.
Hyun Joong miró la puerta detrás de él.
―No. Vamos a acabar con esto. Y no he decidido si voy a dejarte tener esta habitación de nuevo.
―Bastardo, ― Saeng murmuró.
― Yo soy el bastardo ahora, ¿eh? Dime quién de nosotros se escapó ayer y-
―No es así de simple.
Saeng no iba a dejar a Hyun Joong hacer que esto sonara como si la culpa descansara solo en él.
― ¿Sí? Entonces dime cómo es. ― Hyun Joong se recostó contra una estantería, viéndose como si su mente ya hubiera llegado a una conclusión acerca de todo esto. Increíble que este hombre fuera a quien había derramado su corazón.
Cerrando sus ojos por un momento, Saeng se pellizcó el puente de la nariz como si eso pudiera hacer desaparecer el dolor de cabeza.
―Me di cuenta de lo que pasaba entre tú y Yakim.― Sólo diciendo las palabras, recordando cómo lo había hecho sentir ese descubrimiento, fue suficiente para hacerlo querer otra dosis antes de que esta conversación estuviera terminada.
―Quieres decir que fisgoneaste en mi escritorio y robaste mi correspondencia personal.
¿Hyun joong realmente iba a hacer un gran asunto de eso?
―No pude evitarlo, ― Saeng dijo. ―Tú nunca ibas a decirme.
― ¿Qué querías que te dijera? ― Hyun Joong preguntó. ―Esa estúpida carta fue una sorpresa para mí tanto como lo fue para ti. Tuve que esperar cinco semanas antes de abrirla.
¿Cinco semanas? Hyun joong la leyó mientras Saeng estaba hospitalizado, entonces. Yakim había planeado todo esto meticulosamente, ¿no? Tratando de luchar contra el sentimiento de temor, Saeng frotó sus sienes. Mierda, hermano, ¿por qué me estás haciendo esto?
―Eso no cambia nada, ― le dijo a Hyun Joong. No cambiaba la verdad de que Hyun Joong había estado enamorado de su hermano. Que su hermano había estado enamorado de Hyun joong. Que Yakim los había manipulado a ambos desde fuera de la tumba. Sostuvo una mano frente a su boca, temiendo que vomitaría de nuevo.
―Esto es estúpido. ― Hyun Joong dio un paso adelante. ―La menor piedra en el camino y corres de vuelta a tus drogas. ¿Estás orgulloso de ti mismo?
¿Honestamente?
―No. ― ¿Pero qué demonios quería Hyun joong? Saeng no se iba a deshacer de esta adicción en cuestión de semanas solo porque Hyun joong quería que lo hiciera. ―Estás esperando demasiado.
―Sí, quizás lo estoy. Seguro que no esperaba que leyeras mi correo y lanzaras una rabieta.
―A la mierda, Hyun Joong. Sólo deja de pensar acerca de las putas drogas por un minuto. ― Saeng miró a los ojos de Hyun joong, dispuesto a que viera que había cosas más importantes aquí. ― ¿Amabas a mi hermano?
Lo había escuchado de Yakim pero no sería definitivo hasta que lo escuchara de Hyun Joong. Sin romper el contacto visual con esos ojos cafés, esperó a que el otro hombre respondiera, su corazón palpitando tan fuerte que podría salirse de su pecho.
― ¿Por qué eso es tu asunto? ¿Tú eres sólo mi rata de laboratorio, recuerdas?
Ouch. Eso en realidad dolió físicamente, como un puñetazo en el estómago. Saeng tomó un respiro, lo sostuvo. No iba a dejar que Hyun Joong viera cuánto le dolía.
―Renuncio, ― dijo. ―Estoy fuera. ― Si así era como Hyun joong se sentía, el sexo no era más una opción. Quizás Saeng era un poco auto destructivo, pero no así de auto destructivo.
―No puedes simplemente renunciar. Obsérvame. ¿Qué pasa contigo?
― ¿Qué pasa conmigo? ― Saeng miró a Hyun Joong con incredulidad. ― ¡Me enamoré de un idiota que está atado a mi hermano! ― Mierda, ahora lo había dicho. Pero era la culpa de Hyun joong por confundirlo. Hyun Joong parecía que no sabía si huir de la habitación o tener esta conversación.
―Sólo te repetí tus propias palabras, ― dijo entonces.
―Jódete.
―No quise decir-
― ¿Qué quisiste decir?
―Que no sé nada acerca de esto.
― ¿Estabas o no estabas enamorado de Yakim?― Saeng preguntó.
―Tal vez.
¿Qué clase de respuesta era esa?
―Hyun Joong-
― ¡Maldición, Saeng! No lo sé ¿Está bien? No sé nada acerca de esta mierda. ― Parecía a punto de tomar un libro de la estantería y lanzarlo por la habitación. ― ¿Por qué incluso importa ahora? Él está muerto. Nosotros nunca tuvimos una relación, y ahora él está muerto. ¿Eso no es suficiente para ti? ¿No ganas tú ahora?
El aire que inhaló se congeló en los pulmones de Saeng.
― ¿Qué es lo que gano? ― preguntó. Hasta ahora, sólo había perdido. Había perdido a su hermano, y él nunca podría ganar contra el ideal de una persona muerta en la cabeza de Hyun joong. ¿Cómo había pensado Yakim que esto siquiera podía funcionar? ¿Había subestimado el amor el Hyun Joong por él? Saeng lo había visto el día que se conocieron, en la forma en que Hyun Joong miraba a Yakim en esa cama de hospital. Irónicamente, eso era parte del porqué a Saeng le gustaba Hyun Joong. Alguien capaz de ese tipo de devoción no podía ser una mala persona. Pero Yakim lo había abandonado. Idiota. Hey, así que su hermano podía ser bastante estúpido también.
―Quizás amaba a Yakim,― Hyun joong dijo. ―Tal vez lo hice. Él simplemente estaba... siempre allí. ― Su mirada buscó en la habitación como si estuviera viendo rastros de Yakim en cada mueble. Fragmentos de la vida que habían compartido. El enojo lo dejó, todos sus rasgos relajados y viéndose tan cerca de descomponerse como Saeng se sentía. Dejando la cama atrás, Saeng cerró la distancia entre ellos. ―Pensé que, si pudiera evitar que se lastimara, no pasaría nada malo.
Por eso Yakim se había esforzado tanto para que su muerte pareciera un accidente. La verdad lastimaría a Hyun Joong. Viéndolo así, Saeng fantaseó con ir al cementerio, desenterrar el cuerpo de su hermano, y golpearlo. Esto no lo hace mejor, maldito idiota.
―Lo siento.
Saeng dijo como si pudiera disculparse con su hermano, sin importarle lo que Hyun joong pensara, abrazó al hombre, sintiendo la tensión en sus músculos antes de sentir los brazos de Hyun joong cerrarse alrededor de su espalda. Ligeramente al principio, luego más fuerte. Un fuerte agradable agarre, incluso ahora. Si nunca lo dejaba ir, Saeng estaría bien con ello.
El silencio los envolvió por un momento antes de que Hyun joong hablara.
―Sé lo que esa carta te hizo pensar, ― dijo. ―Piensas que lo estoy reemplazando contigo.
Eso no era todo, pero quizás la parte más importante. Una mano fue a su cuello, y se dejó ser presionado más cerca, enterrando su nariz en el hombro de Hyun Joong. Sólo se imaginó que cuando encontrara al hombre de sus sueños, él estaría tomado por un fantasma. Debería haberlo sabido mejor que involucrarse, maldición. ¿Cuántas veces tenía que tener su corazón aplastado en pedazos antes de que dejara de intentarlo? Apretó su agarre en Hyun Joong. A la mierda. No quería soltarlo.
Los dedos de Hyun Joong se clavaron en su piel.
―Sabes, suenan igual a veces, y te ves parecido, pero aparte de eso, son personas completamente diferentes. Tú no estuviste conmigo la mayor parte de mi vida, Saeng. No hiciste mis ensayos en la escuela secundaria, o te saltaste clases conmigo en la galería; Tú no construiste una compañía conmigo. ― Hyun Joong negó con la cabeza. ―No podrías reemplazar a Yakim aunque lo intentaras. Nadie podría.
―No puedo vencerlo.
―No es una competencia.
Y solo así su corazón latió más rápido cuando Hyun Joong inclinó su barbilla y le dio un beso en los labios.
No se podía negar. Estaba de cabeza por el hombre. Lo más extraño, y estimulante era que Hyun Joong parecía quererlo también. Hyun Joong lo quería. El pensamiento bloqueó todo lo demás. El recuerdo de Yakim, de la noche anterior, todo se fue en una bruma mientras la sensación de la lengua de Hyun joong en sus labios se apoderaba de su mente. Abrió su boca sin pensarlo, atrayendo al otro hombre más cerca.
Un hormigueo bajó por su espalda y hacia su ingle a un ritmo vertiginoso mientras respiraba la loción para después de afeitar de Hyun Joong y toda la sangre dejó su cerebro.
Empezó gentil al principio, pero Hyun Joong se volvió más agresivo mientras continuaba, reclamando la boca de Saeng como si eso fuera a darle posesión sobre la persona. Un atisbo de dientes en sus labios envió calor corriendo a través de las venas de Saeng. Nunca había sido realmente besado antes de esto. Una de las manos de Hyun Joong bajó al culo de Saeng, apretando fuertemente. Saeng recordó la última vez que Hyun Joong lo había tocado allí y lo llamó su novio. Eso era exactamente lo que él quería ser.
―Ya no puedo ser tu experimento, ― dijo, rompiendo el beso sin alejarse de Hyun joong. Con la forma en que el hombre lo sostenía, no podría haberlo hecho, aunque lo quisiera, y era justo la forma en que le gustaba.
―Sabes lo que pienso de los que renuncian.
―Y aun así quieres que deje las drogas.
―Eso es diferente.
―Como lo es esto, ― Saeng dijo. No quería renunciar a Hyun Joong, después de todo. ―Vamos a decir que quiero cambiar los términos del contrato.
― ¿Cómo? ― Hyun Joong movió su mano, llevándola al bolsillo trasero de Saeng. Saeng balanceó las caderas mientras las cosas se calentaban en sus pantalones, y colocó un beso en la mejilla de Hyun joong. Nunca tendría suficiente del sabor.
―Todavía voy a tener sexo contigo, ― le dijo a Hyun Joong. ―Pero no quiero que sea estrictamente profesional nunca más. De hecho, si quieres mantener las cosas profesionales, estoy fuera.
―Así que lo que estás diciendo es-
―Quiero ser tu novio.
― ¿Gran promoción de rata de laboratorio a novio, no te parece? ― El tono de Hyun Joong era burlón así que Saeng se abstuvo de golpearlo.
―Lo merezco, ― Saeng dijo, sonando más confiado de lo que se sentía. Aunque la posibilidad de rechazo era baja, todavía estaba esa sensación de inclinarse por la ventana, quizás demasiado.
―Muy bien entonces, ― Hyun joong dijo. ―Te promuevo.
―Mhm... ¿algún beneficio que venga con la nueva posición? ― Su corazón estaba latiendo tan fuerte en su cabeza que bloqueó casi todo el dolor que estaba sintiendo antes.
―Para empezar, conseguirás tu propia habitación. Te quiero fuera de esta.
―Bien. ― Quizás esa no era la peor idea. Saeng tomó una segunda mirada lejos de Hyun Joong y hacia la habitación. El portátil azul en el escritorio destacó. El portátil con la convenientemente cambiada contraseña. Debía haber algo allí. Maldijo su cerebro por girar alrededor de eso incluso ahora, pero no podía evitarlo. Girándose hacia Hyun Joong, vio la mirada interrogante en su rostro. ― ¿Cómo supiste donde estaba ayer? ― Saeng preguntó.
―El brazalete, ― Hyun joong dijo, confirmando una sospecha que había estado arrastrándose sobre Saeng. ―Hay un chip de rastreo en él.― ¿Quién diseñó el brazalete? ¿Yakim?
Hyun Joong asintió.
Eso consolidó su teoría. No había razón para que Yakim pusiera algo así en un brazalete que pretendía usar él mismo. Yakim había sabido que él no iba a estar en el experimento. No se separó de Hyun joong, necesitando un momento para respirar.
― ¿Qué sucede?
―Nada. ― Nada que pudiera compartir de todos modos. No había forma de que pudiera explicar este sentimiento de traición, de abandono, sin decirle a Hyun joong exactamente lo que su hermano había hecho. Y él no quería que -romper el corazón de Hyun joong- fuera la primera cosa que él hiciera como su novio. ― ¿Quién llevaba las finanzas? ― preguntó.
―Yakim lo hacía.
Por supuesto. Habría necesitado dinero para llevar a cabo su plan.
― ¿Puedo ver?
― ¿Por qué-
―No preguntes, por favor.
Hyun Joong vaciló por un momento antes de ceder.
―Déjame buscar la carpeta.
Saneg se sentó en la cama mientras esperaba su regreso. Tal vez debería haber esperado con esto, disfrutando el resplandor de una nueva relación por un tiempo, pero su cabeza no lo iba a dejar descansar antes de que averiguara todo esto. Se lo compensaría a su nuevo novio más tarde.
― ¿Preocupado de que no pueda pagarte? ― Hyun joong dijo, regresando a la habitación y arrojando una pesada carpeta en el regazo de Saeng.
―No es así. ― Saeng abrió la enorme cosa y miró los números. Grandes números. Todo estaba bien contado y con precisión. Por supuesto, Yakim no se descuidaría así. Seng leyó las entradas justo antes de la muerte de su hermano, luego una semana después. Un número saltó frente a él.
302032. El mismo número que el recordatorio de la contraseña. Saeng miró la línea otra vez. El nombre del destinatario era Andrew Burlow.
Cerrando el folder, Saeng se levantó de la cama. ― ¿Puedes dejarme solo por un minuto?
― ¿Puedes decirme lo que sucede?
―Sólo necesito un momento para despedirme de su habitación.
―No te creo.
―Entonces sal hasta que pueda pensar en una historia mejor. Te llamaré cuando esté listo.
― ¿Qué-
―Sal si quieres tener sexo esta noche. ― Definitivamente no era la mejor manera de comenzar una relación, pero esperar para poner a prueba su teoría lo estaba volviendo loco.
―Voy a hacer que te arrepientas de esas palabras, ―Hyun Joong dijo, pero se fue, y Saeng saltó al ordenador portátil.
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¿𝐒𝐎𝐘 𝐒𝐔 𝐑𝐄𝐌𝐏𝐋𝐀𝐙𝐎? /𝐇𝐘𝐔𝐍𝐒𝐀𝐄𝐍𝐆/𝐘𝐀𝐎𝐈/𝐒𝐒𝟓𝟎𝟏
Fanfic𝐀𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚, 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐦á𝐬 𝟏𝟖. Cuando Young Saeng malgasta todo su dinero en drogas y juegos de azar, Hyun Joong se ofrece a pagar sus deudas. Pero su generosidad tiene un precio: Young Saeng tiene que convertirse en su rata de...