CAPITULO VEINTINUEVE

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Saeng yacía en su cama como ellos lo dejaron, respirando pacíficamente y viéndose como una muy masculina versión de Blanca Nieves. Su piel estaba pálida, demasiado pálida para él. Se veía demasiado como alguien más que había muerto en esa cama. Suspirando, Hyun Joong tomó asiento al lado de la cama. Había estado sentado allí demasiado frecuentemente y por demasiado tiempo. Eso terminaba hoy. Él estaría lejos de Saeng, pero al menos no tendría que sepultarlo.

Acarició suavemente un pulgar sobre el rostro del hombre dormido. Los labios de Saeng estaban ligeramente separados, y, a pesar de eso, Hyun Joong pensó en besarlo. Pasó el pulgar por esos labios. Eran el perfecto equilibrio entre ásperos y suaves.

Hyun Joong debería haber sido claro acerca de sus sentimientos mucho antes. Tal vez entonces Saeng no habría vuelto a las drogas. ¿Pero cuál era el punto ahora? Ellos habían terminado, y Saeng ni siquiera lo sabía aún. La vida oficialmente apestaba.

Hyun Joong tragó saliva cuando algo pinchó detrás de sus ojos. Los limpió con el dorso de la mano. Cuando los quitó, vio a Saeng mirándolo, la niebla del sueño todavía clara en su rostro. Confusión también.

Como Hyun Joong no podía hablar con él, pasó su pulgar sobre la mejilla de Saeng nuevamente en lo que esperaba fuera una manera tranquilizadora.

― ¿Qué-

Hyun Joong negó con la cabeza.



****



Saeng no estaba seguro de lo que estaba pasando cuando abrió sus ojos para encontrar a Hyun Joong junto a su cama. Recordaba el ataque que había tenido en destellos. Pero nada de eso parecía importante cuando vio la expresión en el rostro de Hyun Joong. Nunca lo había visto tan triste. Fue el único pensamiento que atravesó la neblina de su mente.

Algo había molestado a Hyun Joong, y Saeng no tenía ni idea de qué, pero tenía que saber. Así que empezó a preguntar, pero Hyun Joong le indicó que guardara silencio. Bueno, eso fue grosero, pero Saeng cerró sus labios, disparando al otro hombre una mirada interrogante. Quizás Hyun Joong se dio cuenta de que estaba preocupado. ¿Por qué otra cosa el bastardo arrogante acariciaba así la mejilla de Saeng, como si tuviera que compensar algo?

Hyun Joong probablemente se estaba culpando por todo esto. ¿Era eso lo que lo tenía tan preocupado? 

Saeng abrió la boca para preguntar, pero Hyun Joong lo detuvo otra vez inclinándose sobre él y reclamando la boca de Saeng con la suya. El beso fue inesperado, pero no completamente indeseado. No en absoluto. Saeng dejó que sus ojos se cerraran y se hundió en la sensación de los labios de su novio en los suyos. Ahora que habían aclarado los sentimientos entre ellos, podía permitirse hacer eso, disfrutar del cosquilleo en su estómago que tenía cuando este hombre estaba cerca de él.

Ser querido por Hyun Joong era un sentimiento poderoso. Suficiente para que Saeng disculpara que el experimento había salido mal. Superarían esto. 

Quería traducirle esa certeza a Hyun Joong. Iba a estar bien; él iba a estar bien. Hyun Joong le acarició el cabello en suave gesto, y Saeng inclinó la cabeza para permitir que el otro hombre fuera más profundo, no queriendo que el momento terminara. Sus narices se frotaban y sus lenguas se movían juntas, y sólo por un segundo, el mundo era perfecto.

Y un segundo tendría que ser suficiente, porque entonces Hyun Joong se alejó. Se echó hacia atrás, pero mantuvo su mano en el cabello de Saeng. El movimiento era tranquilizante, y Saeng sintió que sus párpados caían. Tal vez el sedante no había desaparecido por completo. Pero eso estaba bien. Hyun Joong todavía estaría allí cuando despertara otra vez. Con ese pensamiento en mente, se dejó ir. 



****



Cuando despertó de nuevo y su mirada vagó por la habitación, Hyun Joong no estaba allí. Quizás había ido a una reunión o algo. Saeng trató de no sentirse demasiado decepcionado. La vida no era un cuento de hadas, y su novio no tenía que pasar cada momento de vigilia con él. Pero habría sido agradable.
Al menos Morris todavía estaba allí. Entró en la habitación sólo un minuto después de que Saeng hubiera despertado. ¿Había cámaras ocultas en algún lugar? Los monitores a los que Saeng estaba conectado probablemente informaban a la computadora en la oficina del doctor.

― ¿Cómo te sientes? ― Morris preguntó.

―He estado mejor.

Morris le dio esa mirada otra vez. Esa soy-un-doctor-y-quiero-detalles mirada. 

―Mi cabeza está en su mayoría bien. Sólo estoy cansado y con un poco de náuseas.

―Supongo, ― Morris dijo. ―Te estás recuperando bien, pero es lento. Espero que te tomes un par de días antes de recuperar tu completa salud.

― ¿Y quieres que esté aquí todo ese tiempo? Voy a estar loco de aburrimiento.

―Me gustaría estar en el lado seguro, sí.

―Tendrás que venir a leerme historias. ― Saeng miró a su alrededor a las paredes blancas. Si al menos hubiera una televisión aquí... ― ¿A dónde fue Hyun Joong? ― preguntó cuando no pudo contener más la pregunta.

―Él estaba... um...― El doctor se sentó en la silla junto a la cama de Saeng. Uh-oh. A Saeng no le gustó la pausa, o esa mirada en la cara del doctor. No en absoluto.

― ¿Hay cámaras aquí? ―Saeng preguntó. ― ¿Nos viste besarnos?

―No vería eso, ― Morris dijo, no exactamente negando que allí hubiera cámaras. Saeng elevó una ceja hacia él, pero no llegó más información. Igual de bien. Tendría que masturbarse bajo las mantas mientras estuviera aquí. Preferiblemente en la oscuridad. 

― ¿Y qué hay del jefe? ― Saeng preguntó.

―Se tenía que ir, ― Morris dijo. ―Hay algo que tengo que decirte. Saeng le dio una mirada desconcertada.

―Dilo, ― él dijo. ―Si es algo malo, no va a ser mejor mientras más esperes para decirme. ¿Es algo con mi cabeza? ¿Voy a morir o algo?

Quizás Hyun Joong se había ido porque no había querido verlo morir. Saeng respiró profundamente. Quizás tenía algunas tendencias auto destructivas, pero no quería morir exactamente.

―No, ― Morris dijo. ―No vas a morir.

― ¿Entonces qué es tan terrible?

―El chip en tu cabeza. Sabes que reacciona a Hyun joong...

Saeng miró fijamente al doctor. ¿Estaba diciendo lo que Saeng pensaba que estaba diciendo? No, eso no podía estar bien.

―Por favor dime que no estás diciendo que tengo que mantenerme alejado de Hyun joong para ponerme saludable de nuevo. Si tengo que estar aquí toda la semana y-―Saeng se detuvo. El doctor no podría estar queriendo decir que iba a ser más que solo el periodo de recuperación, ¿verdad? ―Espera, ― dijo, sintiendo las palabras borboteando fuera de él. ―Esto va a pasar, ¿verdad? Estaré bien después de una semana o algo así, ¿no? ―Seguía viendo al doctor mientras hablaba, pero el hombre no le estaba dando razones para sentirse menos nervioso. ¿Qué pasaba con esa mirada culpable? ―Por favor dime que esto va a desaparecer.

―Me temo-―El doctor empezó.

Saeng lo interrumpió.

―No. No puedes estar diciendo eso; no puedes.

―El chip está en tu cabeza, ― Morris dijo, finalmente consiguiendo decir una palabra. ―No puedo repararlo.

―Bien, ¡entonces quítalo! ― Saeng le gritó al doctor. Si había un estúpido chip en su cabeza que hacía imposible que estuviera con Hyun Joong, no lo quería más. No pertenecía allí en primer lugar.

―Eso es demasiado riesgoso para-

― ¡Ponerlo era jodidamente arriesgado también! ― Saeng se sentó en la cama. Nunca debería haber tenido esa primera cirugía, maldición. Pero no tenía miedo de tener otra para deshacerse del problema. ―Estoy listo.

—Hazlo ahora. ― Quizás eso era pedir un poco demasiado, pero no le importaba.

―No puedo, ― el doctor dijo. ―Incluso si dijera que sí, esas cosas toman un poco más de tiempo para prepararse.

Morris lo miraba por el borde de sus gafas, como si hablara con un estudiante.

―No me importa, ― dijo. ―Sólo sácamelo.

Morris negó con la cabeza.

―Hyun Joong no me dejará.

Saeng se quedó boquiabierto, sintiendo que le sacaban el aire. Así que Hyun Joong había renunciado a ellos sin siquiera consultarlo con él primero.

―Toda cirugía es riesgosa, ― Morris dijo. ―Él no quiere que te sometas a una que no necesitas.

―Él no puede tomar esa decisión por mí. ― Por una vez en su vida, había encontrado algo digno por lo que apostar, y no iba a dejar que nadie le dijera que era una locura. Especialmente no personas que no tuvieron problemas con abrir su cabeza antes.

―Él puede decidir no pagar por otra cirugía, ― Morris dijo.

Saeng simplemente miró al hombre, tratando de procesar sus palabras.

―Vete antes de que te lance algo, ― dijo finalmente.

―Puede que ahora tengas el corazón roto, ― el doctor dijo, ―Pero al menos eso sanará.

―Jódete. ― Saeng apretó los dientes, endureciendo su mandíbula. Esto no podía estar bien. Esto no podría estar malditamente bien. Tenía que haber algo que pudiera hacer. La implacable realidad de su situación fue como un pesado bulto en su estómago que se expandía con cada respiración que tomaba, extendiéndose para llenarlo con terror frío.

No iba a ver a Hyun Joong de nuevo.

Tendría que volver a su antigua vida.

Volvería a fallar.

Maldición, ¿Por qué todos a quien amaba le tenían que ser arrebatados? ¿Era esta alguna clase de juego que jugaban en el cielo para ver qué tan lejos podían empujarlo antes de que finalmente se quebrara?

― ¿Saeng?

Saeng miró con enojo a Morris. Nada de esto era realmente culpa del doctor, pero se sentía bien estar enojado con alguien. Necesitaba alguien a quién culpar. La ira era mejor que la desesperación. Eso vendría, pero lo contendría todo el tiempo que pudiera. Hasta que pudiera conseguir la cantidad necesaria de drogas para manejarlo.

Mierda. Drogas. Lanzó una risa sin gracia.

― ¿Saeng?― Morris preguntó otra vez.

―Mierda, ― Saeng dijo. ―Maldita sea. ― Se dobló, acunado su cabeza en sus manos. ―Esto es mi culpa, ¿no? ― su voz había tomado un tono más alto, bordeando la histeria, pero por el momento, no había nada que pudiera hacer al respecto. ¿Y qué importaba si se estaba volviendo loco?

―Las drogas, ― Saeng dijo. ―Fueron las putas drogas. ― Eso debió ser por lo que Hyun Joong se fue, por lo que Hyun joong no se había quedado para ver a Saeng reaccionar a las noticias. Por lo que no le estaba dando a Saeng nada que decir al respecto. El pecho de Saeng se apretó ante el pensamiento. ―Esto es mi maldita culpa. Lo arruiné. ― Después de que Hyun Joong había confiado en que no lo jodiera también.

―Saeng...― Morris dijo otra vez como si se hubiera convertido en la única palabra en su vocabulario.

― ¿Hyun Joong dijo algo? ― Saeng preguntó. ― ¿Antes de irse? ¿O sólo estaba agradecido de poder deshacerse de mí?

―Sabes que él no pensaría eso, ― Morris dijo. Saeng lo miró. El hombre parecía serio.

Saeng cerró los ojos, presionando sus manos en sus párpados cerrados. Morris tenía razón. Hyun Joong no haría eso. Hyun Joong había... quizás no lo amaba, tal vez no eso, pero lo había querido. Fue eso, más que cualquier otra cosa, que finalmente hizo demasiado difícil contener el bulto en su garganta.

―Saeng...

― ¿Puedes irte? ― Saeng preguntó mientras se volvía más difícil respirar a través del bloque de hielo en su pecho. (Déjalo hablar Saeng, chingada madre xD)

Morris se puso de pie.

―Te dejó una carta.

― ¿Una carta? ― Saeng le lanzó una mirada incrédula a Morris. Después de leer las últimas palabras de Yakim, había pensado que había terminado con las cartas trágicas.

Morris le tendió un sobre, y Saeng lo agarró.

―Me gustaría leer esto solo, ― Saeng dijo. Lo que sea que Hyun joong hubiese escrito, no quería que su reacción se grabara en cualquier tipo de medio, incluso si ese medio era sólo en los recuerdos de otro hombre.

―Entiendo.

—No vas a mirar a través de las cámaras tampoco.

—No, no lo haré. Por supuesto que no. ― Con eso, Morris se fue. Saeng lo miró hasta que la puerta se cerró detrás del hombre. Después sus ojos regresaron a la carta en su mano. No decía nada en el sobre.

Un pedazo de papel cayó al abrirlo. Las palabras de despedida de Hyun Joong para él eran de tinta negra sobre el papel reciclado amarillento. Por un momento, Saeng sólo lo miró. Estaba harto de palabras de despedida.

Saeng tomó una respiración profunda. No tenía sentido ponerse todo dramático cuando realmente todo era su culpa para empezar. Si no hubiera lanzado una rabieta, si sólo hubiera dicho no a las drogas por una vez en su vida...

Exhaló. Agarrando el papel con demasiada fuerza en su mano, comenzó a leer. Bien podría cavar con esto.

Querido Saeng.

Dios esto suena estúpido. Escribir cartas no es lo mío, pero creo que no tengo elección, ¿o sí? Para ahora, asumo que Morris te dijo que no puedo hablar contigo. No te preocupes, sin embargo. Vas a estar bien. El experimento ha terminado, falló, pero aún voy a hacerte un cheque. Estarás cubierto.

La línea debajo de eso estaba completamente pegado e inteligible. La carta terminaba con:

Siempre y cuando permanezcamos separados, deberías estar bien.

Saeng casi rompió la carta al leer esas palabras.

― ¿Qué demonios? ― Dijo en voz alta. Que montón de basura. Siempre y cuando permanezcamos separados, deberías estar bien. ¿Hyun Joong no lo entendía en absoluto? ¿Estaba Hyun Joong bien con dejarlo ir? Saeng volvió a mirar la carta. Con ninguna palabra Hyun joong dijo como esto lo hacía sentir. Como si no tuviera sentimientos en absoluto y esto fuera un simple inconveniente para él. Saeng apretó el papel en un puño y lo aventó contra la puerta. No iba a dejar que terminara así; no iba a hacerlo.

¿𝐒𝐎𝐘 𝐒𝐔 𝐑𝐄𝐌𝐏𝐋𝐀𝐙𝐎? /𝐇𝐘𝐔𝐍𝐒𝐀𝐄𝐍𝐆/𝐘𝐀𝐎𝐈/𝐒𝐒𝟓𝟎𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora