~Narrador omnisciente~
Red amaneció calientito, desnudo, junto a Shiro. Sus ojos se abrieron con toda la calma del mundo y notó que estaba abrazando al peliplata. Sonrió con inocencia y besó su frente, recordando la noche anterior mientras se tumbaba boca arriba para pensar en todo lo que había ocurrido con su vida luego de que había vuelto a ver a Arthur.
Arthur...
Después de la violación de Red, este no había vuelto a ver a Arthur ni conocía su paradero. Pero la verdad, en aquellos momentos le tenía sin cuidado alguno. Arthur ya no le importaba como un amante, ahora su corazón estaba centrado en Shiro. Ni siquiera se había dado cuenta de cuando ocurrió, de pronto solo le tomó cariño al pequeño.
De todos modos, el castaño no podía dejar de pensar en Arthur. Por alguna razón, ahora que podía pensar en algo más que no fuera su adorable pequeño durmiendo a su lado, se dio cuenta de que llevaba ya más de 10 meses sin ver a Arthur, y eso le preocupaba ligeramente. Después de todo, no lo odiaba, simplemente quería verlo. También tenía ganas de ver a Laura.
~Narra Red~
Me levanté muy suavemente de la cama, haciendo el menor ruido que podía, tratando de no despertar a Shiro. Caminé en pasos cortos hacía la cocina, tomé uno de los post-it que había pegados en el refrigerador y le escribí una nota a Shiro.
"Shiro, iré a ver a una persona, no te preocupes por mi. Volveré en una o dos horas. Te amo"
Dejé el post-it pegado en la puerta del baño de mi habitación y volví con largas zancadas hacia la sala, buscando las llaves de mi auto y vistiéndome en el camino con la ropa que había dejado en el suelo anoche. Estaba limpia, así que no me importaba vestirme de nuevo así. Tomé las llaves del BMW rojo y salí de la casa cerrando la puerta con extremo cuidado, dirigiéndome hacia el auto e introduciéndome en él; conduje despacio hasta la casa que le había comprado a Laura. Miré la puerta y sonreí, sintiendo algo de nostalgia por los días que ella y yo habíamos compartido juntos. Abrí la puerta con la mano izquierda, tomando las llaves con la derecha y guardándomelas en el pantalón mientras caminaba hacia la enorme puerta y tocaba con los nudillos más o menos dos o tres veces. El vecindario se veía tranquilo, yo ya sabía que a Laura no le gustaba que la molestaran demasiado el ruido y los vecinos así que supongo que le elegí bien el lugar.
La puerta se abrió, dejando ver a una Laura ligeramente desaliñada, pero con esos ojos miel tan encantadores como siempre. Traía el largo pelo recogido en una coleta que enrolló sobre si misma, ropa demasiado casual y se veía con unas manchas de pintura de colores en el rostro. Probablemente estaba pintando algo. Nah, ¿en serio Red?
Le dediqué una amistosa sonrisa que significaba que la había echado de menos, pero ella frunció el ceño y me miró con desaprobación y algo parecido a la repulsión. Me sorprendió ver aquello ya que jamás había visto que Laura mirara así a alguien, por lo que mi sentido me incitó a preguntar. Sin embargo, Laura me interrumpió, impidiendo así que abriera siquiera la boca.
-Vaya, que descaro tienes de aparecerte por mi casa. -su tono de voz era hostil y hosco, sin dejar de ser femenino. Me sorprendí por la acusación, como si yo le hubiera hecho algo malo.
-¿Perdón?
-¿Qué quieres, Red?
-Bueno... yo... am... quería pues... pasar a visitarte, tiene mucho que no te veía, y pensé que...
-Pues ya me viste, así que ya te puedes ir -me cortó la palabra aún en ese tono hostil y trató de cerrarme la puerta en plena cara. Obviamente le detuve la puerta con una mano.
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Gotas de amor, sexo y mentiras (Yaoi)
RomanceArthur se mudó hace cinco años de su país natal, Japón, para estudiar en Estados Unidos y entrar al equipo de natación de Michigan. Debido a que una chica le rompió el corazón, se ha vuelto gay desde hace dos años. Él piensa que jamás tendrá novio...