Gotas de amor, sexo y mentiras (Yaoi)

Capítulo 33. Colisión

It's been a long time 🎶 Que ondi MarlonDudes!! Vaya si tenia mucho tiempo de no actualizar ;-; ya los echaba de menos carajo T-T pasaron cosas dificiles, hubo muchos conflictos, cosas romanticas, limón bien hard(?) y voy a la universidad asi que mi vida ha sido una ruina los ultimos seis o siete meses XD pero dejemos de hablar de mi, ESTOY DE VUELTA!! Disfruten del drama, y el salseo como yo Bv me exalte escribiendo esto (?) los hamo a todos, disfruten del capitulo :3

Sin mas dilatacion(?) les traigo el mejor capitulo hasta ahora -sicomono- ( ͡° ͜ʖ ͡° )

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El vuelo 103 ha llegado a su destino. Gracias por preferir nuestra aerolínea.

La mirada del rubio se movió hacia el maletero que estaba sobre su cabeza y con una pequeña sonrisa se levantó de su asiento, estirando sus largas piernas y alzando los brazos para tomar su maleta. La dejó en el suelo, presionando en ella un pequeño botón gris y jalando una pequeña manivela para poder arrastrarla. Suspiró sin dejar de sonreír, arrastrando la maleta por el suelo alfombrado hacia la salida del avión. Cargó su equipaje un momento en la mano para poder bajar las escaleras metálicas sin problemas y miró hacia la terminal, tomando su teléfono.

Luego de una corta llamada, guardó el movil y se dirigió al aeropuerto, puesto que estaba ansioso de realizar todas las actividades que tenía planeadas en su visita a Michigan. Tecleó un par de cosas en su teléfono y con esa ancha y animada sonrisa salió caminando del aeropuerto como si fuera el mejor día de su vida. Una vez afuera, un taxi amarillento recién pintado se estacionó enfrente suyo, abriendo una de sus puertas para dejar entrar al muchacho. Éste, con su expresión feliz abrazó la maleta y subió al coche, cerrando detrás de sí. El conductor le miró con un gesto amable y le preguntó dónde quería que lo llevase primero. Poniéndose el pulgar encima del labio el muchacho pensó un par de segundos para luego sonreír más ampliamente.

-A la Universidad de Michigan.

El conductor asintió pisando el acelerador y girando suavemente el volante con sus dedos nudosos. Mientras tanto el muchacho miraba por la ventana con gesto interesado y curioso, como un niño cuando le llevan al centro comercial para comprar un juguete.

El trayecto no duró demasiado. Apenas diecisiete minutos después el taxi se estacionó frente a un edificio blancuzco y el chico sonrió abrazando de nuevo la maleta y abriendo la puerta para salir. Extrajo su billetera y le pagó al conductor, dando gracias y caminando hacia la entrada. Por dentro el instituto era enorme, cosa que no se podía notar desde afuera. Con los ojos brillosos el rubio se paseó un rato por los pasillos exteriores solo para admirar lo bonito y diferente que le parecía esto de su país natal. Emocionado, tomó su teléfono e hizo una llamada, mordiéndose el labio con insistencia al oír los "bips" que conectaban la línea. Al oír la voz al otro lado de la línea su sonrisa se hizo más grande y comenzó a hablar como si no hubiese un mañana.

-Ya estoy en el colegio mamá, no sabes lo bonito y grande que es. Más tarde te enviaré una foto, es magnífico -el muchacho parecía realmente contento.-Si, no te preocupes, será el primero que sepa que estoy aquí. Después voy con mi hermano, te llamo luego mamá.

Colgó luego de un largo suspiro de complacencia. Volvió a echar una mirada a su alrededor y aferrando la maleta salió del instituto, caminando con una expresión feliz. Nuevamente llamó un taxi para poder transportarse a su siguiente destino, y mientras lo hacía una sombra castaña se paseó al otro lado de la calle. Era alto y fornido y de inmediato llamó la atención del chico. Ignorando unos segundos su teléfono, se quedó mirando atentamente al muchacho al otro lado de la calle. Creía haber escuchado algunavez hace años acerca de esos ojos pero no estaba seguro. Sacudió la cabeza, desviando la mirada.