Capítulo 8. Confianza

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~Narra Red~


Iba caminando por los pasillos sin nada que hacer, rebotando mi balón en el suelo con desinterés. Entonces vi que los idiotas sin cerebro del equipo de futbol se acercaban a un pequeño renacuajo que apenas y debía medir 1.50, que además estaba delgadísimo. Además ahí estaba la puta de Tiffany, que siempre piensa que puede hacer lo que le da la gana. La detesto. Dejé caer mi balón y corrí hacia donde estaba el chico. Lograron darle un puñetazo, pero no permití más. Agarré del cuello al imbécil de Roderick, el capitán del equipo y comencé a golpearle el rostro. Los demás se me vinieron encima, pero igual que a su capitán les destrocé el culo. Luego de un par de minutos corrieron como niñas asustadas; más les valía no volver.


―¡Esto no se quedará así Fullbster! ¡me las vas a pagar! ―dijo la rubia. Sueña, rubia idiota.


Ayudé al chico a levantarse y me di cuenta de que tenía los ojos más azules que había visto en toda mi vida. Eran como una ola que se inflamaba y se arrojaba en espuma sobre la arena y luego volvía a su calma azul. No podía dejar de mirar esos ojos. Mantuve una corta conversación con él y me fui, no podía quedarme mucho mirando sus ojos porque me vería como raro.


Sin embargo, tenía que volver a ver esos ojos azules. Nunca había visto un azul tan hermoso; tenía que volver a verlo. Sus ojos... solo había visto un azul tan intenso...


~Narra Arthur~


Me quedé en la escuela todo el día con la mejilla adolorida. Drake me envió un mensaje de texto diciéndome que no podría asistir, pero eso era lo que menos me preocupaba. ¿Tiffany pensaba que a mi me gusta Drake? ¿mi vida podría ser más anormal?


Gracias a Dios cuando terminaron las clases pude casi irme a casa. Cuando iba saliendo, uno de mis compañeros del deportivo, Denisse, se me acercó para decirme que irían todos a comprarse trajes de baño nuevos para la competencia que venía en 3 semanas. Acepté llevarlo y de paso, comprarme mi traje. Llegamos al centro comercial y estaba gracias a Dios relativamente vacío.

Me reuní a los pocos minutos con los chicos del deportivo y todos comenzamos a vagar por ahí para comprarnos los trajes de baño. Cada quien elegiría de un mismo diseño pero de distinto color según su gusto. Yo la verdad pensaba comprar un traje de baño color verde o azul, pero me probé de casi todos los colores. Cuando me probé el quinto, los chicos ya no estaban ahí. Los llamé y me puse a recorrer un par de pasillos buscándolos hasta que llegué al de deporte y encontré una figura conocida mirando pelotas de basquetball y algunas licras.


―¿Red?


Él inmediatamente volteó como en una escena de telenovela, lento y agitando el cabello como supermodelo. Me reí en mi interior y vi como me sonreía. Me acerqué a él sonriendo porque realmente me parecía un chico buena onda. Me miró hasta que me acerqué y me extendió una mano.


―Hey, ¿ya no te has metido en problemas con los de soccer? ―dijo con una ancha sonrisa. Me rasqué la nuca pensando en el dolor de mi mejilla.


―Vaya, no, tu los asustaste como a niñas de 7 años. Eso fue impresionante.


Gotas de amor, sexo y mentiras (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora