capítulo once

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Comenzamos a planificar, anotando y viendo que podíamos hacer para evitarlo, descartamos algunas ideas y añadimos otras hasta que nuestro plan quedó perfectamente planificado. Sencillo: denunciaba a Jackson por acosador, lo detenían y listo, paz garantizada.

¿Qué puede salir mal?

Caminamos a la casa de Abyo, que básicamente era la comisaria. Abrimos la puerta, y Abyo se acercó a un policía que estaba durmiendo con los pies sobre el escritorio. Enarqué una ceja divertida, ¿ese era el policía de la ciudad? Está un poco, ¿cómo decirlo? Curioso, si se podía llamar así.

—¿Papá? .—Exclamó en susurro, moviendo un poco su hombro. —¿Papá? 

Dijo más fuerte, alzando un poco más la voz. Vi como este rodó los ojos ya un poco gruñón.Gritó en su oído, el señor se cayó de cara, levantando la pistola apuntándonos. Yo alcé mis brazos en forma de que estaba asustada, no pensé que iba a reaccionar tan rápido, tenía buenos reflejos.

—¿Quién es ella, y por qué tu estás con ella? Cambio. —Se frotó los ojos, mirándome fijamente, estudiando el panorama. —¿Es nueva? Cambio.

Explicó que era nueva en el pueblo, que recién me había instalado. El policía enarcó una ceja, y comenzó a inspeccionarme, mirándome de pies a cabeza, comenzaba a sentirse incómoda pero supongo que era su trabajo.

—Listo, es inofensiva, cambio.

—En realidad...quería pedirle un favor

Exclamé acercándome un poco, me senté en el escritorio, este me miró atento tomando su café que tenía a lado.

—Lo que pasa es que hay un chico que me está acosando, ya lo he evitado de todas las formas posibles pero sigue en lo mismo, entonces, quiero ponerle orden de alejamiento. —Confesé. —Es demasiado intenso, y me tiene jalada de los nervios.

El policía se cogió el mentón pensando, mientras asentía cuando le contaba la historia.

—Entiendo, muéstrame foto del chico, te doy el papel y voy a hablar con él, cambio.

Le di una foto de quien era, este lo analizó. Se sentó en su computadora y en unos 5 minutos me entregó un papel.

—Si llega a romperlo, lo meteré a la cárcel, cambio.

Suspiré aliviada, y por fin salí de la casa con el grupo, yendo a la casa de Pucca por algo que comer, hemos estado en todo que nos moríamos de hambre.

Entramos, y nos sentamos en la mesa principal, viendo que es lo que podíamos ordenar: aunque ya sabíamos que era.

Bajé mi menú y vi que Garu estaba viéndome, le sonreí asintiendo con mi cabeza y él hizo lo mismo, sólo que sin la sonrisa.

La puerta se abrió bruscamente, entraron guardias, y luego vi a Jackson entrar felizmente hacia donde estaba.

—¡Amor de mi vida! Te estuve buscando, yo...—Simplemente, alcé el papel aún leyendo la carta. — ¿Q-Qué es esto?

—Una orden de restricción, ¿no sabes leer?

—Pero, tú y yo estamos destinados...

—A estar separados, lo sé.

Y por fin lo miré, esta vez, estaba serio. A mi no me importó en lo más mínimo, simplemente me paré y salí del lugar, a la miércoles la comida. Comencé a caminar y escuché pasos, vi que era el grupo y sonreí satisfecha, era a quien quería ver.

Espera, ¿por qué pensé eso?

—No pensé que iba a funcionar la verdad, pero estoy bastante alegre. —Ching chocó manos conmigo, y Pucca se puso a mi lado rodeando mi cuello con un brazo.—Al fin en paz.

Voto de silencio [Garu y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora