captítulo veintetrés

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No había sabido nada de Garu en 3 días, sé que está bien porque Pucca, había y Ching han salido y Garu está incluido en el grupo. He estado entrenando sola así que no he dejado de lado el objetido principal, eso es lo bueno, que había estado haciendo las cosas a mi ritmo, entonces podía descansar. Entré al restaurante y estaban todos ahí, perfecto, lo que me faltaba. Ignoré el hecho que sentía su mirada, sólo fui por algo de agua, estaba sedienta de tanto arduo ejercicio. 

Ching me llamó, pero saludé sonriendo sin dientes, cuando estaba por irme, ella habló, pero no podía ignorarla, después de todo, ella no había hecho nada, volteé lentamente.

—¡Hola__! estábamos planeando ir al cine, ¿quieres venir con nosotros?

Miré la expresión de Garu, estaba seria, jamás había sentido que alguien me miraba con tanto desprecio, pero yo no soy alguien que se deja pisotear, así que le devolví la mirada igual, o hasta peor, eso hizo que él mirara hacia otro lado. 

—Lo siento, es que, estoy entrenando. —Murmuré en voz baja. —Será para otra ocasión.

Abyo se quejó, parándose a mi lado abrazándome por los hombros apretándome a él amistosamente, me quejé un poco, me dolía el cuerpo. 

—¡Vamos! Así te das un descanso pequeña guerrera.

—Así que a ti si te preocupa que tome un descanso, es muy interesante.

Tomé un mechón de cabello, enredándolo en mi dedo, curiosa, esperando ver la reacción de él,  Garu golpeó la mesa, y se fue cerrando bruscamente la puerta, sonreí cómplice, había conseguido lo que quería.

—A este punto, en serio tendremos que cambiar la puerta

Exclamó Dumbling saliendo de la cocina, negando.

Después de unas horas, había terminado por fin mi entrenamiento, así que me bañé, me cambié y fui a ver donde estaban las estrellas en el lugar, estaba acostada, tranquilamente contándolas, pensando en cualquier cosa, tarareando una canción tranquila relajándome, escuché como una rama era pisada, entonces sabía que había alguien. Vi su rostro encima mío, mirándome seriamente.

—¿No deberías estar en el cine con los demás? —Pregunté, todavía contando las estrellas con mi dedo índice. —Según yo, la película todavía no termina.

Él hizo un sonido de molestia, yo me senté mirándolo.

—¿Qué quieres Garu?—Farfullé, me sentía culpable, sabía que mis acciones habían sido malas, pero mi orgullo era enorme, me costaba pedir perdón, pero tenía miedo de perderlo. 

Tenía que elegir entre mi orgullo o él.

Hubo una batalla interna, un silencio incómodo, sabía lo que tenía que hacer, me costó un poco, pero luego de 2 minutos lo hice.

—Lo siento.

Él se acercó más.

—Sólo, no me gusta que no confíen en mis habilidades, soy completamente capaz de derrotar a Tobe, he entrenado desde muy pequeña, sé lo que tengo que hacer, todos dudan de mi y estoy cansada de eso, quiero que confíen en mi.

Este negó, parándose y extendiendo su mano.

Sonreí, esperanzada, por fin había aceptado que era buena y que tenía las habilidades.

Tomé su mano, parándome, abrazándolo fuertemente.

—Gracias, gracias por creer en mí, yo...

Este se separó confundido, y sacó un libro de entrenamiento que llevaba en su bolsillo

—¿Qué, piensas en entrenar?

Este asintió, a lo que yo ya simplemente me paré sola haciendo a un lado su mano.

—¡Ni siquiera escuchaste mi disculpas!

Reclamé, ya estaba demasiado molesta como para medir mis palabras: otra vez.

—Eres igual que todos.

Me desmoroné en frente de él, este tenía los ojos llorosos también, se notaba que quería llorar.

—Todos siempre exigen lo mejor de mi, olvidando por completo que también tengo sentimientos, y es horrible, ¿sabes? Deberías tu entenderme, siempre te exigen y jamás ven como te sientes. 

Este me dio la espalda, sabía que en el fondo tenía razón pero como yo, no le gustaba admitirlo.

—No siempre tienes que cumplir las expectativas de los demás, tienes que poner primero tu felicidad y la paz mental.

No dijo nada, hubo un silencio eterno. Lentamente, me atreví a abrazarlo por detrás cerrando los ojos. Sentí como sus músculos se tensaban.

—Te quiero, Garu, y confío en ti.

Era la primera vez que lo decía abiertamente, yo tenía miedo de su respuesta, pero me sentí bien al decirlo.

Hubo otro silencio, no esperaba nada, nisiquiera una reacción.

Hasta que escuché su susurro.

—Yo también te quiero, y confiaré en ti

Voto de silencio [Garu y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora