captítulo dieciséis

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Me levanté a los 5 AM, para tener un poco más tiempo. Entré al baño, lavándome los dientes, y tomé una ducha rápida. Me miré al espejo, viéndome como estaba vestida y como estaba mi cabelllo. ¿Me lo soltaba, o lo dejaba así? 

No, me lo soltaba definivitamente.

El hecho que ya me estaba importando como me veía para él físicamente fue una de las piezas claves, ya era una pista bastante grande de lo que estaba pasando, pero de nuevo, lo alejé de mis pensamientos.

Bajé las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible, Pucca seguía dormida y no quería despertarla cuando había sido tan linda de mantenerme literalmente.

Salí del restaurante acomodándome el cabello, y apenas di dos pasos, vi como algunas personas me hacían círculo, rodeé los ojos al ver a Tobe sacárse la máscara sonriéndome mostrándome sus blancos dientes en una sonrisa. 

—___, te levantaste temprano. —Sonrió acercándose a mi. 

—Tobe, te puedo decir lo mismo. 

Hubo un silencio, donde no hacía nada más que decir mi nombre, gruñí exasperada.

—Tobe, no tengo tiempo, ¿qué quieres?

—¿Uno ya no puede saludar?

—Hay como 12 ninjas alrededor mío, sin contar que tienes una espada, ¿eso es saludar para ti?

—Eres lista.

Se puso la mano en el mentón, fingiendo sorpresa alguna. Abrí la boca haciendo un sonido de sorpresa colocando mi mano en esta, para luego ignorarlo a él y a sus nijas caminando hacia donde Garu.

—¿A donde vás?

—¿Por qué tan interesado?

—Me interesa lo que haces.

—¿Quieres decir que te intereso?

Volteé, este arrugó  la cara

—Tan lindo

Toqué el puente de su nariz con mi dedo índice.

—No te hagas ilusiones.

Sonreí colocándome las manos en mi cintura. Sonriendo ladeando la cabeza.

—Yo no me hago ninguna ilusión, estoy argumentando con lo que tú me estás diciendo, por eso estoy sacando conclusiones, así que shhhh.

Volteé, pero apenas hice eso, me tomó del brazo jalándome y mostrándome lo que tenía en sus manos.

—Aquí dice, que hay una ninja desaparecida hace dos meses, ¿curioso, verdad?

Comencé a sudar frío, mi mirada fría cambió a una nerviosa.

—¿Qué es lo que quieres?

Me paré firme, acercándome. Él retrocedió pero porque quería tomar el cartel.

—Necesito que estés de mi lado, y el día de la pelea, mates a Garu

Negué rotundamente, soltando un jamás. Y es que, Garu en tan poco tiempoe era importante para mi, traicionarlo sería uno de los dolores más horribles que podría hacerme. 

O hacer, en general.

—Jamás lo haría, prefiero que salga a la luz quien soy a que pase eso.

Tomé el papel, rompiéndolo a la mitad, tirándolo en frente de él.

—Bueno, tu decisión está tomada, lástima por ti.

Me soltó bruscamente, haciendo que me marease un poco en mi lugar, hizo un ademán y todos se fueron sin dejar rastro, como si lo que hubiera pasado era sólo una ilusión mía. Pestañeé varias veces, inmóvil hasta sentir la mano en mi estómago de alguien, por instinto, pegué un codazo y escuché como se quedaba sin aire alguien.

—Oh, hola Garu.

Este sonrió sarcásticamente, a lo que yo pedí disculpas. Rodó los ojos tomándome la mano yendo a su casa, ese pequeño acto hizo que mil mariposas revolotearan en mi estómago, sonriendo automáticamente por el gesto que había hecho. Tanta fue mi impresión que no me di cuenta que ya habíamos llegado.

Cuando estuvimos en su pateo, escané alrededor y vi todos los materiales que había, y como había una lista de las cosas que tenía que hacer.

—Bien,estoy lista.

Había mentido, no, no estaba para nada lista.

Los entrenamientos que había tenido no eran para nada comparados con los de Garu, Garu literalmente eran 30 veces mejor que los míos, y ya estaba muy cansada. Estaba en el suelo acostada, respirando profundo mientras cerraba los ojos.

—Ten compasión de mi, hombre, estoy que me muero.-exclamé alzando el brazo, y la cabeza para ver donde está.

Él estaba sentado mirándome, al conectar miradas sonrió levemente.

—¿Qué significa, otra vez tengo que trotar?

Este asintió, me paré soltando un gruñido, y me estiré para  vovler a trotar, alzó su brazo de nuevo haciendo señas, contando hacia abajo.

3...

2...

1...

Comencé a trotar de nuevo, cerrando los ojos respirando por la nariz.

Pasaron así las horas, hasta que terminó el primer día de entrenamiento, me paré guardando mis cosas, se me cayó un libro, me agaché para tomarlo y este también, tocando ambas manos. Los dos nos miramos por unos segundos, solté una risa nerviosa y me paré tomándolo.

—Bueno, nos vemos mañana, ¿no?

Los dos asentimos, me acerqué y le di un beso en la mejilla, sin esperar su reacción corrí, para después colocar mi mano en mi corazón, estaba palpitando fuertemente, estaba nerviosa, y sonriendo por lo que había hecho, me había escondido en un árbol cerca de su casa.

Luego de unos minutos, saqué mi cabeza un poco mirando a su dirección, vi que Garu estaba ahí, tocándose la mejilla, sonrió levemente, para luego entrar a su casa.



Voto de silencio [Garu y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora