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~Venecia~
Al llegar hicimos la misma rutina que en Londres previamente, aunque aquí iba tomando fotos con mi teléfono en todo el viaje del aeropuerto hacia el hotel. Aquí había aún más gente en la entrada, de hecho, habían puesto seguridad en la puerta. Finalmente entré y al igual que en Londres esperé a que Tammy hablara en la recepción para ir a la habitación.
Asher: Bella ¿Cómo te encuentras? ¿Podemos hablar? Solo un momento
¡Uff! Justo cuando creí que todo marchaba de lo más bien.
Bella: estoy muy ocupada ahora
Mentí. No quiero discusiones, mucho menos ahora y por cosas que ya quiero olvidar de una buena vez. Miré a Tammy de pronto.
- quisiera salir a recorrer
- pediré que alguien te acompañe
- puedo ir sola
Tammy negó con la cabeza y antes de que pudiera seguir negándome estaba llamando al servicio de seguridad del hotel para que envíen a alguien conmigo. No me quedó más remedio que salir custodiada por un hombre de seguridad, lo obligué al menos a caminar a ciertos pasos lejos mío para tener mi espacio y no le quedó más opción que aceptar. Así recorrí las calles de Venecia. Maravillada por cada cosa que veía y parando frente a cada tienda para observar sus estilos en la moda.
- ¿Bella?
Casi que no reconozco aquella voz. Me volteé dudosamente y me quedé en silencio unos segundos, hasta que al fin recordé...
- ¡Evan!
Sonreí. Él se acercó abrazándome con entusiasmo para después soltarme y verme sin dejar de sonreír.
- creí que no te vería jamás
Fingí un poco de drama.
- ¿Qué haces aquí? ¿Tienes show?
- toda la semana
Me hizo compañía un buen rato. Él era de aquí así que ¿Quién mejor para conocer el lugar? Evan y yo habíamos comenzado a hablar por mensajes y videollamadas cuando lo conocí en uno de sus cortos viajes a mi ciudad.
***
Regresando al hotel me despedí de Evan. Él me dio dos besos en las mejillas, tal y como acostumbraba su familia, y se marchó. Caminé al ascensor. Estaba por subir cuando unos empleados del hotel gritaban persiguiendo algo, o alguien... se trataba de un cachorro que vino corriendo hacia donde yo me encontraba. Me agaché para tomarlo en brazos y quedé frente a sus perseguidores.
- ¿De quién es?
- no tiene dueño, señorita
- hace semanas que entra y debemos sacarlo
- debe tener hambre
Miré al cachorro un momento.
- me haré cargo
Con las miradas de todos enfocadas en mí subí al ascensor y me dirigí a la habitación. Bajé al cachorro. Me miró sentadito educadamente y me quedé pensando un momento en que debería darle. Recordé que tenía un poco de leche en el mini refrigerador, busqué además unas galletas y sentándome frente a él en el suelo comencé a darle de a poco para que coma.
- ¿Tienes dueño, peludo?
Acariciaba su dorado pelo mientras que él solo se dedicaba a comer y beber. Al rato tocaron a la puerta. Me levanté yendo a abrir, encontrando a Evan allí parado.
- no esperaba que me encontraras aquí
- trabajo en el hotel
Me quedé un poco confundida y sin decir nada. Él simplemente sonrió. Vio de pronto al cachorro detrás de mí.
- ¿Nuevo amigo?
- está de pasada
Ambos vimos al cachorro. Evan carraspeó su garganta, haciendo que lo viera nuevamente. Me enseñó una pulsera levantando su mano derecha y yo me quedé pensativa hasta que caí en la cuenta de que era la mía.
- ¡Cielos! ¿Cuándo se me habrá caído?
- estaba aquí en la entrada
- gracias
Le sonreí. Tomé la pulsera, rozando nuestras manos tímidamente y por accidente. Nos miramos unos segundos.
- umm estaré de turno en la recepción, por si necesitas algo
No dije nada, solo sonreí apenas. Supongo que una imagen dice más que mil palabras ¿No?
Se retiró. Cerré la puerta y miré al cachorro, quien me miraba con ojos de saber lo que pasaba por mi cabeza.
- ¿Qué? Solo es un amigo
Seguía viéndome de la misma manera... o quizás estaba volviéndome paranoica e imaginaba que un perro me juzgaba o algo parecido. Suspiré. Caminé hacia el armario y comencé a elegir el vestuario para el show de mañana, con el pequeño rubio corriendo detrás hasta llegar conmigo y sentarse observando todo lo que yo hacía.

/Al día siguiente\
Después del show bajé del escenario. Lía estaba esperando allí con una emoción inmensa. Se nota que acababa de llegar y había venido corriendo a verme.
- siempre amaré verte brillar amiga
- me debes un concierto juntas
- ya, no digo nada
Reímos. Caminamos saliendo de la zona del escenario. Evan se acercaba hacia aquí, con un pequeño ramo de rosas, el cual me entregó apenas quedó frente a mí con una tierna sonrisa. Puedo asegurar que estaba muy ruborizada, y mi amiga no ayudaba con su expresión de pícara esperando a que lo bese o algo así.
- ¿Harás algo luego?
- iba a pasear con mi amiga... Lía
Los presenté. Hubo silencio unos pocos segundos y luego Lía habló por nosotros.
- ¿Por qué no nos acompañas?
La miré. Conocía su intención muy bien.
- no quiero interrumpir
- súmate, nos vendría bien un guía
Lía me ganó en la respuesta. Evan sonrió tímidamente y comenzamos a caminar siguiéndolo. Le envié un mensaje mientras tanto a Tammy y nos fuimos. Lo bueno de esto es que no tendría que ir acompañada de la seguridad del hotel, después de todo no me iría sola. Evan nos enseñó varios sitios de Venecia. Una plaza muy hermosa dónde siempre se hacían festivales, tiendas de vestidos donde debió esperar varios minutos por la emoción de ambas al ver lo que había en cada una... lugares muy bonitos, aunque no hubo tanta emoción cuando pasamos junto al orfanato de la ciudad. El lugar no se veía tan bonito como los demás sitios, parecía descuidado, se veían algunos niños jugando en la calle y por más de que estuvieran sonriendo se sentía la tristeza en el aire.
- ¿No invierten aquí?
No pude evitar preguntar. Evan miró el lugar, luego me miró y negó con la cabeza.
- el comité de beneficencia hace lo que puede... tenemos muy pocos recursos
- ¿Tenemos?
Lía le preguntó aquello sorprendida. Él asintió en silencio un momento.
- me uní cuando tuve edad suficiente, quería ayudar a quienes están en la misma situación que yo estuve
De pronto recordé. Evan me había contado una vez su historia. De niño había sido traído a este lugar por su familia, jamás supo la razón, o quizás no me lo ha dicho por no querer recordarlo, pero lo importante aquí es que no se dio por vencido y salió adelante por su cuenta y luego con la ayuda de la familia que lo había adoptado al cumplir los 8 años.

Bella (Mini Serie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora