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Desde que llegamos a casa de mi madre Isabella no había soltado una sola palabra. Se fue a su apartamento después de media hora y aquí estoy ahora, dudando si voy a mi apartamento o me quedo aquí con la excusa de no dejar sola a mi madre. Sé que si me voy me ganará la tentación de ir a buscar a Isabella, debo controlarme, debo al menos intentarlo un poco más hasta que ella encuentre otro amor en su vida, o bien recuerde a Evan por completo y así... ¡Alto! ¿Qué diablos estoy pensando? ¿En verdad estoy pensando en dejarla caer a los brazos de otro hombre? ¡Santo cielo! Si que estoy jodidamente perdido con esta chica.
Princess: Lía dijo que irán a una fiesta hoy, ¿Quieres ir también?
Mi corazón dio un salto sin poder evitarlo. Me había olvidado de como la tenía agendada en mi teléfono.
Asher: claro, voy, ¿Quieres que pase por ti?
Princess: de acuerdo, a las 9pm
Asher: de acuerdo, ahí estaré
Intento hablarle normalmente, lo cual es sencillo por mensaje porque no debo ver esos bonitos ojos que me dejan sin palabras cuando me miran. Miré la hora, faltan tres horas más. Me di una ducha tranquilamente. Enrollándome la toalla a mi cintura fui a mi armario escogiendo algo adecuado para la ocasión ¿Qué se supone que debo usar? ¿Camisa? ¿De cuál color? A ella siempre le ha gustado que use camisas lisas y de colores claros, pero ¿Qué estoy diciendo? ¡Maldición! Ya hasta planifico mi vestimenta acorde a sus gustos. Ya, okey, me pondré la camisa gris oscuro con jeans y zapatillas blancas. Me miré al espejo arreglando mi cabello rápidamente con los dedos y me coloqué el reloj en la muñeca izquierda viendo la hora. Busqué algo de abrigo y salí subiendo a mi auto. Suspiré. Encendí el motor, pero me quedé con las manos sobre el volante unos segundos. Volví a suspirar.
- ya, idiota, tranquilízate y conduce
Me repetía una y otra vez en murmullos. Suspiré por tercera vez. Presioné el acelerador y conduje hacia el apartamento de Isabella. Llegué faltando unos pocos minutos para las 9pm, aun sabiendo que era temprano bajé del auto y entré al edificio. Subí en el ascensor hasta el cuarto piso y ya parado frente a su puerta hice sonar el timbre. Me abrió al instante, ya lista al parecer ¡Y vaya que luce hermosa! Ese vestido negro le sienta demasiado bien, le llega poco más arriba de las rodillas, y lo sujeta solo dos breteles sobre sus hombros. Su maquillaje es tan sutil como siempre, aunque sus labios los pintó con un labial de color rojo carmesí. Su cabello rubio está suelto y tan natural con esa forma ondulada que tiene.
- ¿Ocurre algo?
Al ver que no decía nada su voz me sacó de mis pensamientos. Vacilé al querer decir algo tan sencillo como no, todo en orden. No me salían las palabras en absoluto, y ella ya estaba esperando demasiado por una simple respuesta ¡Por Dios, idiota, reacciona ya!
- luces hermosa
Cómo si me diera a mí mismo una cachetada solté aquellas dos palabras, viendo como ella me enseñaba una tímida sonrisa.
- ¿Vamos ya?
Asentí. Cerró la puerta, procurando que el perro no saliera, y bajamos. Subimos al auto, ella en el asiento del copiloto. Al subir yo me abroché el cinturón y le eché un vistazo ligero, notando como luchaba con el cinturón, ya que se había atorado. Me quité el cinturón rápidamente y me incliné hacia ella. Teniendo mi rostro a pocos centímetros del suyo, casi tocando nuestras narices, tomé su cinturón y la ayudé a ponerlo. Sus ojos me veían tan fijamente a los míos, que no podía dejar de verlos, es que me cautiva con solo verme ¡Mierda!
- umm mejor vamos, ¿No?
Me hizo reaccionar. Me separé acomodándome en mi asiento y me puse de nuevo el cinturón para encender el motor.
***
El lugar estaba bien, no puedo decir nada al respecto. Buena música, espacio amplio y mucha gente venía llegando. Isabella estaba con Lía, las dos riendo muy divertidas mientras bebían sus tragos. Yo estaba junto a Zack, viéndolas simplemente para cuidar de ellas.
- ¿En qué piensas?
La voz de Zack me hizo verlo de repente, dándome cuenta de que estaba con la mirada perdida hacía ya mucho tiempo sin decir nada. Y seguía sin saber que decir. Zack dedujo mis pensamientos gracias a que nos conocemos desde hace años y sabe entenderme incluso más de lo que yo mismo me entiendo.
- invítala a bailar
Lo miré confundido. No dije nada. Él volvió a insistir.
- no seas idiota, otro la invitará, ¿Quieres eso?
La verdad no lo sé con sinceridad. Una parte de mí quiere que conozca a quien realmente la merezca y siga con su vida, pero, por otro lado, no me gustaría verla sonreír con otro como me sonríe a mí ni que abrace a otro como me abraza a mí.
- ¡Anda!
Me seguía insistiendo. Si quería hacerlo de todos modos, así que me acerqué dónde estaban ellas. No dije, solo tomé su mano apenas me vio llegar y la llevé al medio de la pista de baile.

Isabella.
Asher me llevó al medio de todos. El Dj de pronto dejó el tema A million dreams y sentí algo en mi pecho. De pronto recordé que aquella canción fue la que me cantaba él cuando era niña. Sus manos iban lentamente a mi cintura, la abrazó y me pegó un poco a su cuerpo. Mis manos estaban sobre sus hombros. Nuestras miradas se encontraron cada segundo, sin decir nada, solo viéndonos. Nos movíamos lentamente al ritmo de la música. Me dejé llevar sin pensar en nada más, cerrando los ojos y rodeando lentamente su cuello con mis brazos. De pronto sonó el estribillo y él comenzó a darme vueltas como si fuera que estábamos en una de esas películas románticas, para terminar una de las vueltas viéndolo, tan de cerca que podía sentir su respiración mezclarse con la mía. Nuestras miradas decían más que cientos de palabras, o eso diría cualquiera que nos viera en aquel momento.

Bella (Mini Serie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora