Sex Expert

Celos y consuelos

Cuando Gun abrió los ojos esa mañana y vio el cuerpo completamente desnudo y relajado de su Papii a su lado, en su propia cama, no pudo evitar sonreír como si su vida fuera perfecta, porque en aquel momento lo era.

La fiesta había sido increíble, más allá de su imaginación o de sus sueños más locos. Había bailado, reído y bebido tanto que por un momento creía que podría caer muerto de tanta euforia en cualquier segundo.

Había besado a Off hasta arruinar por completo su labial, dejando que cada invitado los viera sin importarle en lo más mínimo, habían bailado con rostros pegados riendo de chistes que solo ellos entendían e intercambiando besos y miradas cómplices. No se cansó de sonreír durante toda la noche y sus redes sociales estaban hasta el tope de fotos y cortos videos de ellos disfrutando, abrazados, riendo, besándose incluso, la gente de seguro estaba vuelta loca.

No se arrepentía.

Recordando cada momento de la noche anterior se retorció en su cama con cierta pereza manteniendo la sonrisa en sus labios, a su lado Off seguía durmiendo, respirando lentamente, y de vez en cuando soltando adorables ronquidos. Su nariz se fruncía levemente con cada ronquido suave, le hizo reír a lo bajo al notarlo, también soltaba aire por los labios de tanto en tanto, simplemente hermoso.

Era la segunda vez que dormían en la misma cama, apenas podía creerlo, se sentía demasiado raro pero a la vez demasiado correcto.

Su cama no era tan grande ni lujosa como la de Off pero aún así cabían tan bien juntos como dos piezas de rompecabezas, al igual que una de las pálidas y largas piernas de Off se metía entre las de Gun quedando enredadas entre sí como si realmente ese fuera su lugar.

Con cariño Gun se puso a peinar suavemente los alborotados cabellos de Off, el cual no hizo amago alguno de querer despertar, Gun volvió a reír divertido cuando en su sueño Off frunció su nariz un par de veces y sus caricias bajaron a sus cejas y luego luego a su nariz.

Un magnífico ejemplar de hombre sin duda.

Estaba a punto de intentar levantarse y dejar de acariciarlo, comenzaba a sentirse inadecuado observarlo así mientras dormía, pero no pudo ni siquiera retirar la mano cuando de la esquina del cuarto oyó unos agudos y potentes ladridos, y antes de que pudiera hacer nada Off despertó.

Abrió los ojos rápidamente antes de que Gun pidiera retirar su mano y lo encontró con las manos en la masa acariciando su rostro. El maldito sonrió con autosuficiencia al notarlo.

-Bibii- volteó avergonzado para regañar a la cachorrita como excusa para no verle a los ojos.

Off se rió con ganas al darse cuenta de lo que pretendía y luego comenzó a desperezarse en la cama estirándose como mejor podía, soltando un par de gemidos cansados.

-No le regañes usando su nombre- dijo Off, volviendo a atraer la atención de Gun que se había levantado para tomar a la perrita en brazos y llevarla hasta la cama- Ai'Mix me dijo que no debe relacionar su nombre con cosas negativas, para que lo aprenda mejor, dijo que debes decir su nombre al darle comida o mimos pero no para regañarla- terminó su discurso acariciando la cabecita afelpada del animal con ternura en su rostro.

-Está bien- Aceptó Gun sin ningún problema, admirando la hermosa visión que tenía en frente.

Su persona favorita en todo el mundo acariciando con cariño a su nueva mascota, que además había sido regalo suyo, mientras estaban sobre su cama totalmente desnudos. Era una escena demasiado bonita y hogareña, tan familiar que por unos segundos se puso sensible.

-Serás nuestro despertador personal ahora ¿No es así pequeña bolsita de pulgas?- dijo Off con tono exagerado cargando a la perrita sobre su cabeza riendo mientras Bibii contestaba con animados ladridos sacando la lengua con alegría mientras Off le sonreía.