Atrevido

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-¿Estás seguro de que te quieres quedar?- Preguntó Gun más una vez a su amigo, sosteniendo firmemente a Bibii en sus brazos.

La cachorrita se había acostumbrado demasiado fácilmente a la gran mansión en donde sus papás humanos se hospedaron durante todos los días de las ceremonias fúnebres de la abuela Nart y ahora solo quería bajar de los brazos de Gun y pasearse para modelar su vestidito, demostrando claramente quien era su dueño.

Durante esos días la única que disfrutó algo fue la pequeña diva canina, todos los humanos se vieron sumidos en un pozo de tristeza, frustración, estrés e impotencia.

Habían temas legales y religiosos que atender, los familiares de Tay peleando entre sí, él llorando cada vez que algo le recordaba a su abuela y prácticamente en cada ritual ofrecido en su memoria, lo que también causaba el llanto de Off, y eso hacia que tanto Gun como New intenten desesperadamente y sin éxito alguno consolarlos.

En resumidas cuentas fueron días horribles, oscuros y muy agotadores para todos, fue duro ver a Tay poco a poco asimilar la idea de que su abuela ya no estaría a su lado nunca más, fue duro verlo pasar por las etapas del duelo y ver a Off sufrir con él, pero la vida seguía para todos, y tanto Off como sus padres y el mismo Gun tenían una pila de trabajo acumulado esperando por ellos en Bangkok así que debían regresar y cuidar de sus responsabilidades, es por eso que ahora debían despedirse.

-Estoy seguro, Gun- le aseguró más una vez New, ya cansado de repetirlo- viajen con cuidado, en unos días estoy en Bangkok también.

Gun suspiró sonriendo, Off ya le había permitido quedarse, él no podía hacer más.

Le parecía muy tierno de parte de su amigo decidir quedarse para ayudar a Tay pero estaba preocupado por él, había trabajado más aún que los empleados durante esos días, más que los familiares incluso, quienes por cierto seguían creyendo que eran novios y ninguno se molestó en negarlo.

Gun temía que solo estuviera haciendo eso por culpa, pero no podía hacer demasiado.

-Cuídate mucho Newwie, nos vemos en Bangkok- dijo finalmente como despedida, y sacudiendo la mano se alejó de él para entrar al auto con prisa, era el único que faltaba.

-¿Listo?- preguntó Ken mirando hacia los asientos traseros y Gun asintió, avergonzado por haber tardado tanto.

Decidieron ir todos juntos por idea de Som, un empleado de Tay llevaría el auto de Off a Bangkok al día siguiente y ni él ni Gun quisieron negarse al pedido, casi demanda del hombre.

"Lucen cansados" fue lo que dijo como motivo.

-Olvidé preguntarte, N'Gun- habló Som mirando al susodicho a través del espejo- ¿Te gustó el regalo que te enviamos?- a su lado su marido también volteó a verlo esperando su respuesta.

-Si, me gustó muchísimo, señor, gracias a los dos- respondió con un tono de lo más respetuoso.

Som sonrió de una manera que le recordaba tanto a Off que llegaba a asustar.

-P'Som- corrigió divertido sin borrar la sonrisa- te lo he dicho varias veces- Ken también asintió, y Gun solo pudo hacer lo mismo, avergonzado por la manera cariñosa que ambos le trataban.

Sonriendo, miró el bellísimo y muy costoso brazalete que le habían regalado ambos por su cumpleaños, lo llevaba en la muñeca que no usaba el reloj, y luego miró a Off que le sonreía de una manera diferente a otras veces, con una mirada suave que no sabía interpretar, pero que le gustaba.

-¿Tienes sueño, cariño? Duerme un poco- Ofreció Off con esa mirada que le retorcía el interior por completo.

Tenía sueño, claro que si. No había dormido bien ninguno de los días en los que estuvo en la mansión, y eso fue simplemente porque Off tampoco había dormido bien, se despertaba varias veces en la noche o a veces lloraba tanto que no lograba caer en sueño, y Gun no podría hacerlo tampoco si su Papii estaba en ese estado.

Sex ExpertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora