Hogar dulce hogar

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El viaje de vuelta fue indudablemente mucho mejor que el de ida.

Gun había partido a París con el corazón dolido, preocupado, arrepentido y temeroso de que al regresar todo lo que amaba podría haberse perdido.

Al regresar, volvía mucho más calmado, realizado como porfesional, feliz, con cientos de recuerdos hermosos y principalmente, con el hombre que amaba a su lado tomándole de la mano.

Era tanta la felicidad que ahora su miedo era perder lo que tanto le había costado conseguir.

Sabía que estaba siendo paranoico de nuevo, que se estaba preocupando por muy poco, Off le intentó convencer de que él no se arrepentiría de nada ni cambiaría mágicamente de idea al volver, pero Gun no podía evitar sentirse así.

Tener tantas cosas buenas y temer perderlas en cualquier momento era casi tan doloroso como no tenerlas.

Off estaba feliz, sentía que todo por fin estaba en su lugar y que a partir de ahora las cosas solo mejorarían para ambos, a diferencia de Gun él se sentía invencible.

Por supuesto, no era Off a quien cientos y hasta miles de personas no dejaban de insultar, degradar y criticar en redes sociales desde que la relación se volvió pública.

Gun sabía que había sido su deseo no ocultar su relación, pero francamente empezaba a arrepentirse.

El pequeño grupo de admiradores y personas que deseaban que ellos dos sean pareja desde que Gun había conocido a Off seguía ahí, de hecho había crecido bastante en los últimos meses, ellos eran quienes más felices estaban pero la cantidad de personas que simplemente no podían aceptar que un soltero tan famoso y codiciado haya decidido tener novio era muchísimo mayor.

Por cada comentario positivo felicitando la pareja habían cuatro o cinco que maldecían la relación, criticaban su físico, su carrera, sus amistades incluso. Lo acusaban de interesado o aseguraban que Off se cansaría de él en cualquier momento.

Para la mente ya preocupada de Gun, cada palabra de aquellos anónimos era un puñal en su corazón, porque aunque lo intentaba no podía dejar de sentirse inseguro.

Entre todos, un comentario en especifico calaba en su mente más profundo que los demás, uno que habían dejado en la publicación de Tay, cuando Off le había regalado el primer ramo luego de su segundo desfile.

"Por más bonito que sea sigue siendo una sola persona, es imposible que pueda satisfacer él solo a Jumpol y sus gustos por mucho tiempo, tarde o temprano buscará variedad"

No era ni de cerca el comentario más feo que había leído, pero lo que le llamó la atención fue que Earth Katsamonnat le había respondido, defendiéndolos. Cada día se arrepentía más por haber creído que ese niño podría querer robarle a su Papii.

Había dicho: "Cállate Sut, solo porque no pudiste complacer a P'Off no significa que otro no pueda"

Pensando en aquel comentario como si fuese una pesadilla repetida en su mente, Gun apoyó la cabeza en el hombro de Off, el cual dibujaba en su tablet, estaba más inspirado que de costumbre y llevaba casi todo el viaje dibujando y tarareando canciones.

Cuando sintió el toque de Gun volteó para sonreirle, acomodó mejor su cabeza sobre su hombro y siguió con lo suyo.

-¿Cansado?- le preguntó con una voz suave, Gun asintió restregándose contra él para sentir el olor varonil que desprendía- Duerme si quieres Príncipe, aún nos faltan un par de horas antes de aterrizar- terminó su frase con una caricia en su mejilla.

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