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OMNISCIENTE.
(la extraña invitación
y abrazos de recompensa)

La castaña se recostó en su amiga mientras ella la consolaba, no lloraba sin embargo sus ojos picaban deseando hacerlo. Las publicaciones de Gavi y la chica desconocida no paraban, Pedri le había enviado un mensaje está mañana invitándola al entrenamiento de hoy para que así puedan hacer algo al respecto.

La reputación del chico estaba yéndose al carajo debido a las muchas publicaciones que habían por todos lados, y aunque el era el culpable no podía evitar sentirse mal.

---¿Y qué harás? ---preguntó la rubia a su lado, ella se encogió de hombros.

---Debería ir ---dijo ella, su amiga la vio con reproche---Aunque te cueste acéptarlo el sigue siendo mi novio.

---Pues un novio no hace lo que él te ha hecho ayer, eso estuvo mal ---Regina se había vuelto loca desde que su amiga le contó lo que había pasado desde que Gavi llegó.

---Tienes razón, pero el tiene una reputación que mantener...

---Y tu también, no te diré nada si pláticas con el ---añadio mientras sonreía dulcemente---Solo quiero que pienses las cosas y le hagas saber lo mierda que es.

---Lo haré, de hecho iré hoy a su entrenamiento ---dijo ella mientras sonreía contenta.

---Carlos me dijo que Charles te había invitado también hoy ---Ana la miró interrogante.

---¿Como sabes su nombre?

---Pues es muy amigo de Carlos ---se encogió de hombros.

---No iré, Pablo es mi novio y ya quedé con Pedri ---dijo mientras arreglaba su cabello.

---Charles es una persona muy dulce, es un buen muchacho ---Regina dijo mientras miraba a su amiga coqueta.

En eso una chica entro y ellas empezaron a atenderla, y así paso toda la mañana hasta que la hora de irse llegó.

[...]

Unos golpes en la puerta la hicieron regresar a la realidad, miró el reloj y vio como ya era hora del entrenamiento.

---Es hora, acompáñame ---el chico pelinegro llegó hasta ella, la guío hasta las gradas para que estuviera más cómoda.

---Es bueno verte Pedri ---saludó la muchacha, el le dedicó una sonrisa de amabilidad y se fue.

El entrenamiento fue de lo más largo posible, los encargados de la página del equipo se acercaron a ella tomándole algunas fotos que más tarde seguramente estarían publicadas.

Después de un rato Pablo se acercó a ella, estaba bastante sudado y ella al verlo trato de alejarse.

---¡Escuchame! ---ella lo ignoro y siguió alejándose de él, el empezó a correr tras ella desesperadamente---Soy un tonto, te debo mil disculpas y quiero que sepas que no pienso nada de lo que te dije.

---¡Sueltame! ---al principio no estaba enfadada, pero su cinismo hizo que pronto lo estuviera---No te quiero escuchar y mucho menos ver.

CAFÉ ―Pablo Gavi, Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora