Capítulo 54: Adiós LA

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-Buenos días bella durmiente -dijo Jess entrando al cuarto-

-mmmm -gruñí sin abrir los ojos-

-Vamos tn, despierta ya, no seas floja -Murmuraba Jess mientras empujaba mi hombro-

-siento que me muero -dije dramáticamente mientras sujetaba mi cabeza-

-Eso es resaca -contesta Jess riendo- ten, tómate esto -dijo mientras me mostraba un jugo y un par de aspirinas-

Me siento en la cama y como puedo, me tomo las pastillas. sentía el estómago revuelto y me dolía la cabeza.

-Que hora es? -le pregunto a mi prima-

-3:00 p.m. -dije ella tranquilamente-

-Mierda, debería irme al dormitorio -dije preocupada-

-Primero necesitas comer, nos debes una última comida antes de que te vayas -dijo mi prima sonriendo triste-

-sin decir una palabra, la acerco y la abrazo- también te extrañaré inútil -dije susurrando-

-Solo no hagas ninguna estupidez sin mi -dijo regañándome- que te pones bien estúpida cuando estás sola.

-Rio por lo bajo- haré lo que pueda.

-Chicas, la comida está lista -grito Ella desde la cocina-

Ambas nos dirigimos a la cocina y nos sentamos a comer, hablamos animadamente por un rato hasta que Ella me mira.

-Tn, si en algún momento te sientes sola o necesitas compañía, avísanos. -dijo Ella con sinceridad- y tomaremos el primer avión a Londres.

-Gracias -dije asintiendo- lo tendré pendiente.

-Y no olvides que pasaremos navidad contigo -dijo esta vez Jess- 

-Por supuesto -dije sonriendo- será divertido

Cuando terminamos de comer, recogimos la mesa y yo ya me preparaba para irme. Las chicas me abrazaron una última vez y por fin salí de su departamento, prometiendo que les avisaría cuando llegara a Londres. 

Una vez llegué a mi dormitorio, me duché y me puse una ropa cómoda, pues el viaje sería largo y necesitaba comodidad. Me puse a guardar las últimas cosas que quedaban fuera en mi maleta y luego me senté en la cama a observar mi dormitorio. Ahora sin posters en las paredes y mi librero desarmado. Una corriente de nostalgia invadió mi corazón y no pude evitar sentirme triste. Este había sido mi primer y único hogar desde que llegué y me ponía triste darme cuenta que nunca volvería aquí. No se cuanto tiempo pasé mirando el dormitorio, pero cuando la alarma de mi teléfono sonó, sabía que era momento de irme al aeropuerto. Así que tomé mis cosas y antes de salir, le di una última mirada al que hasta hace muy poco fue mi cuarto.

-Adiós viejo amigo, te echaré de menos -murmuré antes de cerrar la puerta.- 

Media hora pasó y yo ya estaba en el aeropuerto, le avisé a Jess que ya estaba aquí y luego me dirigí hacia mi terminal. Cuando ya hice todo el proceso pertinente, me senté a esperar la hora de abordar y me dispuse a escuchar música. Todo era normal hasta que comenzó a sonar una suave melodía en el piano y mi corazón dio un vuelco tan grande que pensé que moriría del dolor. Era su voz... llena de dolor, justo como me sentía en este momento. Wrong Direction estaba sonando y nunca pensé que me lastimaría tanto escucharla. Pero no me detuve hasta que las primeras lagrimas salieron de mis ojos. En ese momento paré la música con rabia y decidí distraerme con una serie o película.  Pero sabiendo que de ahora en adelante, nunca podría volver a ver la serie que se había ganado mi corazón, tendría que guardar a Dickinson en un cajón  al igual que todo lo que tuviera que ver con ella. Porque solo así, podría intentar sobrevivir sin Hailee. Sabía que era casi imposible superar esto que habíamos vivido, así que me conformaría con poder  llevar una vida normal, aunque no estuviera dispuesta a entregarle mi corazón a otra persona. 

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