11.

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Harry estaba confundido, había tratado de volver a hablar con Adhara durante todo el día pero la rubia parecía haber desaparecido, incluso los minutos que la vio en el gran comedor fueron pocos, no entendía nada pero algo qué tenía muy claro era que después de volver a probar sus labios no la dejaría ir tan fácilmente, sí ella lo había besado significaba que aún tenía una esperanza, fue entonces cuando recordó algo que ella había dicho algo a lo qué no le había tomado mucha importancia pero sentía que le daría una pista para descubrir porque ella actuaba tan extraño "te estaba protegiendo" esa frase no dejaba de darle vueltas no entendía porque incluso en su carta ella aseguraba que solo le haría daño.

—  Hola Harry. — saludo Luna cuando llegó al pasillo dónde acordaron verse. - Creo que interrumpí un pensamiento.

— No, Luna, no te preocupes. —  la tranquilizó el chico. — Te ves...linda.

—  Qué amable. — respondió la chica pero Harry dejo de escuchar cualquier cosa al verla.
Adhara iba con un hermoso vestido negro qué descubria su pálido cuello, brazos y clavículas resaltando en ella todo aquello digno de ser admirado, su corto cabello caía sobre sus hombros en algunas ondas, con una pequeña trenza en el lado derecho, su rostro estaba un poco tenido de carmín en la mejillas al igual que sus labios y sus ojos eran resaltados por sus largas pestañas.
Harry tuvo que controlarse para no irse encima de Theodore Nott al ver cómo el chico iba con ella con un brazo en su cintura mientras susurraba algo en su oído que la hacía reír, ambos caminaban juntos con tranquilidad, y para su mala suerte encajaban bien, Nott llevaba un traje color negro y moño que combinaba con los detalles en el vestido de Adhara, ambos al ser sangre pura supuso que sabían perfectamente cómo conducirse con elegancia y eso hacían, tan perfectamente bien coordinados cómo sí pertenecieran el uno con el otro, cómo sí fueran dos piezas de un rompecabezas que encajaban a la perfección y el solo hecho de pensar qué eran perfectos el uno para el otro dolía.

Eso no debió ser así, era el quién la amaba, quién había hecho todo por ella, quién sacrificaría cualquier cosa solo por qué todo fuera cómo antes, era él quién debía sostenerla, quién debía ir a su lado.

— Idiota. —  murmuró.

—  ¿Es ella verdad? —  pregunto Luna con tranquilidad. — La chica de la qué hablaste, tú dijiste que era muy linda, ojos grises, cabello platinado y caminar elegante, es obvio que es ella, tus ojos brillaron en cuanto la viste.
— añadió ante la mirada confusa de Harry.

—  Sí, es ella. — respondió el chico.

— Deberías decirle a ese chico que se alejé, ustedes dos están destinados a estar juntos, los nargles me lo dijeron. — dijo Luna con mirada soñadora.

—  Será mejor que nos vayamos.
— informó Harry.

—  ¿Dónde es la fiesta? — pregunto Luna.

—  En la oficina de Slughorn.
—  respondió el azabache. —  Vamos.
— dijo y ambos caminaron atrayendo algunas miradas debido al peculiar vestido de Luna.

Adhara iba caminando por el pasillo con Theo sosteniendo su cintura y la verdad se sentía bien, había estado con ella desde que era pequeña, Theo era seguridad y tranquilidad, era cómo sí en medio de la nada y del peligro el fuera su auto de escape.

— Te ves muy guapo — dijo la rubia con una sonrisa ladina, el castaño sonrió con las mejillas un poco enrojecidas.

— Tú pareces una princesa.
— murmuró el chico en respuesta.

— Tú vienes conmigo entonces... ¿Eres cómo mí príncipe o cómo alguna especie de plebeyo obligado a cumplir mis órdenes? — pregunto la rubia sonriendo y  sin esperar una respuesta.

El horrocrux perdido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora