15.

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- Adhara, despierta...- saludo Narcissa entrando a la habitación de su hija, pero se detuvo abruptamente antes de preguntar:
- ¿De dónde sacaste eso? - miraba fijamente el relicario que colgaba del cuello de Adhara.

- ¿Qué cosa?. - pregunto la rubia confundida.

-Ese...ese relicario. - contestó la mujer.

- Sirius lo dejo, para mí.

- ¿Lo conocías? ¿Conocías a Sirius Black?.

- Sí, madre, el me lo contó todo.

- Dame eso Adhara, si alguien descubre...- musitó Narcissa ignorando el comentario de su hija.

- Mamá no tienes qué fingir, se que tú no creías lo mismo qué papá.
- interrumpió Adhara.

- Era un traidor Adhara, sabes qué eso está mal, ahora dame el relicario.

- Sí yo fuera cómo el ¿También me odiarás? - murmuró con cautela.

- Eso no pasará, no debe pasar, creí que el asunto de ese chico había quedado atrás.

- El día qué me marche, no hiciste nada, tampoco lo hiciste cuando mí padre me obligó a destruir todo aquello que me recordaba a Harry.
- musitó lo más tranquila qué pudo.
- Se qué no eres igual a Bellatrix Lestrange, se que no querías perder a papá, por eso cambiaste, pero mamá, puedes hablar conmigo sobre eso sí así lo quieres.

- Son temas que no te incumben, eres una niña, no lo entenderías, solo ten clara una cosa. - la voz de su madre sonaba más severa que de costumbre, sin la amabilidad y calma de siempre. - Estamos metidos en ésto más de lo que te imaginas hija, el señor tenebroso ha sido muy...compasivo con nosotros, no podemos fallarle, no de nuevo.

- !¿Compasivo dices?!. - Adhara estalló en cólera, no podía creer lo que escuchaba. - La misión qué le dio a Draco no es ningún maldito premio, tenemos que soportar a la loca de tú hermana y a esos idiotas paseándose a sus anchas por nuestra casa. !Y todo ésto es culpa de Lucius!

- Hija, tú padre tiene sus razones, son más poderosas de lo que crees, es por ustedes qué...

- !Y una mierda! !Lo hizo por su reputación, por creer qué había elegido el lado correcto, pero ni siquiera fue tan inteligente cómo para mantener una buena reputación de ninguno de los dos lados!. - gritó la chica.

- No sabes de lo qué hablas, piensa en tus palabras antes de hablar niña.
- musitó Narcissa con una frialdad inusual en su voz. - Debes más de lo qué crees al lado "malo" cómo tú lo llamas, no es el momento para pelear entre nosotros así qué solo resignate y no provoques la irá del señor tenebroso.

- Sí con eso te refieres a que deje a su amado hijito humillarme, no te puedo ayudar.

- Me refiero a qué dejes de ser tan insolente en general, solo mantente al margen.

- ¿Y qué? ¿Espero a que maten a mí hermano? ¿O espero a que se vuelva un asesino?.

- ! Suficiente !. Sí no te puedes comportar ni siquiera un poco no me voy a arriesgar a qué nos pongas en peligro, te quedas aquí encerrada hasta qué sea el momento de regresar a Hogwarts. - sentenció Narcissa, salió de la habitación dejando un sinfín de barreras para evitar que Adhara saliera.

Los días siguientes solo se la pasó leyendo, la comida la llevaban los elfos domésticos pero apenas y probaba bocado, estaba decepcionada, eso no era nada comparado con los castigos que su padre les daba a ella y a su hermano, pero al menos esos eran rápidos, escuchaba gritos, pasos fuera de su habitación, todo eso sin poder ver nada del exterior, se sentía más sola qué nunca.

El horrocrux perdido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora