25.

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Los rumores corrían rápido en Hogwarts, por lo que la relación de Adhara no fue un secreto y de inmediato los estudiantes hablaron sobre ello, pues eran dos de las estrellas del equipo de Slytherin y estaba además el detalle de que Theo ya había hecho una gran fama por su belleza y riqueza y aunque era algo reciente a nadie parecía sorprenderle,  a nadie excepto a Harry.

— Harry, tú desayuno se enfría.
— dijo Hermione suavemente.

— No tengo hambre. — respondió el chico secamente.

— Vamos amigo, no vale la pena, son tal para cual, pretensiosos y presumidos. — trató de animarlo Ron.

— Al muy imbécil le divierte verme así, mírenlo. — sus amigos vieron a la mesa de Slytherin y observaron la sonrisa burlona que le daba Theodore Nott a Harry.

— Solo come un poco Harry, eres el capitán del equipo y hoy tienen entrenamiento.

El pelinegro de mala gana se llevó una cucharada de avena a la boca, pero no tenía sabor, era cómo sí comiera tierra, no toleraba el ver cómo Adhara reía y como era abrazada por Nott, permitiendo que todos los vieran, cosa que con él nunca hizo.

— Harry, estás haciendo nieve. — dijo Hermione.

El pelinegro volteó a la mesa de Slytherin nuevamente y cuando cruzo su mirada con la de Adhara, ella se agachó de inmediato, cómo sí su plato de avena fuera lo más interesante del mundo.

— Deberías hablar con él. — le dijo Hermione a Ron. — Es tú mejor amigo.

— Tú misma lo has dicho, no tengo sensibilidad.

— Todo lo tengo que hacer yo.
— se quejó la castaña y fue detrás de su amigo. — Harry, espérame.
— pidió, el chico no puso resistencia y espero a su mejor amiga.

— La odio.

— No la odias, la amas y por eso estás así. — corrigió Hermione.

— Ni siquiera ha pasado un día desde que terminamos, sí es que alguna vez estuvimos juntos y ella ya corrió a sus brazos.
— comenzó a hablar, pero en algún punto, su voz se comenzó a quebrar así que paró de hablar.

— No está mal llorar y lo sabes. — lo reconfortó Hermione y se acercó a abrazarlo.

— ¿Está mal que aún crea que me ama?. — dijo después de unos segundos.

La verdad era que le resultaba algo extraño esa relación y tenía sus sospechas, pero Adhara nunca hubiera sido capaz de engañarlo con Nott, seguramente el castaño se había aprovechado de la situación, esa era la única manera lógica que encontraba a lo que ocurría.

— Harry, yo sé que la amas, pero ¿No crees que ya te lastimó demasiado?

— Prefiero eso a estar lejos de ella, algo raro pasa aquí y yo lo voy a averiguar. — repuso el chico.

******************

Paseaba de la mano con Theo, ya había dejado de ser una novedad la noticia así que caminaban solo bajo unas cuantas miradas incómodas, sí tuviera que describir la relación, diría que era tierna, dulce y muy romántica, pero le faltaba algo a su corazón, la chispa que encendía el deseo de pasar todo el día con él besando sus labios o sintiendo su calor y sabía perfectamente que no era algo físico, Theo era un chico muy guapo, elegante y varonil, no quería admitirlo, pero extrañaba a Harry más de lo que pensó.

Habían pasado solo unas semanas que para ella se sentían eternas, no habían hablado, el ni siquiera la miraba, era cómo sí se hubiera convertido solo en un fantasma y dolía, pero no tenía ningún derecho a reclamar cuando no tuvo ninguna consideración al lastimarlo otra vez, ella creyó que al estar con Theo aclararía por fin sus sentimientos, el era un novio maravilloso, atento, amoroso, amable, no tenían peleas, pues el sabía todo de ella y aún así seguía amándola, era eso lo que la retenía, el pensar que Harry creía lo mejor siempre porque no la conocía, no sabía nada de lo que había hecho, no sabía que pronto sus manos se mancharian. Se preguntaba sí él la seguiría amando sí supiera que en su piel se encontraba la marca de la oscuridad y que ella misma se estaba comenzando a consumir en ese fuego,  el temor era lo que la hacía querer buscar cualquier medio para escapar de él.

El horrocrux perdido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora