20.

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- Expecto Patronus. - dijo la rubia nuevamente, pero lo único que consiguió fue una leve chispa de luz.
- Sería más fácil matar a alguien sí quisiera. - se quejó dejándose caer sobre el pasto.

- Flagello. - conjuro el aro en llamas de manera maravillosa, para no sentirse tan mal después de fracasar y se quedó unos momentos admirando cómo es qué el fuego ardía, sintiéndose poderosa e invencible por un segundo.

- Eso no parece muy seguro. - dijo Hagrid a sus espaldas.

- No lo es. - respondió ella. - Cómo profesor deberías reportarme con mí jefe de casa.

- Pero cómo tú amigo, no lo haré.
- habló el hombre y Adhara sonrió.
- A veces resulta difícil pensar que ya no eres la pequeña de once años que venía por las noches a jugar con Fang.

- Es porque aún me gusta venir a jugar con Fang, ¿Verdad? ¿Quién es un lindo perrito?. - murmuró la rubia mientras el enorme perro se avalanzaba sobre ella y comenzaba a lamer su rostro. - Basta Fang. - se quejó, pero no trató de quitarlo de encima.

- ¿Por qué no estás adentro?.

- Porque el aire me da paz y hace mucho no te visitaba. - contestó la chica.

- En eso tienes razón, pero al menos tomas mis clases.

- Me gustaría poder lidiar con todas las criaturas cómo tú lo haces.

- Creí que querías ser pocionista, cómo el profesor Snape.

- Me gustaría más ser magizoologa, viajar y ver que criaturas aún no conocemos. - repuso la rubia imaginando cómo sería viajar a los lugares más lejanos del mundo, aquellos en donde solo hubiera naturaleza y tranquilidad, ver todas las maravillas que escondían.

- Suena a un buen plan para el futuro. - la rubia sonrió, aunque por dentro sabía que por el momento no valía la pena soñar con el futuro, cuando el presente pintaba todo tan gris. - Siendo una de mis mejores alumnas, estoy seguro de que lograrás llegar muy lejos.

- ¿De verdad?. - preguntó emocionada.

- No he visto a nadie mejor que tú para lidiar con toda criatura que he traído.

De pronto unas hojas comenzaron a moverse, había algo arrastrándose por el suelo.

- No te muevas Adhara. - pero la rubia al contrario, se agachó escuchando unos pequeños siseos y sin estar muy consiente respondió de igual manera.

- Adhara aléjate de ahí. - la rubia siguió llamando a la serpiente y está se movía al rededor de ella, una y otra vez sin dejar de mirarla, mientras la chica seguía en una especie de trance.

"Por más que lo intentes, no puedes huir de ésto, pequeña marioneta"

Escucho la fría voz dentro de su mente mientras la serpiente seguía frente a ella y poco a poco cómo sí siguiera instrucciones se deslizaba cerca de Fang.

- ! Adhara!. - llamó Hagrid nuevamente, pero está vez movió su hombro levemente haciéndola reaccionar.

El guardabosques de inmediato, tomó un trapo y envolvió al reptil.

- Creo que deberíamos llevarla con algún profesor, puede ser peligrosa.
- sugirió la rubia y un Hagrid muy confundido asintió.

Metieron a la serpiente dentro de un frasco y Adhara la tomo, mirándola aún con curiosidad.

- ¿Cuando aprendiste a hablar parsel?. - pregunto su amigo.

- Yo no sé que dije, te juro que no quería herir a Fang. - se disculpo ella de inmediato.

El horrocrux perdido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora