16.

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— Soy una completa idiota. — susurró Adhara mirando su reflejo en el espejo cuando entró al baño más cercano.

Había esperado qué Harry se quedará dormido nuevamente para salir de la sala de menesteres en un acto que a ella le gustaba llamar "instinto de supervivencia Slytherin." Por qué sabía qué después de lo que pasó era más que evidente lo mucho que aún lo amaba y no sabía cómo reaccionaría ante Harry, sí es que a él se le ocurría hacer preguntas, se sentía tan vulnerable y expuesta, el la había hecho sentir protegida, su tacto, sus besos, todas las sensaciones qué no pudieron haber sido igual de perfectas con nadie más.

Tenía miedo, porque se había prometido dejarlo ir, dejarlo con alguien qué estuviera a su altura, alguien con el aura de heroísmo, valentía, honestidad, sin una pizca de maldad dentro, sabía perfectamente qué esa persona podría ser Ginny Weasley, los había visto conversar alegremente algunas veces y no había porque negar qué era una chica preciosa, además era divertida, inteligente, amable, una Gryffindor en toda extensión de la palabra, parecía la compañia ideal, lo que Harry merecía, alguien qué no estuviera contaminada , alguien qué en verdad estuviera dispuesta a dejar todo sí el se lo pedía, alguien qué lo amara con ciega devoción.
Sí, había prometido dejarlo dar un paso hacia atrás y liberarlo, no dejar ver sus sentimientos para que él la dejará ir, pero después de besarlo de nuevo, de estar con él y tener todos sus besos por su piel se sintió cómo sí no quisiera dejarlo jamás, con cada beso el sin darse cuenta la ayudaba a sentirse menos cerca de la oscuridad porque ¿Cómo alguien tan oscuro podría tener a un ser tan hermoso cómo Harry rogando por ella?, Harry Potter no besaría de esa manera a alguien que no tiene salvación, entonces dentro de ella se libraba una batalla entre lo correcto y lo qué deseaba, pero lo qué deseaba era lo que menos merecía, porque besar a alguien cómo Harry, tan valiente, bondadoso, heroico y honesto debía considerarse un crímen para una persona cómo ella, cómo sí en cada beso ella salvará su alma pero el perdiera la suya.

"Déjame ir Rayito, por favor, no te merezco, nunca lo he hecho y jamás lo haré, solo te haré daño, estás lleno de luz y yo sólo te llenaría de oscuridad, amarme sería tú perdición y aunque trates de salvarme, es imposible, no puedes salvar a alguien que quiere permanecer en la oscuridad por cobardía " . Se decía desde el momento en que regreso y ese era el mensaje que trataba de darle a Harry cada una de sus acciones, sin embargo ahora había un pensamiento, un sentimiento nuevo, que era aún más fuerte.
"Quiero qué seas mí perdición y quiero ser la tuya también, no mires a nadie más cómo me miras a mí, no me dejes ir, por favor no toques, no beses a nadie más, quiero que me salves, por favor bésame de nuevo, hazme sentir qué tengo algo bueno, hazme sentir qué no soy oscuridad y qué sí estoy contigo puedo intentar darle luz a tú vida cómo tú se la das a la mía y sí no es así solo besame hasta qué pueda sentirme menos herida, menos corrompida, besame hasta qué me pierda en tus labios de nuevo, tócame para curar todas mis heridas, para calmar el ardor del fuego que crece cada vez que me voy acercando al mal, cada vez qué estoy más cerca de la oscuridad, ámame solo cómo tú sabes hacerlo, no te vayas y no me dejes ir por favor, quiero dejarte pero en el fondo no quiero qué ames a nadie más, no quiero qué toques a nadie más, qué beses ni siquiera que mires a nadie con esa mirada llena de ternura y cariño qué es solo mía, se que yo misma te lo pedí, pero la verdad es que no quiero qué te enamores de nadie más...solo te quiero para mi"

Esos pensamientos hacían qué Adhara temiera caer en su propio egoísmo, ceder ante sus deseos antes de escuchar la razón. Por ahora debía poner en orden sus sentimientos para poder mantener su distancia con Harry, sería sencillo escapar de él durante ese día al menos, ya qué sus clases no incluían a los Gryffindor.

El inicio del trimestre trajo una sorpresa muy agradable, en el tablón de anuncios de la sala común había un letrero qué decía:

Clases de aparición
Sí tienes diecisiete años o vas a cumplirlos antes del 31 de agosto, puedes apuntarte a un cursillo de Aparición de doce semanas dirigido por un instructor de Aparición del Ministerio de magia.
Se ruega a los interesados qué anoten su nombre en la listam
Precio: 12 galeones.

El horrocrux perdido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora