── eres un enigma; nadie entiende realmente quién eres. supongo que por eso nos hemos juntado. mientras tú eres la pregunta, yo soy la respuesta. ❜
original de -elysianwriter
traducido por lueaxwin
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CAPÍTULO DIECISÉIS taygeta
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Las mejillas manchadas de lágrimas se vuelven frías una vez que Eve sale al porche trasero de Emily con Paul justo delante de ella. Sus músculos, que parecen tallados por los propios dioses con sus finos detalles, se tensan con cada paso que ella da para acercarse a él. Y cuando ella lo nota, vuelve el miedo al lobo y se echa atrás.
Se quedan a un metro de distancia, desesperados por no mirarse. Si lo hicieran, la tensión entre ellos, tan fuerte como una sola hebra de cuerda, se rompería. Ninguno de los dos se atreve a imaginar qué pasaría si la cuerda se rompiera.
Hacía mucho frío en el exterior y los escalofríos le recorrían la columna vertebral, haciéndole cosquillas en la piel hasta que le salían bultos. Sus mejillas, ya teñidas de rojo por la frustración, brillan con la temperatura. Las manos suben y bajan por sus brazos, tratando de conseguir alguna fuente de calor.
—¿Cómo no te estás congelando? —Eve sisea a Paul, curiosa por saber por qué no estaba temblando cuando sólo llevaba unos pantalones cortos que parecían arrancados de un par de caquis—. Apuesto a que no hay ni cuarenta grados.
Su cabeza se dirige a ella y su boca se cierra. —Una cosa de lobos. Hay muchas cosas de lobos que seguro que no quieres saber.
—No sé... —Eve responde, apartando su atención del chico para centrarse en ganar calor—. Es que es mucho para asimilar. No sé si te transformarás en lobo delante de mí si me atrevo a poner un pie en su camino.
—No es así, —se defiende Paul, con la cabeza caída. Sabía que se estaba frustrando con ella y dio un paso atrás vacilante, a lo que él ganó fuerza en su cuello una vez más para volver a mirarla. Esos ojos eran distantes mientras la decepción le golpeaba de nuevo—. Todo esto es frustrante, pero el hecho de que pueda alterarme o estresarme no significa que vaya a cambiar así. Tengo el control la mayor parte del tiempo-
—Pero... —Eve interrumpe.
—Lo sé, —afirma en un tono mucho más suave—. Sé que metí la pata delante de Bella. Ella me golpeó y yo... me perdí. Pero no es así... ¿Por qué...?, —sus ojos se encuentran con los de ella—, ¿Te hice daño alguna vez? Nunca te pondría un dedo encima, Eve, nunca.
