CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE
lerna
—¿No es peligroso permitir que tu hermano visite a tus padres? —le pregunta Paul a Eve justo cuando doblan la esquina de la calle que lleva a la casa de los Black.
Sólo han pasado unas horas desde que Eve fue informada de que era hora de que Jordan volviera a casa, pero a raíz de ello, se encuentra rodeada de dudas. Todo lo que ella anhelaba era que él volviera a casa, pero ahora con el hecho de que fue cambiado permanentemente con la inmortalidad, Eve se encuentra con preguntas similares a las de Paul.
¿Está a salvo? No podía vivir un solo día sabiendo que sus padres habían resultado heridos por culpa de sus sueños de querer que su hermano volviera a casa sólo para que se convirtiera en un horrible baño de sangre que se encontraría en las películas de terror más oscuras y truculentas.
Al mismo tiempo, sus padres se lo merecían. Por mucho que intentaran poner esas bonitas sonrisas –todas perfectas– para insistir en que eran
no lo eran. No lo estaban desde que el jefe Swan llamó a su puerta, no suspirando y refunfuñando por Jordan, sino admitiendo con tono de sorpresa que se había ido. Desaparecido con sus dos amigos mientras el otro estaba muerto. Asesinado justo en su ciudad natal.
Era una tortura para ella; estar en este campo de batalla entre la humanidad y lo sobrenatural. Hace que la chica se pregunte si Carlisle sólo permitía esto para calmar parte del estrés que arrastraba tras de sí como su propia nube de tormenta personal bailando sobre su cabeza. Como si tratara de compensar todo aquello, una forma de decir ¡Uy! Culpa mía.
Antes de llamar a la puerta de la casa de Black, Eve suelta un suspiro. —Sabes, estoy empezando a pensar de esa manera. Es estúpido; durante tanto tiempo quise esto y ahora me lo estoy pensando. —Llama a la puerta antes de que Paul pueda responder.
Billy abre la puerta unos segundos después, apoyado en el marco –su silla ausente–. —Buenos días, —saluda.
Paul arquea una ceja. —Amigo, son como las dos de la tarde.
—¿Cómo me has llamado?
—¿Prefieres viejo?
Los dos hombres se miran fijamente, observando cada movimiento del otro, antes de que Billy baje la cabeza y se ría suavemente. Da una palmada en el marco de la puerta. —Vale, vale... pasen.
Siguiendo sus palabras, los dos se deslizan dentro de la casa y ven como Billy cierra la puerta. Sus ojos se entrecierran en Paul, más concretamente en la bolsa que tiene agarrada en la mano. —¿Qué es eso?
Paul baja la mirada. —Un regalo de mejórate pronto.
—¿Me has traído algo?
—¿Querías que lo hiciéramos? —pregunta Paul antes de replantearse la pregunta de Billy—. Espera. ¿Qué creías que habíamos traído?
Una serie de risitas salen de sus labios. —Cualquiera en esta casa puede oler las galletas de chocolate blanco y nueces de macadamia a kilómetros de distancia. Estoy seguro de que a Jacob se le está cayendo la baba ahora mismo, —les dice sonriendo. Se tambalea después de unos momentos— ¿Tenía razón?
Con tranquilidad, una sonrisa tuerce los labios de Paul y Eve tiene que contener un bufido. —Bueno, no lo sé. Eres viejo, después de todo.
ESTÁS LEYENDO
CATCH THE STARS ━━ paul lahote
Fanfiction── eres un enigma; nadie entiende realmente quién eres. supongo que por eso nos hemos juntado. mientras tú eres la pregunta, yo soy la respuesta. ❜ original de -elysianwriter traducido por lueaxwin