CAPÍTULO ONCE

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CAPÍTULO ONCEcebalrai

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CAPÍTULO ONCE
cebalrai

Para el almuerzo especial del viernes, las tiras de pollo parecían especialmente empapadas aquella mañana

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Para el almuerzo especial del viernes, las tiras de pollo parecían especialmente empapadas aquella mañana. La visión de las tiras hizo que su boca se torciera en una mueca; Eve estaba mortificada y prefería comer en su compota de manzana con la que Milo la bendecía.

Debido a lo ajustado del dinero, Eve recibía el almuerzo gratis de la escuela y, aunque algunos almuerzos podían pasar por tolerables, el pollo de cualquier comida siempre estaba... rancio. Tomando un poco de su compota de manzana, la niña se recuesta en su silla mientras deja que sus treinta minutos de almuerzo la consuman.

Hasta ahora, la escuela le había derretido el cerebro hasta el punto de perder la concentración en clase. Esto no es habitual en ella, ya que siempre ha querido mantenerse firme en la escuela, siempre concentrada y preparada. Sin embargo, hoy, tal vez en parte debido a su decadente relación con Darcy, se estaba convirtiendo en un zombi a medida que pasaban los minutos.

El chico que estaba a su lado se dio cuenta. —Mantén los ojos abiertos o te caerás de bruces en tu compota de manzana, —le advierte Milo, dando un sorbo a su leche con chocolate— ¿Por qué te estás muriendo prácticamente hoy?

—Quién sabe, —responde ella, con la voz baja por el cansancio—. Hoy estoy tan desconcentrada que ni siquiera tiene gracia. Tuve que pedirle notas a Megan en primera hora y me miró como si estuviera loca. —Se lo podía imaginar: Los ojos de Megan Fortner abriéndose de par en par con perplejidad porque era la siempre lista Eve la que le pedía ayuda. Desde ese momento, la vergüenza no ha desaparecido.

—Todo el mundo tiene esos días, —dice Milo, engullendo el resto de su bebida. Una vez que la tira en un bote cercano con un movimiento de muñeca sin esfuerzo, se inclina hacia delante sobre la mesa, dando un codazo a la pelirroja—. No hace falta que sientas que esto es el fin del mundo. Trabajas demasiado, Eve, hasta el punto de quedarte sin energía.

Una sonrisa adorna sus labios. Atrapada en su interior, bajo ese cuerpo grande y colosal, había un alma vieja llena de palabras sabias destinadas a ser compartidas. Milo era todo lo contrario a ella, mientras que Eve era la roca en un río, él era el agua. Ella siempre estaba quieta, centrada sólo en la vida, y en las partes que (a sus ojos) realmente importan. Él se movía constantemente, centrando su atención en múltiples objetos en el mismo momento.

CATCH THE STARS ━━ paul lahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora