CAPÍTULO VEINTINUEVE

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CAPÍTULO VEINTINUEVEkornephoros

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CAPÍTULO VEINTINUEVE
kornephoros



Con la aparición de nuevos casos de desaparición en Seattle en los últimos meses, la teoría de que Jordan estaba implicado en ellos echó por tierra la creencia de Eve de que estaba muerto. El tiempo se le pasaba volando mientras veía cómo cada dos semanas aparecían nuevos rostros en la pantalla del televisor y cómo los árboles desnudos se iban cubriendo de hojas a medida que el invierno se convertía en primavera, hasta ahora, cuando el último día de abril se posa sobre ella.

Los dedos moteados se aprietan alrededor del manillar de su bicicleta mientras un par de pies vestidos con Adidas patean los pedales a toda velocidad por la carretera que conduce directamente a La Push. Volvía a hacer de niñera de un niño de seis años justo después de terminar su jornada escolar. Numerosas veces recorrió la misma ruta hacia casa Ateara, pero aún así, mientras sus ojos se deslizaban por la tierra que se extendía ante ella, encontraba nuevas vistas por descubrir. Como un nuevo cartel de desaparición clavado en una señal cercana.

De repente, sus pies se detienen y se desvían hacia un lado. Automáticamente aparta la bicicleta y se acerca al cartel para ver mejor quién ha desaparecido.

Era una chica –no más joven que ella– con su pelo rizado y despeinado y una sonrisa que se extiende por toda su cara. Sus ojos brillaban en el papel impreso, pero Eve podía sentir que probablemente no estaba tan alegre dondequiera que estuviese. Lleva desaparecida cinco días y, milagrosamente, ya se ha impreso y pegado un informe.

Eve da un paso atrás, con el corazón encogido al darse cuenta de que se ha añadido otra persona a la mezcla. Otra persona de Seattle. Alejándose del cartel, se retira a su bicicleta antes de continuar su viaje a la casa Ateara. El viaje no duró mucho y al llegar a la casa, puede ver a Darcy alisando las arrugas de su camisa de trabajo. Desde febrero, la chica quileute se encargó de conseguir trabajo en la ferretería local.

Darcy levanta la cabeza, con los labios curvados hacia el cielo nublado, al ver a su amiga. —¡Hola! Has llegado antes de que pudiera llover.

Su humor desenfadado vence el dolor que antes sentía. —Cierto. ¿Está Dev dentro?

CATCH THE STARS ━━ paul lahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora