Capítulo 12.

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Siempre he pensado que dos personas que se gustan, deberían estar juntas. He tenido la idea de que si ambas pueden afrontar el problema, estará bien, que sean ambas contra el problema y no contra si mismos.

Me gustaba pensar que sería ese tipo de persona, pero ahora no estoy siendo lo que quería ser, soy yo contra Abby, porque aunque lo niegue me sigue asustando todo esto.

Pero no puedo vivir con el miedo toda mi vida, no puedo vivir con el resentimiento aferrado a mi. Eso no es vivir, no disfrutaría nada con miedo, no avanzaría con el resentimiento en mi vida, no puedo seguir construyendo muros a mi alrededor como si eso fuera a ocultar mis sentimientos.

No puedo estar poniendo muros y dejándome fuera, de ellos, guardo lo que siento, pero soy conciente de lo que está detrás de esos muros, no puedo estar en un tira y afloja toda mi vida.

Me gusta, Abby, me gusta como me siento con Abby y me gusta estar con ella. Es inteligente, confecciona ropa increíble, es atenta y siempre quiere saber mas de ti, es cuidadosa, odia el café muy dulce, pero ama comer dulces, no le gustan los colores chillones pero su color favorito es el verde. Le gusta estar contigo, sea como sea, así tengas que estar sentada por tres horas en una mesa pintando o resolviendo un problema matemático, ella con estar cerca de ti, es feliz.

No me gusta por cómo me hace sentir, aunque eso sí influye, me gusta como es como persona, me gusta que le valga un huevo todo, me gusta que siempre tiene algo que decir y que no dudaría en agarrarse a puñetazo limpio con tal de defender a quien ama, me gusta porque es ella en todo momento, porque es espontánea, porque le gustan las cosas cursis, aunque ella no es ni un poco cursi, porque es de las que, asume su error y no se oculta.

Me gusta por cómo es, me gusta porque es ella y no finge ser alguien más.

Es por esa misma razón, que mando a la mierda todo y salgo detrás de ella, al salir, la lluvia cae con fuerza, lo cual me parece irónico, porque cada cosa que he pasado con Abby, pasa bajo una tormenta.

Mis ojos la buscan, pero no logro encontrarla, le pregunto al guardia y el apunta a un parque que está a unos metros, sin importar el hecho de que me pueda torser un pie, corro hasta ese parque, buscándola.

Hasta que doy con ella, esta en unos columpios, completamente mojada, bueno, yo también lo estoy.

—Abigail—Ella levanta su cabeza y suspira.

—Vee, ya entendí, no soy de confiar.

—No, Abby, tú...

—No, ni se te ocurra decirlo—Se pone de pie y pasa por mi lado—Lo dirás por compromiso o lo dirás porque es lo que quiero oír y no, no pasaré por eso de nuevo.

—No, yo...

—Siempre estará eso presente en tu vida—Me interrumpe—Siempre tendrás presente que me acerque a ti como un trabajo de buena fe, de dos idiotas y lo entiendo, a mi también me habría jodido.

—Abby...

—Y no pienso guardarle luto a una chica que solo estaba conmigo por costumbre, que no me quería y yo deje de quererla de a poco, viví mi luto en la relación.

—Abby...

—¡Y siempre tendrás miedo, Genevive!—Dios mio, le pondré una cinta en la boca para que me deje hablar—El miedo siempre estará, pero eres tan cobarde, maldita sea.

—¿Perdona?

—¡Lo eres!—Ah, ahora si me escucha—Eres cobarde, no quieres afrontar tus sentimientos aun sabiendo que eso es mas fácil, prefieres hundirte en esa miseria de estar todo el día dándole vueltas al mismo asunto, todo el maldito tiempo.

Bajo una tormenta. {✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora