Extra 2

115 6 0
                                    

La primera cita trae un gran caos.

Abigail

Estaba sentada en mi cama mirando la hora, estaba debatiendome en si ir o no ir, posiblemente Genevieve me de la patada en el culo por ir a verla tan temprano o solo soy yo buscando excusas para disimular las increíbles ganas que tengo de verla.

Decido que voy a ir y comienzo a arreglarme. Mi cabello va dividido en dos, para que el blanco se note, delineó mis ojos de la manera más rápido me salga, tomo el body color negro negro, al igual que los pantalones y termino de ponerme las botas junto a la chaqueta, me veo en el espejo al menos tres veces y decido que algo mejor no puedo hacer.

Salir del apartamento se vuelve tarea difícil, cada paso que daba se transforma en un nudo en mi estómago, uno que hace presión cada vez más y siento que estoy a nada de vomitar.

Llegar a la puerta de su casa es otro nudo, un poco más grande pero aún así me armó de valentía y golpeó la puerta, espero pacientemente hasta que la puerta se abre y revela a Genevieve del otro lado y, maldita sea que bien se ve el día de hoy, me doy unas bofetadas mentales antes de recordarle nuestras salidas pendientes, cómo suponía, debe salir pero ya estoy aquí así que le informo que estaré pegada a ella como chicle durante todo el día.

Estábamos en el auto cuando una canción de Shawn Mendes comienza a sonar y ella a cantar a su vez, la miro de reojo y suelto un suspiro, se ve tan feliz y radiante en este momento que me gustaría ser fotógrafa y captar este momento para toda la eternidad, cuando finaliza solo desvío mi mirada a la ventana con una sonrisa en mis labios.

Cuando estaciona frente a una cafetería, no sé si horrorizarme o reírme, optó por la segunda, todo en ella es rosa, no me sorprende que el lugar en el que elige comer, también lo sea.

—Rosa, cómo no—Murmuro mientras la volteo a ver.

—¿Me creerías si te digo que mi color favorito es el azul?—No, en lo absoluto creería eso.

—¿El azul?—Asiente, con una bonita sonrisa en sus labios—Vaya, eso no me lo esperaba.

—¿Cuál es el tuyo?

—El verde—Suelto una risa al ver si cara de sorprendida y me encojo de hombros—Me gusta el verde, pero el negro es mi zona de confort.

Después de eso nos bajamos a comer, no mentire, una ola de celos recorrió mi cuerpo cuando la chica la llamo, pero me trague mi orgullo y me fui a sentar, tuvimos una de las conversaciones más largas mientras yo trataba de poner mi cara de culo con ella, porque tengo un ligero disgusto a lugares con mucha gente, me colapsa y me estresa.

Tuvimos la conversación más banal, contando cosas de la otra y después hablamos de cosas triviales, realmente estaba a gusto con ella, realmente me gustaba hablar con Genevieve, estar con alguien que me ve y no solo ve a una chica con lindo cuerpo.

En algún punto nos trasladamos hasta el supermercado, donde ella iba hechando cosas a su carrito y yo iba a su lado conversando con ella.

Enterarme que fue quien le dió el puñetazo a Gregory solo hizo que mi amor por ella incrementará a niveles catastróficos y que la culpa, se asentuara en cada poro de mi, eso solo me hace querer decirle pero soy lo suficientemente cobarde y egoísta para no decirlo y tenerla cerca más tiempo.

—¿Por qué tú interés de estar cerca de mi?—Mi respiración se corta, podría decirle que es porque me llama la atención como decirle que fue petición de Gregory y Thomas—Me refiero a que... ¿Por qué siempre quieres estar conmigo?

Porque puedo ser yo, porque tú presencia es todo lo que está bien en este maldito mundo, porque soy lo suficientemente egoísta para querer tener algo bueno en mi vida, aún cuando estar cerca de ti trae el costo de perderte en lo absoluto y traicionar tu confianza.

En lugar de decir todo eso, solo hago una mueca y desvío la vista, necesito que se entere, necesito que me odie porque ya no puedo, no quiero seguir cerca de ella de esta forma, no con ese peso en mis hombros.

—Vee...

—Te lo pidieron, desde el primer día¿No?

—Solo quieren ayudarte, todo era con buena intención.

Escuchar las palabras salir de su boca era como enterrarme una daga tras otra, dolía, dolía como la mierda pero a su vez sentía como el peso se iba de hombros, cómo podía ir asimilando un poco lo estúpida que fuí al aceptar.

Dolió, dolió ver esa cara fría, esos ojos dolidos y llenos de odio, dolió escuchar su nombre porque ya no tenía el derecho a llamarla Vee, me lo gane, traicione su confianza por un capricho, por algo que pude haber hecho sin necesidad de aceptar esto.

Palidezco totalmente cuando Emma aparece y desde ese momento todo fue en picada.

Una larga y fuerte discusión con los chicos, la cuál se detuvo en cuanto Thomas se puso a llorar, Gregory entendió por fin que todo esa idea había sido mala desde el inicio y al ver a su mejor amigo y novio, así de mal, solo le sirvió para sentirse peor, pero tampoco había otra manera de sentirse.

Estuve días y semanas tratando de acercarme a Genevieve, pero todo me detenía, trabajo, mi madre y el miedo, sobre todo este último, era como si se hubiese apropiado de cada rincón de mi cuerpo y lo hubiera puesto en su propiedad.

Después me enferme, nada en un lago con la boca abierta es una mierda que no recomiendo en lo absoluto y después, la discusión con mi ex novia.

«Eres tan difícil de querer»

«No te preguntes porque la gente se va, solo mirate»

«¿Que mierda sabes hacer bien aparte de lastimas y hacer ropa, Abigail?»

«La lastima es lo único que me hacía seguir contigo»

«Jamas en tu asquerosa y miserable vida vas a encontrar a alguien que te ame, Abigail, nadie quiere porquerías en su vida»

Y el listado podría seguir, no me dolió la ruptura, la venía pensando desde hace mucho, pero la última vez que lo intente, termine en una cama, sin ropa y con ella durmiendo a mi lado, lo que me dolió, fue todo lo que me dijo, cómo si un golpe de verdad hubiera llegado a mi vida sin previo aviso.

Estuve llorando con Gregory, estuve gritando en su pecho, estuve pidiéndole que acabará con eso, que me dijera el porque seguía conmigo, porque aún era mi amigo, el solo le sostuvo, diciendo que todo lo que ella dijo era mentira pero en este punto de mi vida no lo sabia, nada era mentira para mí.

Me costó calmarme, supongo que, en mi estado de miseria, Genevieve se apiadó de mi y me escucho, mientras lo hacía sentía que un peso me dejaba, sentía que podía respirar, aunque sea mínimamente, estaba respirando y cuando acepto, cuando me dejó volver a recuperar su confianza, cuando me dejó volver a ella, la tristeza ya no era tan grande.

Aunque insistirle en una fiesta después de la llorada de mi vida, no era una idea lo demasiado buena, lo hice y nos tomo dos horas convencer a la rubia, pero lo hicimos, así que tendríamos una fiesta y tal vez, solo tal vez, las cosas se iban a arreglar un poco más desde ahora.



Un Extra cortito porque ando justa de tiempo y quería darles algo antes de terminar el mes <3

Bajo una tormenta. {✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora