Capítulo 13

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Sinceramente, no se como hicimos Abby y yo para traer a Thomas y Gregory, tampoco se como los acostamos en la cama, pero lo hicimos, dejamos a dos ebrios en una cama, roncando y babeando.

Después nos fuimos a mi habitación, donde nos cambiamos y nos acostamos a dormir, fue extraño, pero se sentía bien. Descubrí que Abby es de las que mueve sus pies a la hora de dormir y su calor corporal me gusta, me gusta como se siente su cuerpo contra el mío y como su respiración es relajada a la hora de dormir.

Ahora estaba luchando por salir de la cama porque quiero ir al baño y preparar algo de comer, pero cierta señorita parece que se está fundiendo conmigo. Levanto el brazo de Abby por décima vez en la mañana, pero logre liberarme esta vez, pongo una almohada debajo de su brazo y suelto un suspiro.

Voy al baño, lavo mis manos y salgo con cuidado de la habitación para no meter ruido.

—¿Por qué tan sigilosa?—Doy un brinco del susto y miro a Thomas junto a Gregory.

—Maldita sea, casi me matan del susto—Les hago una seña para que me sigan.

Vienen detrás de mi mientras yo entro a la cocina y prendo la cafetera, busco algo para hacer waffles con chispas de chocolate, siento la mirada de ambos chicos sobre mi, pero solo me concentró en hacer la mezcla y prender la wafflera.

—¿Quieres waffles?—Los miro y ellos solo entrecierran sus ojos—Somos novias y no griten que están durmiendo—Hable rápidamente al ver que iban a gritar.

Gregory comienza a hacer una especie de baile, y se acerca a abrazarme, besa mi mejilla y luego sigue Thomas, ¿Por qué siento que al tener novia es como el hecho más grande que he tenido?

—Felicitaciones, oh Dios mio, esto es emocionante.

Ruedo los ojos divertida y comienzo a hacer los waffles, Thomas se concentra en hacer el desayuno para ambos, sirvo las cuatro tazas de café y acomodo dos en una bandeja, dejo un plato con waffles y sobre la bandeja, pongo crema batida, salsa de chocolate y nutella.

—Disfruten su desayuno—Canturrea Gregory.

—¿Igual?—Murmuro confundida.

Subo las escaleras y abro la puerta, no se como lo hago porque la bandeja es grande, pero logre hacerlo, quiero un premio por esto, por favor. Al entrar a la habitación, suelto una risa.

Abby esta con la boca abierta, un hilo de baba cae de ella, el pelo está completamente desordenado, creo que puede tener un nido de aves en el, la camiseta que le preste, esta levantada dejando ver su abdomen, donde tiene un aro en su ombligo y un tatuaje que no logró ver por el short del pijama. Es una cosita tierna y babeada.

Me acerco a dejar la bandeja en mi mesita de noche, me siento en la orilla de la cama y pico su abdomen, parece que no reacciona, suspiro pesadamente, no se despertar a las personas de forma amable, me crie con un hermano al que despertaba a golpes de lucha libre.

Me inclino hacia su mejilla y soplo como lo hacen en las panzas de un bebé, ella se remueve y suelto una risa, vuelvo a hacerlo y ella se queja, abriendo sus ojos lentamente, me alejo para verla mejor y le sonrió divertida cuando sus ojos se encuentran con los míos.

—Que rara eres para despertar personas—Murmura y respira hondo—¿Que huele tan bien?

—Los waffles y el café—Apuntó a la mesita de noche con la bandeja—Buenos días, Vidia.

Me toma de la camiseta y pega sus labios a los míos, no me deja responder, es un beso rápido. Ella sonríe y se sienta en la cama, me toma de la cintura y me sienta en sus piernas.

Bajo una tormenta. {✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora