Era navidad y Abby decidió ir con su abuela, más que nada porque ella no le había hecho nada, no podía pagar su enojo con toda su familia, cuando eran sus padres los responsables de que el resto, creyera cosas que no eran.
Estaba frente al árbol, mirando como las luces parpadeaban o se quedaban fijas, Patrick estaba en la cocina con mamá, preparando la cena, Sam estaba con Emma arreglando la mesa, aun no era hora de nada, pero mi familia es un tanto impaciente, aparte, mamá hace una cena que demora al menos diez días en estar lista, a eso me refiero a que prepara mucha comida.
Thomas y Gregory estaban terminando de ordenar la sala, yo ya había terminado mi tarea del día.
—¿Has hablado con ella?—Sacudo mi cabeza—Vee...
—Esta enojada, Greg, no me va a responder. Dejare que pasen unas horas y la llamaré lo prometo.
Abby estaba enojada conmigo, quería pasar aquí la navidad pero como ya dije, se fue donde su abuela, por petición mía. No quería ver a sus padres y fingir ser alguien que no era, así que no se qué Abby les va a tocar a la familia de Ohaio.
—Todos ustedes, suban a ducharse.
Emma me sigue hasta mi habitación, Thomas y Gregory van a la del dueño de casa y San va al baño de invitados. Dejo que Emma se duche primero, mientras yo dejo mi vestuario en la cama.
Es rojo, con una abertura en la pierna izquierda, un pequeño escote y un listón en su cintura, nada muy boom, pero tampoco muy sencillo.
Hice todo el proceso de arreglarme de forma lenta, supongo que alargaba las horas para llamar a Abby, Emma me deja sola en la habitación cuando estoy por terminar de poner los pendientes. Me miro en el espejo y suspiro, tanto trabajo para que se vaya en unas horas.
Tomó una respiración profunda y tomó mi teléfono, lo apoyo en el espejo y le doy al icono de video llamada, mi pierna sube y baja de forma constante, juego con mis dedos.
—Rojo, lindo color, cuñada—Frunzo mi ceño al ver a Max—Abby esta en la cocina con la abuela.
—Oh, puedo llamar...—Ni siquiera termino la oración cuando el rostro de Abby aparece en la pantalla.
—Cuidate, rubia.
—Igual—Balbuceo, Abby me mira y suspira.
—Lamento haberme enojado, fue tonto, lo siento—Vale, ahora me siento más tranquila—Te ves hermosa, Vee.
Mis mejillas no tardan en calentarse, Abby se sienta al lado de una mujer, cabello blanco y los mismos ojos grises que ella, la mujer me mira, con sus ojos entrecerrados y como si juzgará cada parte de mi.
—Abigail, traeme los lentes que solo veo una mancha en tu celular.
Abby le entrega los lentes y ahora si parece verme mejor, sonríe de forma ladeada y se acerca a susurrarle algo al oído de Abby, ella asiente y la abuela me vuelve a sonreír, le quita el teléfono a Abby y llama a todos los presentes, quienes se reúnen detrás de la abuela y frunce su ceño, un niño pequeño es el primero en hablar.
—¿Quién es ella abuela?
—La novia de Abby, Joshua.
Ah, con que si saben de mi, ay que incómodo.
Todos parecen entender miran a Abby, no se que cara pondrá pero todos comienzan a pasar el teléfono entre todos, diciendo cosas vergonzosas de mi novia, quien parece perseguir a cada íntegrante de la familia, es extraño y me sorprende lo bien que se lo están tomando.
En esos cambios, veo a los padres de Abby, son los únicos que no están riendo, son los únicos que parecen estar disgustados con el tema.
Abby logra tener su celular y se va hacia lo que supongo yo, es el patio de la casa.
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Bajo una tormenta. {✓]
Teen FictionMi cabeza desde que la encontré fue un sube y baja, no sabía que sucedía conmigo, y eso me asustaba, me asustaba hasta la mierda.