#6 Amor lesbico.

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—¿¡Estabas durmiendo!?., Te llame más de diez mil veces y nunca respondiste. Aún así vine, ¡por que sabía que estabas encerrada como una tonta!.

Camila sostenía su bolso negro pegado a sus costillas, al mismo tiempo que dio un paso amplio hasta entrar en el apartamento.

—Me estaba bañando. Pensé que estabas en una reunión familiar. Exclame, cerrando de un golpe la puerta.

—¡Si!. Pero comenzó a ponerse aburrida y vine a buscarte. En verdad no parecía una reunión familiar, si no más bien un debate. En fin,
—¿Quieres salir alguna parte?.

Contraje una sonrisa. Esto es lo que esperaba que pasara desde que manifesté que hoy saldría., para ser sincera ya me hartaba estar encerrada en estas paredes.

—¿¡A donde iremos!?. 
Arrastre mi pies hacia la cocina preparando dos vasos con jugo de lulo fresco.

—No lo sé., por ahí., cualquier lugar es mejor que estar aquí encerrada. —Por cierto. ¿Ya almorzaste?.

Camila sostuvo su cabello hacia atrás tomando el vaso de jugo que le ofrecía sobre la mesa.

—No.

—¿¡Pues que esperamos!?., vístete y vamos a algún restaurante.

Di un sorbo del vaso recordando cómo había perdido el último dinero que me quedaba. Me arquee hacia adelante, apoyando mis codos de la mesa.

—El último dinero que tenia se lo di anoche a mi mamá.
—Debería conseguir un trabajo., en verdad me urge.

Revolví la bebida del vaso mientras lo observaba. ¿Cómo había sido tan estúpida?, si hubiese dejado al menos para un taxi y si no me hubiera venido caminando tal vez aún conservaría mi dinero junto con las compras.

Camila se hecho a reír. —¿¡Quien está hablando de dinero querida!!?. ¡Yo invito!
Habló emocionada con esa brillante sonrisa que lleva desde que escapó de la reunión agobiante en la que estaba.

—Pero...,
Sus ojos detallaron mi ropa, haciendo un movimiento de arriba a abajo, ya sabía con exactitud lo que iba a decir y en parte tenia razón.

—¡Por favor cámbiate eso!!. —Señaló con su dedo índice observándome de arriba a abajo.

Deje el vaso a un lado, después de haber terminado y en un profundo suspiro pase a decir; —No se que vestir.

En ese momento pasaron por mi cabeza las miles de prendas que nunca había vestido, las cuales eran muy adecuadas para salir, pero estas seguían escondidas y empacadas en el mismo cajón en que las puse cuando las compré., supongo que aún tienen el perfume a tela nueva y hasta tendrán la etiqueta y todo como las deje.

—¡Yo te ayudo, bobita!.

Camila no espero cuando ya estaba caminando a paso firme hacia mi armario.
Corrí detrás de ella tratando de alcanzarla., cuando finalmente lo hice la encontré con sus rodillas apoyadas en el suelo buscando entre los cajones., cajas que nunca había abierto pero no se podían ocultar sus colores llamativos ni texturas de tela. En el fondo del armario después de haber sacado unos cuantos libros viejos encontró una caja pequeña pero amplia, una caja color celeste con un moño dorado sobre esta. —¿Y esto que es?.

Sus dedos curiosos jalaron el listón y no demoraron en sacar aquella prenda color vino que deslumbraba dentro. Se levantó del suelo extendiéndola, dejando reflejar un vestido de seda, brilloso y elegante., adecuado para cualquier salida gustosa y para dejar tu presencia en altitud en cualquier lugar.

— ¿Y este vestido?. ¡Es precioso!!. ¿Cómo es que nunca te lo he visto puesto?. Sus ojos seguían admirando el vestido mientras yo recordaba quien me lo había regalado.

El maldito miedo de vivir en una mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora