#44. Un conejo blanco 🐇

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¿Reconocen cuando están en peligro?, ¿tienen la habilidad de saber si esa persona les hará daño?., oye, escucha su voz, es melodiosa dulce, empalagante y a susurros sordos es aterradora, es lo más horrible que puedas escuchar. Sus ojos no son normales, están llenos de maldad. No confíes, corre antes de que sea demasiado tarde. Alicia no corrió en vano detrás de un conejo.

POV's Alison.

Se debía a mis memorias los retos a los que me debía enfrentar, la maldita mentira de vivir en un mundo lleno de maldad. Hoy seguiría orando por cada paso que daría, por un día mejor que ayer y por supuesto por nunca mas ver aquel sujeto. Las sábanas se enredaban entre mis piernas y mi cabello tapaba por completo mi cara. Tal vez faltaría a la clase de hoy para no correr la mala deuda de ver algún rostro inusual.

Mi madre... cuando era niña me decía que no confiara en nadie y mi padre me decía que no confiara en mi propia sombra..., pero no hace falta no confiar cuando hay personas que no les interesa nada de esto y encuentran la manera de siempre lastimarte.

La única libreta en la que llevaba mis mayores tesoros la guarde en la mochila y tire mi bolso contra mi espalda, en el espejo de la sala se veía la sudadera holgada con la que había decidió vestirme el día de hoy. ¿Que más Daria?, podía ser otro día de mierda como tal vez no. 

Por mi cabeza pasaba las cosas que llegarían a pasar con las decisiones que tomaría de ahora en adelante. Una de ellas era la primordial., aunque sabía que mi propio padre sería capaz de tirarme por la puerta escaleras abajo.
Mi madre solo lloraría y miraría hacia otra parte o tal vez solo se quedaría pensando si detener a su esposo o mejor lo dejaría pasar., Al fin y al cabo él siempre tiene la razón.

—¿Y si hoy no vas a clase y en cambio te llevo a un lugar mejor?. —

Voz fascinante y a la vez encantadora se asemejó por aquel callejón camino a mi destino.

—Todo lugar sera mejor junto a ti. —

Sus dedos no demoraron en colarse a tomar mi mentón y en un corto paso sentí de nuevo un beso pronunciándose en mi boca como esa última vez.

****
Otra vez pisábamos aquel lugar, una casa abandonada la cual me hizo sentir mucha paz la primera vez que vine con ella y estaba vez me hacía sentir aún más conforme.

—¿Que traes en esa mochila tan grande??. —Pregunte entre risas mirando la mochila gigante que colgaba de su hombro.

Erika de un golpe la dejó caer sobre el suelo y halo del cierre.

—¿Que es eso?.

—Solo unas cosas que nos permitirán pasar el día.

Tenerla a ella cerca de alguna forma me reconstruía, se sentía lindo.

Me arrodillé en el suelo junto a ella viendo como sus manos tiraban de una carpa color amarilla., su rostro semejaba una sonrisa y uno adorables hoyuelos la adornaban aún más.

Sus manos se apresuraron a sacar lo demás que quedaba., comida empacada y libros con paisajes hermosos en sus portadas. ¿Que eran esos libros?.

—Me hubiese gustado traer algo también. —

Su mirada no demoró en buscar mis palabras.

—Era sorpresa, además solo quiero que tú y yo podamos compartir un momento lindo. —Respondió Erika mientras una de las varillas de la carpa colgaba de su hombro.

—¿Que es este lugar?. —Pregunte incoherentemente. Ahora que lo recuerdo ella nunca me ha mencionado por que venimos aquí.

Tome las expresiones de su rostro, sus labios formaron una leve curva hacia arriba mientras entrecerraba sus ojos.

El maldito miedo de vivir en una mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora