32# ELIMINAR CONTACTO.

66 6 0
                                    

POV's Erika.
Aquel beso me había dejado tan entusiasmada y sedienta por sentir otra gota de su boca....
Podía enredarme en el aroma de su cabello y sentir que me era imposible escapar...
La suave piel de sus labios se enredaban con los míos erizándome los pelos., cada caricia se sentía tan placentera a tal punto que deseaba más...
Deseaba volver absorber su aliento y ese placido cosquilleo al morder casi su lengua.
Era la primera y rara vez que deseaba ser codiciosa tomando todo de ella... anhelaba de verdad tomar la última gota de su boca. Su último suspiro.

Y justo cuando veía esos verdes ojos color selva me decidí a por ello... pero... sonó la puerta.

Con tal pesadez camine hacia esta, tomándola de la manilla y teniendo la imagen de mi hermano al abrir la puerta. Me lleve una sorpresa cuando vi a Clarissa con unas ojera que casi ocupaban todo el ovulo de sus ojos junto con una expresión de melancolía. No tarde en sentir como la chica empujó la puerta con su propio cuerpo haciéndome echar hacia atrás y está logrando entrar a la habitación.

Su mirada se agobio y sus brazos fueron a abrazar su abdomen. Alison abrió sus ojos y quito el cabello de su cara dejando al descubierto sus mejillas coloridas.

Noté cuando Clarissa dio unos pasos arrastrados hacia la pelirroja y está tan decidida se puso en una posición firme, despegándose de aquel escritorio.

—Yo ya me iba. —Pronunciaron sus delicados labios los cuales habían estado dentro de mi boca hace unos segundos. Y tal como no lo supuse sentí la brisa que dejaba el aroma de Alison saliendo por aquella puerta de madera oscura de mi habitación. De nuevo no sabía de que manera reaccionar.

Mis ojos corrieron a ver a Clarisa con una expresión de que había llegado en un muy mal momento y por supuesto preguntándome ¿QUE MIERDA HACE AQUÍ?. 

Camine hacia aquel sofa desorientada tirándome sobre este y presionando mi frente con los dedos de mi mano derecha.

— Ella es...., ¿ustedes dos?. —Balbuceaba la peli negra.

—¿A que viniste?.

Clarissa seguía desorientada y a cortos pasos vi como se dirigía hacia la puerta mirando por el espacio de está la cual aún no se encontraba del todo cerrada.

—¿Que haces?. —Volví a preguntar.

—¿Qu-Quien era- Ella?. —Volvió a bajar sus brazos rebotando una talega de cartón que llevaba en sus manos.

—¿A que viniste Clarissa?. —Dije decidida sentada en sofá, apoyando mis codos en mis rodillas.

Clarissa tomo una punzada de aire pero sus ojos no dejaban de detallar cada parte de aquel escritorio donde se había encontrado aquella Bella chica.

—Solo vine a despedirme...
—Me iré a Europa... finalmente me salió el traslado para continuar mi carrera allá. —Solo, quería despedirme. —Habló tan bajo que apenas mis tímpanos pudieron escucharla si no hubiese sido por el tono chillón de su voz.

Me levante del sofá y camine hasta quedar frente a esta, viendo su cabeza agachada y aquella expresión triste que  sabía que no se debía solo por su ida si no también por lo que acababa de presenciar. Aquella mirada ya la había visto en otras chicas. Aquella mirada en que sabían que solo las utilicé para una excusa.

—Me alegra por ti. Es lo que querías.

—Yo solo quería.... —Sus manos se aferraron a apretar más aquella talega hacia su pecho mientras su cabello corría a tapar su rostro.

—¿Que querías?. —

Clarissa aún mantenía su mirada perdida en el suelo cuando volví a escuchar un gemido de su garganta. —solo quería más. Quería ser yo quien...
—Te hiciese feliz y te hiciese sentir enamorada.
—¡Pero nada!!, ¡Solo vine a dejarte esto!! y a despedirme, lamento haberte molestado. —Sus manos se apresuraron a poner la talega frente a mi pecho obligándome a tomarla.

El maldito miedo de vivir en una mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora