Debilidad -Jujutsu Kaisen

°11°

—¿Sabes? Tengo una personalidad terrible. —Comenta Satoru.

—Lo sé. —Afirma Ijichi.

—Ijichi, te estás ganando un golpe. —Señala Satoru al nombrado poniendo nervioso al pobre hombre.

— ¿¡Un golpe!?

—Ser profesor no es mi estilo. —Satoru se cruza de brazos mirando el cuerpo de Deian— ¿Sabes por qué decidí enseñar en nuestra escuela? Pregúntame... —Mira a Ijichi

—¿Por qué? —Pregunta Ijichi nervioso

—Porque tengo un sueño. —Dice Satoru esta vez algo más serio.

—¿Un sueño? —Pregunta Ijichi curioso

—Sí. Como Yuuji y Deian demostraron, los mandamases de la hechicería son un grupo corrupto. Necios mojigatos, chapados a la antigua, arrogantes e idiotas. Son un montón de mandarinas en rebaja. Quiero reiniciar el putrefacto mundo de la hechicería. —Satoru apoya sus codos en sus piernas y junta sus manos— Matar a los peces gordos sería pan comido, pero eso implicaría reemplazar a los mandamases sin revolución alguna. Y si eso sucediera, nadie me seguiría. Por eso elegí la educación. Para formar camaradas fuertes e inteligentes. Y es por eso que comparto mis misiones con mis alumnos. Es amor duro.

—¿No será simple pereza? —Piensa Ijichi mirando de reojo a Satoru.

—Todos son muy talentosos. —Continúa Satoru— En especial Hakari, de tercero, Okkotsu, de segundo, y Deian de segundo también.

—Pero Yamada es... —Ijichi es interrumpido por Satoru.

—Serán hechiceros de mi calibre. —En eso Satoru aprieta los puños— Yuuji también estaba a su altura. —Murmura con frustración, teniendo la mirada de Ijichi algo sorprendido.

—Oigan. —Llama la atención Leiri— Estoy por comenzar, ¿piensan quedarse a mirar? 

Justo en ese momento Itadori se reincorpora sorprendiendo al duo de hombres, Leiri voltea confundida por la reacción de los chicos y abre sus ojos sorprendida.

—¡Oh! ¡Lo tengo todo al aire! —Exclama Itadori mirando hacia abajo.

—¡Go...! ¡Gojo-San! ¡Está vivo! —Exclama nervioso Ijichi señalando a Itadori.

—Cálmate, Ijichi. —Dice Satoru pasando una mano por sus cabellos.

—Qué lástima. —Dice Leiri

—Esto es un poco vergonzoso, pero... ¿Quién eres? —Pregunta Itadori mirando a la mujer.

—Yuuji. —Llama la atencion del chico a la vez que Leiri trae una vestimenta para Itadori— Bienvenido. —Satoru sonríe.

—¡Buenas! ¡Ya volví! —Saluda Itadori alzando su mano sonriendo y ambos chocan los cinco.

Itadori se levanta de la mesa colocandose la ropa y dirige su mirada hacia el cuerpo de Deian notando como unas marcas, similares a las de Sukuna, se forman en su cuerpo.

—Sensei... —Balbucea Itadori llamando la atención de Satoru, quien al voltear a ver el cuerpo de Deian se sorprende.

Las marcas rodean todo el cuerpo de Deian, al cabo de unos segundos después iban desapareciendo hasta no quedar nada, los ojos de Deian se abrieron y el chico se reincorpora jadeando recuperando el aire empezando a toser. 

—¡Tráiganle agua! —Pide Satoru mientras se acerca a su pareja, sentandose detras suyo para que se apoye en su pecho.

Leiri se acerca con un vaso de agua a Deian, quien lo agarra con sus manos temblorosas y bebe.