Debilidad -Jujutsu Kaisen

°37°

—Entonces, ¿Qué es lo que querías?

Satoru se encontraba sentado en uno de los tantos sillones que habían ahí en ese cuarto junto a los demás maestros de las dos instituciones de Hechicería.

—¿Eh? ¿Por qué te enojas? —Pregunta Satoru, volteando a ver a la antigua novata con Kimono, sostiene con su diestra una taza de té.

—No estoy enojada. —La mujer lo mira de reojo.

—Y con razón, si no he hecho nada. —Dice con inocencia Satoru acomodándose más en el sofá, haciendo que la chica frunza más el ceño— Alguien de la institución coopera con un Brujo o Maldiciones. —Suelta de repente con seriedad, ocasionando que la mujer lo voltee a ver sorprendida.

—¡Eso es imposible! Un brujo es una cosa, pero ¿con Maldiciones? —Cuestiona la mujer algo alterada.

—Últimamente han aparecido muchos de ellos de altísimo nivel. —Dice Satoru con la misma seriedad— Comprenden el habla humana y formaron una facción organizada. Aunque podría ser cosa de un Brujo independiente, quiero que investigues a la gente de Kioto, Utahime.

—¿Qué harías si yo fuera la traidora? —Pregunta Utahime con el ceño fruncido ligeramente.

—¿Cómo crees? Eres una debilucha. —Bromea Satoru con su característico habla— Y también cobarde.

Gracias a su infinito, la taza que se le fue lanzada no llegó a su bello rostro.

—¡Qué miedo! —Piensa el albino en voz alta — Así nunca encontrarás pareja.

—¡Soy tu superior! —Exclama Utahime con molestia pero algo avergonzada.

Ambos vuelven a la calma tras unos minutos donde el albino no le resta importancia a lo último dicho por Utahime, dándole un tranquilo sorbo a su té, sacando la lengua asqueado por la falta de dulce.

—Satoru... —Murmura Utahime llamando la atención del albino— ¿Por qué lo dejas participar?

La pregunta es entendida en cuestión de segundos por el albino, sabiendo que la chica se refería a su pareja, un pequeño suspiro sale de sus fosas nasales y luego una leve sonrisa se forma en sus labios.

—Él debe formar lazos, acompañar a sus amigos y sus compañeros... Aunque no lo creas, es más humano que yo... —Murmura Satoru dándole otro sorbo al té, sacando nuevamente la lengua asqueado— Le falta azúcar a esta cosa.

Utahime se queda mirando al albino, aún sin comprender el cómo es que él se enamoró de un chico tan... destructivo. Una bomba de tiempo. Y una energía maldita tan asquerosa para ella, pero tan atractiva para el hechicero más fuerte del clan Gojo como también para las maldiciones.

Había solo escuchado cosas de los altos mandos del chico, pero verlo en primera persona fue algo completamente diferente. Era como ver a Gojo Satoru en su juventud o estar enfrente de una Maldición superior al rango Especial. Era extraño para ella, sentía al chico como una amenaza pero a la vez un aliado.

—Yamada es raro... —Es lo único que opina Utahime.

—Todos lo dicen... —Dice Satoru dejando la taza de té a un lado. Con una sonrisa orgullosa en su rostro.

Para él no era raro, el chico era especial. Único.

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—Itadori...

El nombrado voltea a ver a Megumi acercándose a su persona, estando él a un lado de Deian quien estaba a un lado de Inumaki.