Debilidad -Jujutsu Kaisen

°40°

Deian saltaba de árbol en árbol para llegar de la forma más rápida posible donde Itadori, ya que presentía que algo estaría mal dentro de muy poco, es por ello que aceleró el paso hacia la ubicación del pelo rosa.

Bastó pocos minutos para que llegara donde ellos viéndolos golpearse entre sí, manteniéndose de pie sobre la rama de un árbol decide quedarse alerta ante cualquier situación. Su prioridad es proteger a Itadori, sabía que los demás podrían protegerse por su propia cuenta.

Los minutos corrieron y de cierta manera podía notar una tensión en el bosque, algo denso y eso no le gustaba para nada. Llevó su mano hacia su boca empezando a mordisquear la uña de su pulgar sin llegar a morder completamente.

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En la habitación donde se encontraba Gojo Satoru con los demás profesores y los dos directores, observando los televisores cuando estos de repente se apagaron por completo y los talismanes ardieron en fuego rojo. Haciendo que él mire algo impactado aquellos papeles.

-¿El juego se acabó? -Pregunta Utahime sorprendida- ¿Y todos ardieron de color rojo? Que extraño... ¿Acaso se metió...?

-Mis cuervos no vieron nada. -Informa Mei Mei

-Me encantaría decir que fue obra de los alumnos del gran profe Gojo, pero... -Murmura Satoru en una pose pensativa pensando en su chico.

-Un talismán también arde rojo si detecta energía que no reconoce. -Indica el director Yaga.

-¿Un tercero? ¿Se trata de algún invasor? -Pregunta Utahime.

-¿Significa que la barrera de Tengen-Sama no funciona? -Pregunta Mei Mei.

-Se trate de un tercero o no, está sucediendo algo inesperado. -Murmura el director Gakuganji.

Satoru chasquea despacio su lengua, preocupado ligeramente por su pareja, sabiendo que él podría solo con esos intrusos, pero el pobre tenía órdenes.

-Iré a ver a Tengen-Sama. -Dice Yaga colocándose de pie- Satoru, protege a los alumnos con el director Gakuganji. Mei, averigua el paradero de cada uno desde aquí e informa a Yamada que puede actuar protegiendo a todos. O quien se lo encuentre primero, demonios. Mantente en contacto con Satoru y Gakuganji. -Ordena Yaga.

-A la orden. Pero espero una paga extra. -Dice Mei sonriendo leve.

El albino suspira colocándose de pie y aplaude dos veces para llamar la atención de todos.

-Puedo decirle a Deian desde aquí o cerca del campo de enfrentamiento. -Todos miran a Satoru raro- ¿Qué? ¿No escucharon a Deian decir que podía sentir mi energía desde donde se encontraba? Con una señal de mi energía maldita, él sabrá qué hacer. -Luego su mirar va hacia el director más viejo- Levántate, abuelito, es la hora de tu paseo. Acabas de almorzar, ¿no?

Yaga mira a su exalumno seriamente tras sus gafas, aún no comprendía el cómo es que él y Yamada tenían tanta conexión como para que el chico supiera lo que Satoru quiera decirle con solo su energía maldita. Y eso que solo se vieron el año pasado, técnicamente.

-Démonos prisa. -Indica Utahime empezando a caminar con el resto.

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Una explosión se escuchó cerca de unos edificios, allí un hombre de tes morena con una vestimenta de herrero y un hacha sobre sus hombros mira en dirección donde ocurrió el ruido sonriendo leve.

-Pero cuánto entusiasmo. -Murmura colocando una mano en su cintura observando el panorama- Lo malo de los espíritus malditos es que no dejan nada tras de sí al morir.