Debilidad -Jujutsu Kaisen

°18°

Durante unos días estuvo alojado en el hogar de Satoru, más que nada por órdenes de los peces gordos y porque no tenía a dónde más ir. Su poder había sido suprimido, recuerda que al otro día luego de ese suceso le dolía demasiado el pecho, pero el dolor cesó cuando Satoru le colocó una crema en el sello con marcas negras que apareció, pero segundos después ya no se encontraba.

- Deian, tenemos que salir... -Informó Satoru una vez entró a la habitación del chico.

- ¿A dónde? -Pregunta Deian mientras se coloca de pie con libro en mano que estaba leyendo con anterioridad.

- A la escuela Jujutsu... -Murmura Satoru y ve como Deian frunce el ceño- Lo sé, pero es la única manera de evitar que te ejecuten...

Deian suspira pesado y deja el libro en la librería.

-Bien... Vamos. -Respondió resignado, eso era el extra además del sello que suprimía sus poderes. Él iba a ser vigilado todos los días a todas horas por todos los hechiceros y ahora debía asistir a una escuela donde asistían novatos.

Los dos aparecieron en la entrada de la escuela, caminaron con tranquilidad hasta la sala correspondiente del curso de Satoru. El mayor detuvo al chico con un toque en su hombro antes de entrar.

-Ellos no saben de ti, ni de lo que eres, así que más que seguro cuando entres intentarán atacarte... Ya pasó con Yuta la primera vez... Solo... No les hagas daño. -Indicó Satoru y Deian asiente leve- Entra cuando te avise...

Satoru entró al aula donde se encontraban los cuatro estudiantes, todos platicando con tranquilidad, esperando que así lograra incluirse el chico que estaba detrás de esas puertas.

-¡Buenos días mis queridos alumnos! -Exclamó con emoción llamando la atención de los cuatro, sacando a la chica del grupo un bufido y una risita al ya no nuevo integrante- Hoy haremos algo de trabajo de campo, pero antes... Quiero presentarles a su nuevo compañero...

-¿Nuevo? -Preguntó extrañada una chica frunciendo el ceño.

-Disculpe Sensei, ¿no es un poco tarde de que otro estudiante ingrese? -Pregunta un Panda alzando su brazo y Satoru lo señala sonriendo.

-¡Así es! Pero he de decir que es un poco especial... -Satoru relaja su postura y voltea a mirar a la puerta- ¡Puedes entrar...!

La puerta corrediza es abierta dejando ver a un chico de cabellos grisáceos con capucha puesta, unos lentes negros y el uniforme del instituto puesto. Al dar un primer paso dentro del aula todos los chicos se tensan ante la presencia abrumadora que posee el chico, caminaba tranquilo con manos en sus bolsillos dirigiéndose hacia al frente del aula, parándose en medio alzando su cabeza para encontrarse segundos después rodeado de los que iban a ser sus compañeros.

Una chica apuntaba con una lanza su cuello.

Un Panda estaba en posición de pelea.

Un chico tenía marcas en sus mejillas preparado para hablar.

Y el niño de hace años atrás lo estaba apuntando con una espada a un lado de la chica.

-Vaya lío. -Pensó Deian mientras los miraba a todos detrás de sus gafas algo aburrido.

-¿Nos están poniendo a prueba, otra vez? -Exclama molesta la chica mirando ahora a Satoru.

-Nop. -Dice Satoru sonriendo leve.

-Está maldito... -Murmura el chico de hace años tenso.

-Aquí se aprende de maldiciones. No es lugar para alguien maldito. -Habla la chica frunciendo el ceño.