°16°

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Sus ojos se fueron abriendo con lentitud, los colores iban tomando su tonalidad poco a poco, el ruido ingresaba por sus oídos hasta llegar a su tímpano ocasionandole un poco de dolor al no estar acostumbrado a tanto ruido.

Estando más consciente se puso de pie tambaleándose un poco, apoyándose de una muralla, ¿Cómo había llegado allí? No lo sabía. Ni siquiera recordaba cosas de antaño.

Salió de lo que suponía que era un callejón, la luz del sol le dio de lleno en su rostro obligándose a cubrirse con su mano, era el atardecer pero aún no se acostumbraba a tanta luz. Normal, si recién despertaba.

¡Cuidado!

El grito de una mujer lo distrajo, escuchando como algo impactaba con otra cosa y huía. ¿Cómo se llamará esa cosa con otras cosas debajo que giran? Sus pensamientos nuevamente fueron disueltos al sentir el aroma de la sangre y los gritos desesperados de la gente que Empezaba a amontonarse a algo en el suelo.

Una niña... Pensó el muchacho al ver el cuerpo de la niña tirado en el suelo con bastante sangre saliendo de su zona manchando todo.

¡Pidan una ambulancia! —Gritó un hombre

¡Idiota, mírala! —Exclamó otro

¡No hay como salvarla! ¡Le aplastó la cabeza!

¡Atropellaron a una niña! ¡Sí, dense prisa!

Podía oler la desesperación, el miedo, la angustia. Observó como el niño que había acompañado a la niña se quedaba estático observando la escena shockeado.

Rika-chan... —Logró escuchar decir por el niño.

Y pasó algo que lo sorprendió un poco. Aunque su inexpresivo rostro no cambiaba.

Algo se había formado en el suelo agarrando al menor de las piernas diciendo quizás el nombre del niño asustandolo.

Parpadeó confundido, ¿por qué se asustaba? ¿No quería que su amiga se quedara con él? Quitó su mirada de ese lugar para empezar a caminar tambaleándose, aunque fue detenido por un toque en su hombro, volteó para ver a un adulto mirándolo preocupado.

¿Estás bien, joven? —Preguntó.

El joven parpadeó, no entendía lo que decía, no comprendía mucho aquel idioma, pero tuvo una idea en mente. Hizo una seña para que lo siguiera y el adulto como buen samaritano que era lo siguió.

Con ayuda del hombre volvieron a entrar al callejón de una de las casas. El hombre curioso miró a su alrededor sin comprender que hacían exactamente allí.

Debilidad -Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora